Opiniones, Portada

Por un Presupuesto al servicio del desarrollo

Carlos M Checo
Nuestro país necesita encarar problemas troncales claves para el desarrollo anhelado.
Hay una palabra que define la vida política y social de República Dominicana: postergar. Se ha hecho un hábito retrasar actividades o situaciones que deben atenderse,

sustituyéndolas por otras menos relevantes.
Debemos pensar ¿qué incidencia tiene en el estado general de pobreza y desigualdad de nuestro país, el que no se entienda la necesidad de implementar la Estrategia Nacional de Desarrollo, llevar a cabo el Ordenamiento Territorial, reducir vulnerabilidades y, elaborar un Presupuesto al servicio del bien de los ciudadanos?
Uno de los principales retos de la nación es consolidar la institucionalidad democrática, la plena vigencia del Estado de Derecho; reflejado en el fiel cumplimiento de la Constitución y las leyes.


Una nación equilibrada, integrada, sustentable y socialmente justa; será el resultado de la implementación de una agenda de desarrollo que aborde los asuntos pendientes.


Sin retrasos, necesitamos la generación y aplicación de políticas públicas que posibiliten a nuestras gentes el acceso a oportunidades de avanzar.


La Constitución propone como principal objetivo; sentar las bases para la consolidación del Estado Democrático Social y Solidario de Derecho, condición sine qua num, para combatir con éxito la pobreza y la desigualdad.


Sin institucionalidad democrática no se puede construir desarrollo.  Observamos atónitos como se incurre en desacato y no se aplica la Estrategia Nacional de Desarrollo, que es la guía para la consecución del Estado Social y Democrático.


Leyes nodales para alcanzar nuestro propósito como la Ley 498-06 de Planificación y la Ley 147-02 de Prevención y Gestión de Riesgos, entre otras, son desacatadas en nuestro país.

Hace décadas que deberíamos tener el territorio ordenado, bajo una ley de Ordenamiento Territorial que regule efectivamente el uso del territorio según su vocación; facilitando una gestión adecuada de su uso.


Toda vez que se elabore el Presupuesto Nacional se debe pensar que
el mismo es la herramienta que debe posibilitar la consecución anual de los objetivos y metas de corto, mediano y largo plazo; así como la gestión eficiente de los recursos públicos en función de las prioridades del desarrollo nacional como manda la Carta Magna.


Hasta hoy la política presupuestaria no ha respondido a los principios de que el Presupuesto es un instrumento para promover el desarrollo económico y social.
Es necesario una regeneración de la vida democrática y un cambio radical en la cultura política y en la gestión de la cosa pública, convertir el Estado en un promotor del bienestar y desarrollo de todos.


En el presupuesto deben ser destinado fondos suficientes para desarrollar un amplio programa de saneamiento de cuencas hidrológicas, restauración forestal, ordenamiento territorial, mejoramiento de suelos, saneamiento, agua potable, prevención de riesgos, hace falta políticas que mejoren las condiciones del medio rural, promoviendo el acceso a servicios y oportunidades económicas; aumentando el gasto social en educación, salud e inversiones en infraestructuras


Necesitamos sin demora un plan de construcción de acueductos rurales y sistemas de tratamiento de aguas negras, regeneración forestal, saneamiento de cuencas, apoyo a la producción agropecuaria y reparación de caminos rurales.


Apegados a la Constitución y las leyes, construyamos un País institucionalmente democrático, con una justa distribución del poder, las riquezas y las oportunidades