Opiniones, Portada

El naufragio de la sociedad civil en el gobierno del Cambio

Juan Carlos Espinal

Por Juan Carlos Espinal

La creciente debilidad de los poderes públicos existentes ha sido puesta en evidencia desde hace décadas y cada vez más se hace inmutable.

El declive de la seguridad publica ya no debe ni puede ser pasado por alto.

Los representantes de las elites empresariales se reúnen para debatir y decidir la línea especulativa de acción en contra del consumidor solo para esperar recibir subsidios estatales.

Es una situación que explotara en cualquier momento, pues la ciudadanía entiende que esa situación no debe perdurar.

De hecho, el presente interregno socio politico no es reciente, no muy reciente, en cualquier caso.

La existencia misma de este modelo oligárquico molesta cada vez más y sus abusos no deben pasar por inadvertidos.

Su abuso se refleja en los crecientes déficits de confianza social, de la inacción colectiva, en la pérdida del interés de parte de la sociedad en la política institucional y en la progresiva y ya instalada sensación de que la transformación radical y positiva es concebible desde abajo porque ya no puede venir desde las arriba.

Podríamos establecer que los representantes de la sociedad civil corporativa son gestores individuales de un gran naufragio que se desarraiga, presionado por el populismo judicial y reprendiendo sus propias causas, inequívocas e individuales.

Con las divisiones politicas, cada vez más evidentes, las comunidades de los municipios y de los distritos buscan en vano una estructura que se preocupe por sus ciudadanos, en las cuales ver reflejadas sus aspiraciones.

La tendencia en las redes sociales es la incertidumbre colectiva, que se manifiesta con una fuerza sin precedentes, que parece va a permitir que ocurra de todo en una magnitud sin precedentes.

Estamos, al parecer, desintegrándonos como reflejo de nuestra propia decadencia.

Las alianzas ciudadanas, trabadas por el inmediatismo, notablemente inclinadas a desvanecerse o desgarrarse poco después de la tormenta que las desgarro.

La fase de limpieza ético social es en realidad una conveniencia de grupos particulares y muy poderosos.

Los portavoces de quienes están abusando de la ciudadanía se mantienen en marcha satisfechos de la dominación, aunque no necesariamente representen las razones correctas.

Ese modelo politico empresarial de cinismo populista no requiere de líderes, sino que de autómatas.

Esto no resulta sorprendente.

Es que los ciudadanos lo pueden constatar como una evidencia casi diaria de lo que desafortunadamente se nos ha presentado.

Existen voces más racionales, pero igual están asimilados o corrompidos hasta el tuétano.

A esos tipos, los comentaristas de radio y de television les llaman honorables.

Podemos asumir con seguridad que el creciente número de personas que toman las calles para buscarse la vida en una esquina o debajo del semáforo responden a un trauma psicosocial precoz, seriamente problemático.

Sin lugar a dudas, los dominicanos saben que no tiene futuro con semejante tipo de líderes politicos improvisados.

Más importante aún, estos tipos no tienen idea de que pudiera ser lo suficiente.

En este país se desatendieron las prioridades para dar paso a reglas nuevas y a exitosas estrategias publicitarias que devienen en la muerte de la razón.

Al parecer, la contaminación colectiva está en proceso de germinación a la espera de gestionar un nuevo vacío socio político.

La gente común está sustituyendo sus arraigados valores , destruyendo los cimientos de toda regla.

La impotencia e ineptitud excesivas de la maquinaria de odio político no se detiene en su loco afán de fuerza que los induce a desintegrarse.

Las elites mediáticas están en franca putrefacción.

Se ha perdido la capacidad integradora y se ha confinado la libertad.

Es una desregulación tan acelerada que el proceso de relajamiento de la institucionalidad democratica ha entrado en una conclusión inevitable.

En lo que respecta a las redes sociales, parece que estas han contribuido al enorme volumen de mierda disponible on line, a la par de la construcción de nuevas letrinas.

Los líderes politicos en minoria , me refiero a los de las demas tribus nacionales , son en realidad AD HOC.

Cada conjunto de estas circunstancias historicas constituye un desenfreno de habilidades depredadoras, aunque frágiles.

Para resumir con precisión el actual panorama de la segunda década del siglo 21, los individuos con visiones o los que ven más allá en los partidos políticos, se encuentran tan alejados del unilateralismo partidario que apenas resulta atractivo para ellos ser líderes sociales o políticos dado el deterioro progresivo que sigue naciendo.

No existe aún madurez política detrás de todo esto que pueda detener esta maquinaria política de maldad, firmemente arraigada en la financiación pública y privada.

Los individuos que asisten a los medios de comunicación, en su afan de relaciones publicas se han convertido en celebridades aun siendo voceros de los intereses promulgados.

En realidad, dentro de esta logica , solo dispones de propaganda y presupuesto para cambiar la historia.

Y es que las elites nacionales se han convertido en individuos infames.

El resto de nosotros tampoco sirve para mucho y es que nosotros rara vez nos apoderamos de las armas de nuestro destino y cuando lo hacemos, si es que llega el caso, lo hacemos con una determinación mucho menor, mas débil o efímera.

Tras estos criterios, permítaseme señalar que, aunque las ideologías del pesimismo se apoderen de nosotros, es necesario entender que existe la necesidad de discutir crudamente las certezas.

Correspondiendo con lo amorfo y precoz del abismo y el contenido camaleónico de la rigidez del establecimiento, nuestra esperanza consiste en depositar en las instituciones políticas vigentes el factor invariable e integrador que se nos comparte.

Pero no les creemos.

Creo sí, en que en el actual contexto es importante aportar otra perspectiva social, politica y economica.

Ante la vigilancia masiva de nuestra metodología analitica y de frente a la insubordinación, estos movimientos sociales aún siguen siendo tiempos de colonización.

Si este artículo es o no adecuado poco importa, aunque sea parte del debate.

Pero, la gente ya no es tan mansa y sumisa como antes o como los poderosos creían y están dispuestos a no temer al castigo de una proxima contra reforma economica o política tan solo sea por desobedecerlos.

Sépanlo, la posibilidad de Revolución es una isla