Opiniones, Portada

El busto a Luperón y otros olvidos

 Por Bienvenido Matos Pérez

Con el permiso de mis lectores reproduzco hoy 16 de agosto este artículo, “El busto a Luperón y otros olvidos” porque los actos programados para conmemorar la magna gesta de la restauración han sido suspendidos por la trayectoria amenazante de la tormenta Grace, espero que el mismo sea más bien un homenaje a uno de nuestros grandes héroes el General Gregorio Luperón así como el pueblo Dominicano que a pesar de todas sus miserias y debilidades sigue siendo un pueblo digno de admirar, se trata pues de un artículo viejo pero su contenido está lleno de riquezas y de metas no alcanzadas pendientes de conquistar.

El pasado viernes primero de febrero, en ocasión de la celebración del Mes de la Patria el honorable ayuntamiento de la provincia de Barahona inauguró la plaza Gregorio luperón y develizó un busto donado por la Comisión Nacional de Efemérides Patrias en honor al extraordinario patriota.

Fue un acto de hondo contenido patriótico, lleno de colores, luces y emociones, dignos del tamaño del homenaje que se celebraba.

Las autoridades del municipio de Barahona, el honorable síndico Noé Octavio Suberví Nin, el gobernador de la provincia, Carlos Florián y el presidente de la Comisión de Efemérides Patrias, Juan Daniel Barcácel, y cientos de jóvenes estudiantes crearon el ambiente ideal para que justamente pudiera decirse que Gregorio Luperón lucia contento esa tarde del primero de febrero del año 2008.

El sol morigero sus rayos potentes, tomó un color mas gris y permitió que el pueblo se arrodillara frente al busto como quien implora la bendición de un padre.

El busto donado gentilmente por la Comisión de Efemérides Patrias complementa la plaza que está ubicada en el centro de la avenida Gregorio Luperón, entre los barrios Pueblo Nuevo, Las Flores y Villa Estela. Y desde allí uno observa la cara del general Luperón en actitud reflexiva como escrutando el Sur y sus caminos, el mismo Sur al frente del cual fue nombrado para dirigir las fuerzas revolucionarias que representaban la República levantada en armas contra la anexión a España y al que él entró triunfante por san Cristóbal el 7 de noviembre de 1863. 

Del general Gregorio luperón se ha dicho con justeza que  fue el más grande soldado de la causa nacionalista.  Tan hondo caló su nombre en los espíritus sensibles al bien patrio, que don Eugenio María de Hostos escribió una vez a un amigo: “Es necesario que ustedes cultiven en el pueblo y en si mismos el nombre de Luperón”.

El héroe dominicano nació en Puerto Plata el día 8 de septiembre de 1839, hijo de gente trabajadora y pobre, creyentes en Dios, Pedro Castellanos Y Nicolasa Luperón. Trabajó junto a sus otros hermanos desde su niñez para complementar y ayudar a sus padres quienes carecían de recursos para fomentar y ayudar a su familia.

Desde ahí, desde su humilde hogar, le vino su formación de hombre comprometido con la causa del pueblo puesto que formó su carácter acrisolándose en el fragor de sus propios esfuerzos, cuando la patria lo llamó bullía en el la convicción de entregarlo todo porque ésta era la más alta de todas sus pasiones.

Siendo ya un joven pudo percatarse de la traición de Pedro Santana y lanzó su protesta enérgica, firme. Se olvido de todo lo personal en él, tomó la ruta de uerto Plata su patria chica y allí se juntó con sus amigos para lanzarse al rescate de la patria.

Nadie duda de su entereza, de la fortaleza de su espada que fue garante de la dominicanidad en la guerra restauradora. Nadie describe mejor sus aportes que el gesto que asumió cuando, ostentando el grado de general y habiendo sido para su honra uno de los jefes de operaciones al momento de la formación del Gobierno Provisorio el 14 de septiembre de 1863, salió electo presidente pero renunció a tal honor.  El amor a su país y su vocación heroica estaban por encima de las aspiraciones personales.  ¡A la patria se le sirve con amor! Solía decir, y a ruegos aceptó la gobernación por Santiago de los caballeros.

Al recordar y reconocer sus grandes méritos sólo hemos querido hacer acopio de las palabras de “R Zallas Henriquez” “desgraciado el país en que se deja que la mano del tiempo borre de la memoria el nombre de sus héroes; desgraciada la nación en la que las jornadas heroicas quedan convertidas en simples efemérides”.

El general Gregorio luperón es y será siempre ruta obligada del más puro patriotismo. El busto y la plaza levantadas en su honor es un justo homenaje con el que el pueblo de Barahona se honra a si mismo. Pero la guerra de la Restauración fue una guerra popular; en ella se combatió en todo el territorio nacional.  Barahona aportó sus héroes, sus pundonorosos ciudadanos, sus esfuerzos, y es vergonzante que en un acto dedicado a los restauradores no se escuche una sola mención, un solo llamado a los nombres de quienes habiendo levantado en el Sur el pabellón tricolor yacen prisioneros del silencio queriendo en tantas celebraciones que los labios llenos de dominicanidad puedan aunque sea mencionarlos.

Ángel Feliz Liberata el «Come Candela del Sur, el patriota de Rincón hoy Cabral de la provincia Barahona, teniente coronel en la guerra de la independencia, tan pronto se proclamó la reincorporación a España en el año 1861 reemplazó a Tomas Bobadilla como comandante de armas de Barahona y cuando La Gándara marchó sobre la comarca con un enorme ejército, Ángel Feliz Liberata dirigió la causa dominicana.  

Al pasar La Gándara desde Neiba hasta Barahona, que era un hervidero de patriotismo y lucha, al penetrar a esta población, la encontró reducida a cenizas por un incendio que fue obra del general Ángel Feliz Liberata, el mas importante jefe militar que tuvo la patria mancillada en toda la región Sur. Pero, para vergüenza nuestra, no hay en toda la región ni siquiera una calle con su nombre.

Así también está arrojado al laberinto del olvido Juan Segundo Feliz, de Rincón, Cabral, de la provincia de Barahona, quien fue jefe militar de la zona en las campañas Pro-independencia. Allí dirigió y venció los invasores en la acción militar de oreganal en el 1845.

Otro valiente sureño que dió las mas firmes energías de su espíritu juvenil a la causa de la libertad lo fue Bernabé Celesten Ubrí, soldado de la Restauración. En momentos en que los patriotas dominicanos luchaban contra los invasores españoles, una nave atacaba sin piedad el fuerte de Barahona a escasa distancia  del puerto; el artillero que operaba el cañón de nuestras tropas no lograba hacer blanco en la embarcación española.  Al observar la falla el valiente soldado pidió permiso al Comandante para operar el cañón haciendo blanco inmediato en sus primeros disparos en la nave enemiga, la cual tuvo que retirarse seriamente dañada.

Muchos son los nativos de Barahona que inscribieron sus nombres a sangre y fuego a puro patriotismo en la historia de la República Dominicana, como lo es Rafael Matos (Fale) quien nació en esta población el 15 de agosto de 1845, formó parte de las tropas del general Ángel Feliz Liberata y vió acción en La Canela el 4 de diciembre de 1864, en el ataque a Barahona por las tropas de general La Gándara. Se encontraba este valioso general entre los defensores de la causa nacional.

Son muchos los brahoneros a quienes hay que liberar del olvido, que muchas veces se convierte en perversidad y este trabajo pretende ir rescatando y elevando al panteón de la inmortalidad que está en la conciencia de cada dominicano a todos estos hombres, patriotas, dominicanos y brahoneros. 

(Sobre el tema, Volveremos). 

(El autor es abogado y poeta)