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A Pleno Sol; Un año de crisis

diariodominicano.com

Por Manuel Hernández Villeta

Santo Domingo, R. D., 9 de agosto, 2021.- Un primer año de gobierno, es el camino corto para ir perfilando lo que será el resto de la administración. Luis Abinader  llega a sus primeros doce meses con muchos éxitos y algunos encharcamientos. Ha sido para todos un año terrible.

Sobre los hombros del gobierno y los ciudadanos ha estado pesando la pandemia. Al llegarse al primer año de la presente administración, se elimina el toque de queda en un par de provincias, y se abre la actividad comercial e industrial.

Un gobierno  sumergido en una crisis económica y de salud, ha podido capear bien el temporal. Luis Abinader ha sido un diestro capitán de barco, pero lo más importante está por venir. Entramos al fondo de los tres años  finales, y el período partidista que arrancará en un año

Ya no se puede seguir con los subsidios, cuando la producción a duras penas está comenzando a pararse. Las empresas que retornan a su actividad normal con el fin de las medidas de emergencia, tienen que hacer frente a su responsabilidad social y garantizar el mantenimiento de los empleos.

Esas empresas se van a encontrar con un panorama diferente a cuando cerraron. Muchas  tienen que arrancar a media velocidad, tienen que hacer frente a un reajuste salarial,  sobre todo, no pueden despedir a sus empleados sin cumplir con los programas de ley.

Al gobierno le toca garantizar que se va a seguir caminando en la creación masiva de empleos. Ese papel tiene que ser jugado por el sector privado. El gobierno puede ser el  equilibrio y el sostén para mantener en marcha la línea de pleno  empleo, pero no tiene empresas donde cobijar a los desempleados.

Desde siempre el empleo en el sector gubernamental es paternalista y partidista. Para tener derecho a un cargo, aún y sea de conserje, en la administración pública se  tiene que tener el apoyo de un político, sino seguirá en el banco.

De ahí que debe ser desmantelado el concepto que hay de empleados de carrera. Pocos son los  asalariados del gobierno que lograron sus cargos por concurso de oposición, o cualquier otro método de selección. Ayer y hoy,  sus puestos son premios políticos,  por lo que nadie puede hablar de una inexistente carrera para  transitar 16 años en el pasado y cuatro en el presente.

Veo más luces que sombras en los doce meses de Luis Abinader. Ahora le toca ir ejecutando para salvar en forma definitivas la crisis económica y la de salud. Los retos de hoy, con la apertura en marcha, son mayores que en los doce meses pasados con el covid-19 ahogando a todo el mundo. ¡Ay!, se me acabó la tinta.