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El historiador Ramón Marrero Aristy, en el volumen III de su obra «La República Dominicana Origen y Destino del Pueblo cristiano más antiguo de América», anota que la carretera Enriquillo fue inaugurada el 7 de agosto de 1938, «en medio del entusiasmo de las provincias más favorecidas, con la asistencia del Presidente».
Por Héctor Tineo Nolasco
SANTO DOMINGO, el 7 de agosto de 1938, el dictador Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina, inauguró la carretera Azua-Barahona.
La nueva vía fue bautizada con el nombre de Enriquillo, en homenaje al Cacique Enriquillo, quien encabezó un levantamiento contra los colonizadores españoles y se internó con sus hombres en la Sierra de Baoruco.
El historiador Ramón Marrero Aristy, en el volumen III de su obra «La República Dominicana Origen y Destino del Pueblo cristiano más antiguo de América», anota que la carretera Enriquillo fue inaugurada el 7 de agosto de 1938, «en medio del entusiasmo de las provincias más favorecidas, con la asistencia del Presidente».
Asimismo, Ramón Marrero Aristy calificó de brillante el discurso que pronunció en el acto el dictador Trujillo, quien expresó:
«Los barahoneros no permitirán jamás que sobre el lomo de esta carretera se proyecte otra sombra que no sea la del hombre de trabajo, ni brille otra espada que no sea la de la ley, ni vibre otra voz que no sea la del orden, ni se levante otro ruido que no sea el del trajín constante de los frutos, ni escuche el alma otro rumor que el de vuestras oraciones a la paz».
Al tratar sobre el programa de construcciones de Trujillo, Marrero Aristy sostiene que «El aislamiento de las más importantes regiones del país, por la falta de comunicaciones adecuadas, era un factor decisivo en el atraso y pobreza de esas mismas regiones, además del aspecto negativo en el orden social y cultural».
Afirma que la dificultad de las comunicaciones había trabado el desarrollo de Barahona, «cuando podía convertirse en una de las comunidades más prósperas del país, para formar un equilibrio necesario entre Norte y Sur, con saludables efectos sobre la vida política del país».