Mi Voz, Portada

Mi historia con Johnny Ventura

Fernando Ramirez

Corrían mis años juveniles, cuando empecé a estudiar periodismo y redacción, en el Instituto Dominicano de Periodismo, del doctor Salvador Pitaluga Nivar, y de repente, antes de graduarme, salté a trabajar el periodismo farandulero o artístico.

En ese tiempo a mediado de los años setenta, conocí al licenciado William Liriano, quien era compadre y por muchos años el mánager o empresario artístico del Director de Orquesta Johnny Ventura. Y también me hice muy amigo de Celia, secretaria eficiente de la Oficina artística, así como de varios asistentes del Caballo Mayor, entre ellos el Choby, de la parte de relaciones públicas. Esa oficina me quedaba cerca, pues residía en la calle Francisco Villaespesa y cerca de nuestro club Mauricio Báez, sector de Villa Juana.

Escribía yo para la revista artística Tele-3, de Don Vinicio, así como en el periódico «Última Hora» y al mismo tiempo me invitaban algunos programas de radio en la parte cultural y hasta de la televisión, a entrevistar a artistas tanta nacionales como los que venían de fuera. Un día fui a entrevistar en televisión a uno muy importante y destacado del Combo Show de Johnny Ventura, mi amigo el cantante Fausto Rey, en el programa de TV de Rafael Solano y Erminio Alberty, en «Letra y Música», luego en «Punto Final», de Freddy Beras Goico, y otros más. A Johnny Ventura, le gustó. Ahí comenzó esa amistad.

El caso fue que cuando a mi amigo, el vocalista, músico, arreglista, compositor, director de orquesta, y gran maestro musical, Juan de Dios Ventura Soriano, nuestro querido Johnny, él era un artista aguerrido, fue amenazado de muerte, y yo escribí un artículo periodístico defendiendolo, el cual al parecer le agradó, pues luego lo veo colgado en su oficina artística, que en ese entonces quedaba en el edificio Metropolitano, en la avenida Máximo Gómez esquina San Martin, dónde también estaba la emisora Radio Mil, dirigida por el locutor Jiménez Maxuell. Ese artículo periodístico, fue luego reproducido por la revista de Puerto Rico, TeVe-Guia, de la cual conservo una copia.

Hoy recuerdo a July Peña, al Choby corriendo, a William Liriano (fallecido), su gran Mánager artístico, a su secretaria Celia (mira como baila Celina), a Frank Muniz, a sus músicos, a decenas de personas del entorno de este hombre que se nos va, y que fue el primero en revolucionar y modernizar el merengue en la República Dominicana, el cual le introdujo los saxofones, trompetas, pianos, tambores y efectos electrónicos a su ritmo. Gracias a la magia de la electrónica, seguiremos escuchando su «Tapacon Pisao», «Merenguero hasta la Tambora», «El Tabaco es Fuerte» y cientos de piezas musicales de fama nacional e internacional. Èl se fue, pero no se fue, ahora es inmortal. «Oye que rico Mami.»