Juan Pablo Duarte preside acto de fundación de La Trinitaria
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En opinión de Juan Bosch: «Juan Pablo Duarte tuvo el coraje de creer que en un territorio pequeño, deshabitado e incomunicado interior y exteriormente podía establecerse una República. Para creer eso era necesario tener una fe inconmovible en la capacidad de lucha del pueblo dominicano, y Duarte la tuvo».
Héctor Tineo Nolasco
SANTO DOMINGO, el 16 de julio de 1838, un grupo de jóvenes encabezados por Juan Pablo Duarte Diez, fundaron en la ciudad de Santo Domingo, la Sociedad Secreta La Trinitaria, con el objetivo de crear la República Dominicana.
El historiador José Gabriel García anota en su obra «Historia de Santo Domingo», que el acontecimiento se produjo en un momento que ya existía en Santo Domingo un sentimiento dominicano.
Anota que Duarte aprovechó el disgusto que se expresaba en el pueblo haitiano en contra del Presidente Pedro Boyer, quien había ocupado el Santo Domingo Español, hoy República Dominicana, en el año 1822.
Juan Pablo Duarte había estudiado en Estados Unidos y Europa. Sus conocimientos los aprovechó para organizar La Trinitaria.
José Gabriel García, al referirse al proceso de lucha por la Independencia Nacional, apunta que Duarte aprovechó los errores de Boyer para avanzar en su proyecto. «Se dió a trabajar con toda la energía de su inquebrantable voluntad. Amistades, relaciones, conciudadanía, todo lo aprovechó en bien de su empresa. Escitó á los indolentes, animó a los tibios, templó á los fogosos, convenció á los errados, y pronto tuvo el placer de notar que la patria tenía campeones decididos y que no era un sueño su esperanza de redimirla (sic)».
El entusiasmo de Duarte estimuló a los jóvenes de su generación, lo que le permitió fundar el 16 de julio de 1838, la Sociedad Secreta La Trinitaria, en la reunión que celebraron en la residencia de la señora Josefa Pérez.
Acompañaron a Duarte, en el acto de fundación de La Trinitaria, Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandrino Pina, Felix María Ruíz, Benito González, Juan Nepomuceno Ravelo, Felipe Alfau, José María Serra y Jacinto de la Concha.
Asumieron el compromiso de luchar en la clandestinidad y propagar las doctrinas separatistas y mantener siempre encendido el fuego del patriotismo.
El juramento que concibió Juan Pablo Duarte para los trinitarios fue el siguiente:
«En nombre de la Santísima Augustísima Trinidad de Dios omnipotente: juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro Presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del Gobierno haitiano y a implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará república Dominicana; la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos encarnados y azules, atravesados con una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales: Dios, Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja: y de no, me lo tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo».
Los Trinitarios nombraron a Duarte, General en Jefe de los Ejércitos de la República y Director General de la Revolución.
El 16 de julio de 1838, comenzó una lucha que a pesar de las dificultades y la represión del Gobierno haitiano no se detendría hasta proclamar la República Dominicana el 27 de febrero de 1844, con el trabucazo del prócer Mella.
La organización política fue bautizada con el nombre de La Trinitaria, porque se fundó con nueve miembros que debían formar una base triple de tres miembros cada una.
El trinitario José María Serra registra en sus apuntes, que el grupo tenía un toque de comunicación que significaba «confianza, sospecha, afirmación, y negación, de modo que al llamar trinitario á otro que estaba en su cama, ya éste sabía por el número y manera de los toques, si debía o no responder, si corría ó no peligro». (sic)
Con el decurso del tiempo la Trinitaria creció hasta convertirse en la fuerza política que permitió crear el Estado dominicano.
Es un ejemplo de la capacidad de organización y dirección Duarte, quien cifraba su fe en un régimen democrático y defensor de la patria. «Por desesperada que sea la causa de la patria siempre será la causa del honor».
En opinión de Juan Bosch: «Juan Pablo Duarte tuvo el coraje de creer que en un territorio pequeño, deshabitado e incomunicado interior y exteriormente podía establecerse una República. Para creer eso era necesario tener una fe inconmovible en la capacidad de lucha del pueblo dominicano, y Duarte la tuvo».
Aquel día, hace 176 años, Duarte advirtió que la lucha que debía llevarse a cabo tenía que ser organizada partiendo de la calidad política y humana de los que iban a dirigirla. Como lo resalta Juan Bosch: Duarte tuvo fe en el proyecto «y también la capacidad política indispensable para reclutar y organizar seres humanos y para percibir, de manera instintiva, cuáles, entre los que reclutaba, podían ejecutar los actos que conducirían a la creación del Estado que él había concebido». Fue «él quien atinó a darse cuenta de que entre los escasos pobladores de Santo Domingo de Guzmán había hombres como Francisco del Rosario Sánchez, y Matías Ramón Mella, que además de sentimientos patrióticos tenían las condiciones necesarias para convertir en hechos un sueño que parecía irrealizable».
Con La Trinitaria, nació el 16 de julio de 1838, la organización política que condujo al pueblo dominicano a la fundación de la República, el 27 de febrero de 1844.