Por Héctor Tineo N
CONSTANZA, el 14 de junio de 1959, cuando la tarde caía, aterrizó en Constanza el avión Curtis C-46, que trajo a República Dominicana el primer grupo de 54 expedicionarios que tenían el propósito de llevar a cabo una lucha armada para acabar con la dictadura de Trujillo y formar un Gobierno democrático.
En el grupo estaba el adolescente Pablo Mirabal, quien logró entrar al avión sin que lo vieran antes del despegue. El muchacho había sido abandonado por su madre y Delio Gómez Ochoa lo acogió como su hijastro.
A los expedicionarios se unirían otros grupos de guerrilleros que desembarcaron el día 20 de junio de 1959, por Maimón y Estero Hondo, en la provincia Puerto Plata.
El avión capitaneado por el piloto venezolano Julio César Rodríguez, había salido de la provincia de Holguín, Cuba. La instrucción de la ruta la daba el piloto dominicano Juan de Dios Ventura Simó.
Los expedicionarios recibieron entrenamientos militares en el campamento de «Mil Cumbres», situado en un valle de la «Sierra de los Órganos», en la parte occidental de Cuba. Recibieron apoyo del naciente Gobierno de la Revolución que encabezaba Fidel Castro.
Entre los expedicionarios había un grupo que se unió a la lucha al viajar de Venezuela a Cuba. Se trata de 6 venezolanos, 2 españoles y 27 dominicanos.
El periodista Juan Delancer, en su libro «desembarco de la Gloria», cuya primera edición publicó en 1980, incluye la versión de que «El propio Fidel Castro encomendó la coordinación de la base guerrillera al comandante Camilo Cienfuegos, cuyo entusiasmo, dedicación y solidaridad con el proyecto expedicionario era comparable a la de los organizadores».
En el momento que fueron descubiertos por los militares que prestaban servicios en Constanza, quienes de inmediato abrieron fuego contra el avión y los expedicionarios, los combatientes de junio repelieron el ataque y se internaron en las montañas de Constanza.
El avión piloteado por el venezolano Julio César Rodríguez, logró despegar desafiando las ráfagas de los militares y retornar a Santiago de Cuba.
Rápidamente los expedicionarios se dividieron en dos frentes, uno comandado por el líder de la expedición de junio de 1959, Enrique Jiménez Moya y otro por el cubano Delio Gómez Ochoa, un veterano de la guerrilla de Sierra Maestra que dirigió Fidel Castro.
La versión de Pou Saleta
Uno de los sobrevivientes de la gesta del 14 de junio de 1959, Poncio Pou Saleta, en su libro «En Busca de la Libertad», editado por Impresora Lozano, de Santo Domingo, en julio de 1998, dice que al tocar tierra de Constanza, la primera operación consistió en abrir fuego contra los soldados que se encontraban en guardia en la pequeña pista de aterrizaje, lo que permitió al grupo adentrarse en las espesas montañas, en la misma medida en que se constituía la primera victoria frente al Ejército Nacional.
Poncio Pou Saleta precisa que tan pronto descendieron del avión se desplazaron en formación de despliegue para internarse y tomar la montaña en diferentes direcciones, pero anota que no tuvieron en cuenta que con esa táctica, y por la misma irregularidad topográfica del terreno, se distanciarían significativamente unos de otros.
Poncio Pou relata su primer percance la misma noche del 14 de junio, cuando cayó en la poza de un canal de riego, lo que duplicó el peso de su mochila. Recuerda que fue ayudado a salir del agua por un compañero que se sentía disgustado porque el fusil Fal no le funcionaba adecuadamente y lo usó para que él se agarrara y pudiera salir del agua.
Poncio Pou Saleta dice que así fue como quedaron divididos en dos grupos que jamás hicieron contactos entre sí. Un grupo de 20 guerrilleros lo comandaba Delio Gómez Ochoa y otro de 34, comandado por Enrique Jiménez Moya.
Poncio Pou Saleta precisa que del grupo de Enrique Jiménez Moya, nunca se supo con certeza si sufrió otras divisiones, pero piensa que sí por los relatos de campesinos que se encontraron con guerrilleros en lugares distintos.
En opinión de Poncio Pou Saleta, la división fue un factor determinante en la derrota militar de los expedicionarios, y se debió a que durante el entrenamiento no se tomaron en cuenta una serie de factores, tales como el conocimiento del área y un método planificado de avanzar hacia las montañas, que garantizara la cercanía necesaria entre cada uno de los guerrilleros.
De los 193 expedicionarios de junio de 1959, es decir, los que llegaron por Constanza, el día 14 de junio de 1959 y los que desembarcaron por Maimón y Estero Hondo, el 20 de junio de 1959, sobrevivieron los dominicanos Poncio Pou Saleta, Mayovanex Vargas y Francisco Medardo Germán, así como los cubanos Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal, quienes salieron del país en 1961.
Otro dominicano sobreviviente fue Gonzalo Almonte Pacheco, pero fue desaparecido en la ciudad de Santo Domingo, por agentes de la dictadura de Trujillo.
Los demás cayeron en los frentes de batalla y la mayoría fusilados en la Base Aérea de San Isidro, por una disposición del jefe del Estado Mayor Conjunto, Rafael Leónidas (Ramfis) Trujillo Martínez.
Pablito Mirabal llegó a teniente del Ejército Cubano y murió al ser alcanzado por una descarga eléctrica en el año 1969 y Delio Gómez Ochoa fijó residencia en República Dominicana.
Presidente Leonel Fernández le concede la nacionalidad privilegiada a Delio Gómez Ochoa
En 1997, el Presidente Leonel Fernández le concedió la ciudadanía privilegiada por su contribución a la lucha antitrujillista en favor de las libertades del pueblo dominicano.
La gesta de junio de 1959, constituyó para los dominicanos un despertar. Una derrota militar señalaría la vía para la lucha que no se detendría hasta terminar con la dictadura de Trujillo.
Entre los primeros objetivos de los expedicionarios figuran: Derrocar por todos los medios a su alcance el régimen de opresión y sangre establecido en la República Dominicana por Trujillo desde el año 1930.
Así como establecer un gobierno provisional democrático revolucionario que en un período de dos años ponga en marcha el programa de la Revolución y cree las condiciones para que el pueblo dominicano pueda ejercer libremente sus derechos políticos y sociales. Y derogar toda la legislación antidemocrática de la tiranía.
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