SANTO DOMINGO, el 19 de Mayo de 1965, murió en una emboscada que tendieron tropas del Gobierno de Estados Unidos, del presidente Lindon B. Jonson, el coronel Rafael Fernández Domínguez, líder de los militares constitucionalistas que lucharon por el retorno del profesor Juan Bosch a la Presidencia de la República.
Con Fernández Domínguez también cayeron Juan Miguel Román, Euclides Morillo, y el entrenador militar italiano Ilio Capocci, entre otros otros constitucionalistas.
El objetivo de la misión que encabezaba era toma del Palacio Nacional quera ocupado por tropas estadounidenses y miembros del «Gobierno de Reconstrucción Nacional» que encabezaba el general Antonio Imbert Barreras.
Desde que Juan Bosch fue derrocado el 25 de septiembre de 1965, el coronel Fernández Domínguez y otros militares iniciaron un plan para acabar con el Gobierno de facto del Triunvirato y restaurar el Gobierno constitucional de 1963.
En la guerra de Abril de 1965, Rafael Fernández Domínguez desempeñó un papel de primera línea y murió cuando se dirigía a tomar el Palacio Nacional y fue sorprendido por una emboscada que tendieron militares de Estados Unidos, de los que intervinieron el país el 28 de Abril de 1965.
El cuerpo sin vida de Fernández Domínguez cayó en la calle 30 de Marzo, en la intersección con la calle Abreu, en el sector San Carlos de la Capital,el 19 de Mayo de 1965.
El Coronel Constitucionalista
Fernández Domínguez había nacido el 18 de septiembre de 1934 en la sección Damajuana, municipio de Esperanza. Fueron sus padres el General Ludovino Fernández Malagón y Gloria Erminda Dominguéz Cruz.
En 1952, fue investido Bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas y el 27 de diciembre del mismo año ingresó a la Universidad de Santo Domingo, a cursar la carrera de ingeniería, cuyos estudios interrumpió cuando ingresó a las filas del Ejército Nacional, como Cadete en la Academia Militar Batalla de Las Carreras.
Allí curso estudios de 1954 a 1956, para graduarse de Bachiller en Ciencias Militares. El 22 de diciembre de ese mismo año contrajo matrimonio con Alma Arlette Fernández, con quien formó una familia de cinco hijos.
En febrero de 1957 ingresó a Fort Clayton en la Zona del Canal de Panamá para hacer un curso militar.
En 1961 con el rango de Capitán, desempeñó el cargo de Jefe de la Base Aérea de San Isidro. El 18 de enero de 1962, con el rango de Mayor de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD), liberó a los miembros del Consejo de Estado, detenidos en el Club de Oficiales de esa institución por órdenes del ex general Pedro Rafael Ramón Rodríguez Echavarría, quien fue depuesto ese mismo día, tras intentar un golpe de Estado.
Fernández Domínguez fue ascendido a Teniente Coronel, y nombrado Subjefe de la Fuerza Aérea. Luego fue pasado al Ejército Nacional y enviado en noviembre de 1962 a Fort Gulick, en Panamá para participar en un curso de Comando y Estado Mayor. Alcanzó el segundo lugar entre los 31 militares de América Latina y los Estados Unidos de América que participaron.
Un incidente en el que fue protagonista, se produjo cuando se opuso a que le fuera concedido el rango de general a Luis Amiama Tió y a Antonio Imbert Barreras, sobrevivientes del complot que culminó con el asesinato del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, el 30 de mayo de 1961. En opinión de Fernández Domínguez, por considerar que los rangos concedidos constituían una violación a las normas militares.
En Junio de 1963 realizó otro curso de Instrucción de Infantería Avanzada. Ese mismo año fue nombrado Director de la Academia Militar «Batalla de Las Carreras» de la Fuerza Aérea Dominicana.
Al ser depuesto el gobierno constitucional del presidente Juan Bosch, el Coronel Fernández Domínguez intentó organizar un movimiento de resistencia militar. El 23 de octubre de ese mismo año fue nombrado por el Gobierno de facto del Triunvirato, Agregado Militar dominicano en España.
Desde España escribió a sus compañeros de armas exhortándoles a continuar con los preparativos del contragolpe. En diciembre de 1964 logró un permiso para entrar al país por tres días y aunque estaba continuamente vigilado, logró establecer contactos con los simpatizantes del movimiento conspirativo contra el Triunvirato, al cual y por invitación suya, se incorporó el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Al concluir los tres días del permiso tuvo que abandonar el país como Agregado Militar en Chile.
Fernández Domínguez estaba convencido de lo importante que era para la causa la conservación de su rango militar, razón por la cual aceptó los nombramientos en el exterior. En una carta fechada 22 de marzo de 1965 que envió desde Santiago de Chile a uno de los oficiales de su grupo, expresó: «Respecto a mi posición dentro del Ejército, estoy firme y definitivamente convencido que no debo abandonarla, aún sea bajo la más fuerte de las presiones, ya que es la única forma en que hoy, mañana o algún día podré -en una u otra forma- cooperar en la reestructuración definitiva de las FFAA dominicanas.»
Respecto a la importancia histórica del movimiento constitucionalista que lideraba, y por no haber tenido éxito en un intento de materializarlo, el Coronel Fernández Domínguez escribió el 21 de abril de 1964: «La historia de la República Dominicana no se ha escrito aún… y tengo la firme convicción de que nuestro abortado movimiento será un capítulo de esa historia… La problemática dominicana es bien clara, todo descansará dentro de poco tiempo en la joven oficialía, la cual deberá ser reconquistada por nosotros, por todos los medios.»
En Chile recibió la noticia del derrocamiento del Triunvirato el 24 de abril de 1965 e inmediatamente tomó un avión vía Puerto Rico para regresar al país aunque no pudo entrar a la República Dominicana porque el aeropuerto se encontraba cerrado por tropas que se oponían al movimiento constitucionalista.
El Coronel Fernández Domínguez, que había sido nombrado Ministro de Interior y Policía en el Gabinete designado por el Gobierno Constitucionalista presidido por el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, logró entrar al país después de varios intentos, el día 14 de mayo de 1965 mientras se realizaban negociaciones entre el gobierno constitucionalista de Caamaño y los representantes de las fuerzas estadounidenses que habían invadido el país.