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Cubanos celebran Día de las Madres en medio de restricciones sanitarias

diariodominicano.com

   Por Raúl Menchaca
   LA HABANA, 9 may (Xinhua) -- Por segundo año consecutivo, los cubanos celebran hoy domingo el Día de las Madres en medio de las restricciones sanitarias impuestas por efecto de la pandemia del nuevo coronavirus.
   La prohibición de realizar fiestas y el pedido de aislamiento social marcan esta jornada en un país que durante más de un año ha tenido que aprender a vivir sin abrazos ni besos, y a mantener el adecuado distanciamiento social para evitar los contagios de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).
   Como es tradición, en este segundo domingo de mayo prevalecerían las fiestas familiares y las visitas de los hijos a las madres, pero todo vuelve a quedar suspendido por la dura situación epidemiológica que atraviesa la isla.
   Incluso, los cementerios, y especialmente la habanera Necrópolis de Colón, la más grande de la isla, no tienen la afluencia habitual de personas de este día, pues muchos han optado por no visitarlos para evitar las aglomeraciones.
   "Lamento mucho no visitar hoy el panteón familiar donde coloqué los restos cremados de mi madre, pero comprendo el riesgo y prefiero estar en casa", afirma Esperanza Blanco, una habanera cincuentona cuya madre murió de COVID-19 hace dos meses.
   Cuba vive un tercer rebrote de la pandemia que acumula 115.981 contagios y 732 decesos desde que el nuevo coronavirus apareció en la isla en marzo del pasado año.
   No obstante las restricciones sanitarias, los cubanos no han perdido el amor filial y muchos apelaron a las entregas a domicilio que proliferan por estos días en restaurantes y dulcerías.
   "Como no debo visitar a mi mamá, que tiene 82 años, le encargué un pastel que se lo entregarán desde una dulcería", explica Orestes Mena, empleado de una empresa estatal.
   Mena afirma que siempre trata de pasar este domingo con su madre y sus hermanos, pero que entiende la necesidad de cuidar a la familia, "porque el coronavirus está causando un gran desastre en el mundo entero".
   En una sociedad que venera a las progenitoras, para muchos resulta difícil tener que honrar a las madres desde lejos y sin fiestas que reúnan a toda la familia, pero las autoridades han sido claras en el llamado a mantener la disciplina y cumplir con lo establecido.
   Las madres más ancianas, que forman parte del grupo de mayor riesgo, por lo regular están conscientes de la situación que vive el país, aunque todas añoran la cercanía de los hijos en esta jornada de tradicional celebración.
   "Ojalá pudiera estar con todos mis hijos, pero comprendo lo que pasa y me conformo con la compañía de mi hija, quien vive conmigo", explica Teresa Aguiar, una anciana de 79 años, quien ha vivido los dos últimos días de las madres "extrañando a la familia".
   Y es que en tiempos normales, son pocos los cubanos que en este día no participaban en las celebraciones familiares que, con mayores o menores recursos, se hacen en prácticamente todos los hogares de la isla desde que se comenzó la tradición en 1920.
   De acuerdo con los historiadores, fue en Santiago de las Vegas, una localidad situada a unos 35 kilómetros al sur de La Habana, donde primero se festejó el Día de las Madres, el segundo domingo de mayo de 1920.
   Referencias bibliográficas indican que fue Víctor Muñoz, un conocido periodista de la época, quien publicó el 9 de mayo de ese año en el diario "El Mundo" una crónica titulada "Mi clavel blanco", dedicada a las madres.
   Al año siguiente, el 22 de abril, siendo Muñoz concejal del Ayuntamiento habanero, propuso y logró instituir el agasajo en toda la capital cubana, aunque en 1928, a propuesta del senador Pastor del Río, la Cámara de Representantes le dio carácter de Ley Nacional, y así el segundo domingo de mayo se oficializó como Día de las Madres.
   En la actualidad, la celebración del Día de las Madres ha pasado a ser algo casi obligado entre los cubanos, en una sociedad en la que las progenitoras son vistas y tratadas como una parte "sagrada" de la familia.