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WASHINGTON, 3 may (Xinhua) -- La economía estadounidense registró una enorme caída el año pasado debido a la pandemia de COVID-19. Ante los planes de estímulo anunciados por el Gobierno, varios economistas y republicanos han alertado de la posibilidad de que generen inflación y aumento de impuestos.
En el primer trimestre de 2021, la economía del país subió un 6,4 por ciento anual, impulsada por el plan de estímulo de dos billones de dólares anunciado por la Casa Blanca, informó el Departamento de Comercio estadounidense.
Sin embargo, algunos economistas creen que podría haber inflación debido al exceso de gasto del Gobierno y una subida de los impuestos.
En cuanto al primer aspecto, Desmond Lachman, investigador del American Enterprise Institute dijo a Xinhua que el plan de Biden "generará seguramente un sobrecalentamiento de la economía estadounidense y una aceleración no deseada de la inflación para fin de año".
"El riesgo real que está asumiendo Biden es que sus políticas produzcan un auge muy fuerte este año que obligará a la Reserva Federal a frenar bruscamente la política monetaria para fin de año", explicó.
Esto, a su vez, implicaría el riesgo de un estallido de los precios de los activos globales y el mercado crediticio actual, lo que podría llevar a la economía estadounidense a otra recesión el año próximo, continuó.
El mes pasado, Biden anunció un plan de infraestructura valorado en 2,3 billones de dólares, al que se refirió como "una inversión única en una generación en Estados Unidos".
Según argumentó Lachman, el proyecto tendría lugar en un momento en que el déficit presupuestario y el nivel de deuda pública ya estarán en niveles récord.
"Mi opinión sobre la propuesta de gasto en infraestructura de Biden es que no es más que el último ejemplo del desprecio total de las Administraciones estadounidenses recientes por la buena gestión presupuestaria", consideró.
Por otra parte, a principios de esta semana Biden presentó un aumento de 1,8 billones de dólares del Plan Familias Estadounidenses durante un periodo de 10 años, a través de una subida impositiva al uno por ciento de los estadounidenses y corporaciones más ricos del país.
De acuerdo con el plan, se incrementarían los impuestos al rendimiento del capital de aquellos que ganan más de 400.000 dólares al año.
Los republicanos han criticado estos proyectos inversionistas, ya que, a su juicio, implican demasiado gasto y los planes fiscales podrían dañar la economía.
Muchos sostienen también que los ricos, en cualquier caso, no pagan impuestos y que cualquier subida acabaría siendo asumida por la clase media.
Según un estudio reciente de la Wharton Business School de la Universidad de Pensilvania, la evasión de impuestos, que es en gran parte legal, reduciría en casi 900.000 millones de dólares los ingresos fiscales por la subida impositiva anunciada, estimada en un billón de dólares.