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Gobierno de Santana condena a muerte al general Antonio Duvergé

Antonio Duvergé, de 48 años, había nacido en Mayagüez, Puerto Rico, en 1807, hijo del matrimonio de José Duvergé y María Juana Duval, quienes se establecieron en la comunidad de Baní, en la colonia española de Santo Domingo al poco tiempo, pero retornaron a Puerto Rico al producirse la ocupación haitiana de 1822.

Por HTN

Diariodominicano.com

SANTO DOMINGO, RD, el 9 de abril de 1855, un Consejo de Guerra nombrado por el Presidente Pedro Santana, condenó a muerte al general Antonio Duvergé, a varios miembros de su familia, y al general Juan María Albert.

Antonio Duvergé, de 48 años, había nacido en Mayagüez, Puerto Rico, en 1807, hijo del matrimonio de José Duvergé y María Juana Duval, quienes se establecieron en la comunidad de Baní, en la colonia española de Santo Domingo al poco tiempo, pero retornaron a Puerto Rico al producirse la ocupación haitiana de 1822.

Antonio Duvergé había sostenido diferencias con el Presidente Pedro Santana y por ello lo confinó en El Seibo. Luego fue acusado por el jefe de Estado de encabezar una conspiración contra su Gobierno, y el 9 de abril de 1855 un Consejo de Guerra lo condenó a muerte.

Luego de la medida, el general Antonio Duvergé fue detenido en su residencia de El Seibo, durante un operativo que encabezó el Presidente Santana, y fusilado al poco tiempo.

Duvergé se había distinguido por sus méritos en las batallas contra el Ejército de Haití que invadió en múltiples ocasiones el territorio nacional.

En la Batalla del 19 de marzo de 1844, Antonio Duvergé fue uno de los oficiales que se destacaron en la defensa de la soberanía nacional.

Al terminar los combates fue encargado de la defensa de El Número y más tarde de El Memizo.

Por ello, en las batallas de El Número y El Memizo fue el jefe militar.

Asimismo, se destacó en la Batalla de Cachimán, en la cual los dominicanos derrotaron a los haitianos.

Antonio Duvergé fue ascendido al grado de general y designado jefe del Ejército Nacional en la frontera, en reconocimiento a sus méritos en la lucha por la defensa de la soberanía nacional.

Participó en la lucha contra las invasiones de los haitianos en la primera campaña durante 1844-1849 y a partir del año 1849 hasta el año 1855.

Su condena a muerte es considerada como uno de los actos más abominables de la administración del Presidente Pedro Santana.