Por Rafael Vinicio Herrera, miembro del Foro Cultural de Jarabacoa
(Mi participación anoche en esta actividad, organizada por el Foro
Cultural de Jarabacoa)
Jarabacoa ha participado en todas las luchas patrióticas que se han dado para mantener la República Dominicana libre e independiente, desde la misma creación de la nación dominicana; los aportes de sus hombres y mujeres han sido significativos y han quedado grabados en las páginas de la historia. Pero todavía en Jarabacoa no se conoce lo suficiente de estos aportes y los héroes que nos han representado en estas gestas, héroes que merecen un mayor reconocimiento que el que hasta hoy le hemos brindado. José Duran y Norberto Tiburcio, nuestros dos primeros héroes, destacados en las principales gestas patrióticas nacionales, deben ser mejor conocidos y valorados en nuestro pueblo, por lo que considero muy importantes y oportunas actividades como las que realiza esta noche el Foro Cultural de Jarabacoa, para que la juventud conozca con mayor profundidad la historia de nuestro pueblo.
El surgimiento del pueblo de Jarabacoa se da muy a la par del surgimiento de la Republica; el reconocimiento de sus hombres en las luchas por mantener la independencia es lo que lleva a reconocer a Jarabacoa, primero como puesto militar, en 1854 y luego como Municipio en 1858.
Cuando se da el grito de independencia, el 27 de febrero de 1844, al día siguiente se envió al Cibao a Pedro Ramón Mena a dar la noticia, quien llega a La Vega el 4 de marzo. Allí se convoca una asamblea con tal propósito y en ella se realiza, ese mismo día, el pronunciamiento de La Vega en favor de la causa dominicana de Independencia, que es apoyada por todo el pueblo y las autoridades, incluyendo a las autoridades haitianas.
Pero por qué se da este apoyo tan rápido al pronunciamiento a favor de la independencia, en La Vega, incluyendo la presencia de José Duran y su gente de Jarabacoa?
Es que ya previamente se había realizado en La Vega todo un trabajo de propagación de los ideales de Duarte de formar una república independiente y había un grupo de trinitarios comprometidos que sólo esperaban ese momento para hacer el pronunciamiento de independencia. Por esto no es sorpresa cuando llega Ramón Mena con la noticia. Ya las hermanas Villa tenían hasta la bandera dominicana elaborada, para izarla cuando se le avisara y así se hizo. Además, cuando los trinitarios se reunieron el 24 de febrero en Santo Domingo para planificar todo lo relativo a la fecha y lugar del alzamiento, al día siguiente, el 25 de febrero, enviaron emisarios al interior del país para dar a conocer a los implicados las decisiones tomadas, pues existía una red conspirativa amplia en todo el territorio de la antigua parte española de la isla, por lo que de seguro, ya antes del 4 de marzo se tenía la información en La Vega.
Hay que señalar también que los Trinitarios habían apoyado el movimiento de Reforma que se daba en Haití y se unieron al partido liberal haitiano que derrocó al presidente Boyer, como jugada estratégica, pero Charles Herard al tomar el poder persiguió a los trinitarios y Duarte tuvo que salir del país.
El trabajo que habían hecho Juan Evangelista Jiménez, el padre José Eugenio Espinosa, las hermanas Villa y otros, había dado sus frutos en La Vega. Por esto el rápido apoyo al pronunciamiento del 4 de marzo allí. No dudamos que los ideales de Duarte de formar una república independiente, liberándonos de Haití, llegaran hasta José Duran, en Jarabacoa, quien se desempeñaba como capitán del gobierno haitiano, y cuando se le avisa, inmediatamente va a La Vega con sus hombres a apoyar el pronunciamiento y luego marcha a Santiago, con hombres de La Vega y Jarabacoa, a enfrentar al enemigo, en la batalla del 30 de marzo.
Según nos señala Cesar Arturo Abreu en su libro La Concepción de La Vega, Raíces de nuestro espíritu “Según documentos de la época, el vegano Rafael Servando Rodríguez, acompañado de Rubecindo Betances, visitaba los pueblos del Cibao llevando el mensaje patriótico de la emancipación”. También señala Cesar Arturo que el 24 de septiembre de 1843, durante las festividades de la Virgen de las Mercedes en el Santo Cerro, Juan Evangelista Jiménez dió lectura en alta voz al Manifiesto Revolucionario de los Trinitarios, hecho que lo obligó a mantenerse escondido hasta que se declaró la independencia.
El 27 de febrero, con el trabucazo de Mella, se anunciaba el nacimiento de la Republica Dominicana y se izó la bandera bajo el grito de Dios, Patria y Libertad, rechazando cualquier tipo de dominación extranjera. Pero Charles Herard no aceptó la decisión de los dominicanos y preparó un ejército bastante numeroso para retomar la parte oriental de nuestra isla, iniciándose así la guerra de independencia que se extendió hasta el año 1856.
José Duran, como señalamos, es nuestro primer héroe Jarabacoense y su primera actuación como patriota se da en la Batalla del 30 de marzo en Santiago. Algunos autores, como Agustín Concepción y Manuel Ubaldo Gómez, señalan que también Jarabacoa estuvo representada en la Batalla del 19 de marzo, en Azua, pues allí se encontraba Norberto Tiburcio, con apenas 19 años, quien andaba con su padre vendiendo andullos en el sur y al sorprenderlo allí la guerra, se unió a los patriotas que luchaban a favor de la nueva república. Norberto se integraría luego al Batallón o Guardia Cívica de Jarabacoa, que comandaba el coronel José Duran, que durante todo el periodo de la guerra para mantener la independencia, (1844-1855), estarían siempre al servicio de esta causa.
Después de la destacada participación de José Duran en la batalla del 30 de marzo, le fue otorgado el grado de Comandante, poniéndosele al frente de las tropas que a principio de mayo de 1844 salieron del Cibao hacia el Sur, como refuerzos al ejercito dominicano que luchaba allí contra Charles Herard. Como ya las tropas del Cibao habían rechazado al enemigo, la Junta Central Gubernativa, preocupada por la inacción del ejército del sur, planeó que saliera una expedición del Cibao que cayera por Constanza sobre el valle de La Maguana y atacara por retaguardia a los invasores, operación que ofreció realizar Juan Pablo Duarte, quien quería contribuir con la patria también en el campo de batalla; pero la Junta desestimó tal ofrecimiento, por las intrigas que ya empezaban a aflorar y dejó dicha misión a cargo del General Ramón Mella, quien a la vez dio órdenes al Coronel José Duran para que comandara las fuerzas que irían por Chinguela al Sur, tocándole a este jarabacoense la responsabilidad de realizar tal misión.
Dice Guido Despradel y Batista, refiriéndose a la participación de José Duran y al aporte de La Vega a la Independencia que “ cuando las valientes tropas veganas desempeñaron en estas campañas libertadoras un papel preponderante y de vital importancia para el mantenimiento del triunfo de las armas de la Republica, fue en aquellas diversas circunstancias en que bajo el mando experimentado del arrojado general Jarabacoense José Duran, ascendían las escarpadas vertientes del macizo central para, cruzando el paso difícil de Chinguela, caer desde Constanza al Valle de San Juan y hostilizar la retaguardia del enemigo en plenas llanuras del Sur. Porque eran dos frentes de batalla, -continua diciendo Despradel- el del Sur y el del Norte, sin caminos por tierra y con la cordillera Central como infranqueable barrera; en muy pocas ocasiones el soldado del Cibao peleó junto al del Sur y al del Este; ambos tuvieron su propio campo de batalla en sus regiones respectivas, y el paso de Chinguela entre Constanza y San Juan , fue el punto divisorio y la atalaya de expectación desde donde el hermano contaba con una puerta de pase para prestar auxilio al hermano en caso de suma urgencia. Las tropas de La Vega, al mando del General José Duran eran los centinelas permanentes de esta puerta de pase”.
Las fuerzas despachadas por Mella al mando del Comandante José Duran, según dice José Gabriel García, “aunque llegaron tarde a San Juan para hostilizar al enemigo que iba ya en retirada, llegaron a tiempo de proteger la ocupación de Azua por el Comandante Antonio Duvergé y el contra pronunciamiento de Neiba por Tavera”.
El General José Duran se mantuvo activo al frente de su Batallón o Guardia Cívica de Jarabacoa hasta ver terminada la guerra de Independencia, participando siempre como centinela en el paso de Chinguela o en cualquier otro lugar que se le llamara. En octubre de 1845, participó, junto a tropas veganas, en la batalla de Beler y diez años más tarde en la batalla de Sabana Larga.
Todavía al final del 1855 se menciona a José Duran en su accionar al frente del batallón de Jarabacoa, como guardianes en el paso del sur hacia el Cibao. Según un oficio del Gobierno del 11 de diciembre de 1855, el gobernador político de Santiago escribe: “El General Libertador me escribió de Azua, el 7 de los corrientes y entre otras cosas, me dice que oficie Usted inmediatamente al Gobernador de La Vega para que de órdenes a fin que el Coronel Duran con su Batallón o Regimiento de Guardia Cívica de Jarabacoa pueda marchar, bien sea al valle de San Juan a los lugares de los ríos donde siempre ha acostumbrado a acantonarse para impedir el tránsito del enemigo por Constanza. En Consecuencia usted dará las órdenes correspondientes y advertirá al Coronel Duran que debe ponerse en contacto con el Libertador”.
No tenemos los nombres de todos los que formaban el Batallón o Guardia Cívica de jarabacoa, pero creemos que eran la mayoría de los hombres adultos que vivían en el pequeño pueblo, que para entonces no pasaba de 150 o 200 familias. Sólo se mencionan en los documentos y libros que hemos consultado, a José Duran, que era el comandante, a Norberto Tiburcio, que se integró luego y a Porfirio García. Este mismo batallón, pero ampliado con un número mucho mayor de Jarabacoenses, y comandado por el mismo general José Duran, jugaría un papel estelar en la Guerra de la Restauración.
Es necesario que sigamos conociendo nuestro pasado, nuestra historia, la historia de nuestro pueblo de Jarabacoa y los hombres y mujeres que lucharon por una patria libre y democrática. Hoy más que nunca nuestra juventud necesita hacer conciencia del sacrificio y esfuerzo que les costó a esos héroes, que entregaron todo, sin esperar nada a cambio; valorar su entrega, para aprender a defender la patria que nos legaron; la juventud necesita aprender a amar nuestra patria con acciones concretas; a no dejar que los malos políticos cuando llegan al poder hagan los que les venga en ganas, sin pensar en el bienestar del pueblo ; la juventud necesita involucrarse en la solución de los problemas que los afectan, sin indiferencia, exigiendo a las autoridades que cumplan con su compromiso; necesitamos tener un referente que fortalezca nuestra identidad como pueblo y mantenga los ideales de libertad de nuestros forjadores.
Como bien lo señala Mukien San en sus palabras introductorias y de motivación a esta actividad, sólo conociendo nuestra historia, evitaremos que se repitan los mismos errores del pasado y tengamos un futuro mejor.