Internacional

El exilio como fuente de crisis diplomática entre EEUU Y Rusia

Willians De Jesús Salvador

Cuando el escritor nacionalista Alexander Solzhenitsyn de nacionalidad soviética, se exilio en el año 1975 en los Estados Unidos de Norteamérica, se profundizaron las contradicciones diplomáticas entre Moscú y Washington, haciendo que la guerra fría alcanzara temperatura a niveles diplomáticos por debajo de cero grado.

Ahora es la Casa Blanca sede del gobierno norteamericano, que reacciona decepcionada por el status de exiliado temporal que el gobierno moscovita a otorgado al ciberespia Edward Snowden, quien traicionó a su pueblo al revelar informaciones secretas inherentes a la Seguridad Nacional, creando de paso una crisis diplomática de gran escala a EEUU con países que son socios comerciales y aliados estratégicos, justo en el momento que se habían disipado las reacciones por los conflicto derivados de los llamados «WikiLeak».

Aleksandr Isáyevich Solzhenitsyn, fue un escritor e historiador ruso, Premio Nobel de Literatura en el año 1970. Era matemático y físico, quien sirvió al ejército soviético desde el año 1941 hasta el año 1945, en el cuerpo de transporte y oficial artillero. Tras su participación en la batalla de tanques más grande de la historia (Batalla de Kursk), fue detenido por en febrero del 1945 por emitir opiniones anti estalinista, siendo condenado a 8 años de trabajos forzados y al destierro perpetuo.

En la cárcel escribió su primera novela El circulo, en la que relata los sufrimientos de los excombatientes de la Gran Guerra Patria, esta y las sucesivas obras de este prolifero escritor, fueron proscrita por el gobierno de Stalin, liberados de la cárcel pero aun condenado al destierro perpetuo, sirvió como maestro de matemáticas en Vladimir y Riazán, en el corazón de Rusia, donde llevaba una vida normal, escribió la novela «Un día en la vida de Ivan Denísovich, en el año 1962, cuando el estalinismo se eclipsaba en la URSS, dando paso el XX Congreso del PCUS dirigido por Nikita Jruschov, a una nueva etapa de relanzamiento del Soviet Supremo.

El autor de la famosa obra, Archipiélago Gulag, que es un análisis del sistema de prisiones soviético, terrorismo y de la policía secreta. Es una obra matizada por la ironía y un laberinto de tragedias, atrocidades de un Estado enfrentado a su propio pueblo, en una lucha demencial por controlar hasta la cantidad de aire que entra y sale de los pulmones de cada ciudadano. Los ciudadanos eran presos de confianza, y en el gulag hacia el 1936 había una colonia penitenciaria de aproximadamente cinco millones, y a la muerte de Stalin cuarenta o cincuenta millones habían pasado las ergástulas de la URSS.

El laureado escritor, viajó a los Estados Unidos en 1975 donde se estableció como exiliado, desde donde siguió escribiendo su documento novela Lenin en Zúrich, a la vez que se convirtió en el speaker de más importancia en contra de la revolución soviética y hacia críticas muy viscerales en contra de occidente.

Cuando cae el muro de Berlín y termina la guerra fría, volvió a su patria, ya disuelta la URSS, en el nacimiento de la Federación de Rusia, regresa en el año 1994 donde fue recibido como un héroe nacional, recobrando la nacionalidad soviética, el 3 de agosto del año 2008 muere en su residencia en Moscú, velado en la sede de la Academia de las Ciencias de Rusia, esto fue un acontecimiento que desde los Urales hasta el mar Báltico consternó a la sociedad soviética, quienes desfilaron en masa frente al féretro y el hoy presidente Vladimir Putin rindió homenaje a quien fue el mayor critico del régimen comunista.

El gobierno de la Federación de Rusa, ha decidido haciendo uso a sus prerrogativas soberanas darle asilo temporal al ciberespia Edward Snowden, y esto no significa que el gobierno ruso se solidariza con sus pronunciamientos, ni que apoya su deslealtad al gobierno norteamericano, sino, que está actuando dentro de los cánones del derecho internacional y cumpliendo con un aspecto humanitario, pues, en toda parte del mundo donde hay establecida la pena de muerte, esta es la condena en primera instancia que merecen los traidores a la patria, y en un grado de conmiseración de la justicia norteamericana, la cadena perpetua.

Los enojos del gobierno del demócrata Barack Obama, son atendibles y comprensibles, pues, ningún presidente puede reaccionar con indiferencia diplomática ante lo que se considera un crimen contra su patria, sin embargo, tiene que ponerse en las perspectivas inversas, y saber que desde los inicios de Revolución cubana, esa gran nación que es EEUU, la más demócrata del planeta, ha sido un reservorio de los desertores cubanos, algunos por razones políticas, otros por razones económicas y los que más por el deseo que comparten los habitantes del tercer mundo, emigrar a los EEUU, atraído por lo que se llama «el Sueño Americano».

Además huelga decir, que el asilo tiene una larga historia, se inicio como asilo de carácter religioso para delincuentes, y desde hace mucho tiempo solo está contemplado para políticos y personas que son susceptibles de represión por sus ideas en su país de origen, además de los aspectos de carácter humanitarios que se mezclan en estos casos, que obligan a los países a considerarlo como un derecho humano de carácter universal.

2013-08-04 15:17:43