Washington, 19 ago (PL) La eventual suspensión de unos mil 300 millones de dólares anuales en ayuda de seguridad a Egipto por parte de Estados Unidos constituye hoy un asunto de intenso debate en medios políticos y de prensa nacionales.
Después que los militares egipcios derrocaron al presidente Mohamed Morsi el 3 de julio pasado, se desataron enfrentamientos que fueron particularmente graves el miércoles último en El Cairo, con un saldo de unos 800 muertos, cuando las fuerzas represivas desalojaron dos acampadas de seguidores del mandatario constitucional.
Desde que el presidente Barack Obama anunciara el jueves pasado la suspensión de los ejercicios conjuntos Bright Star con las fuerzas armadas egipcias, previstos para septiembre venidero, la atención de la opinión pública se centró en la posibilidad de eliminar la asistencia financiera a El Cairo.
La Casa Blanca no debe calificar a Egipto como un actor esencial en los asuntos del mundo árabe y por tanto tiene que cortarle la ayuda multimillonaria e invertir ese dinero en otros países donde la democracia tiene más posibilidades de triunfar, señala este lunes un artículo de la revista Time.
Sin embargo, el congresista republicano Peter King, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, considera que Washington no debe eliminar del todo dicho beneficio, debido a la necesidad de mantener la influencia en esa nación, la más populosa de Oriente Medio.
Las fuerzas armadas norteamericanas dependen de Egipto para trasladar su personal y equipos a Afganistán, y a otras partes de conflicto en Oriente Medio, lo que complica los esfuerzos de Washington para presionar a los servicios castrenses egipcios para que cesen la represión violenta contra los manifestantes pro Morsi.
Durante 2012, más de dos mil aviones militares estadounidenses volaron a través del espacio aéreo egipcio, en apoyo a misiones en territorio afgano y en toda la región del Levante, mientras alrededor de 45 buques de la Armada norteamericana atraviesan el Canal de Suez anualmente, incluyendo grupos de ataque de portaaviones.
Las autoridades de El Cairo habitualmente otorgan prioridad a dichas embarcaciones para que crucen la vía acuática de forma expedita, sin esperar largas colas de barcos para acceder al canal que conecta el mar Mediterráneo con el Rojo.
En ese sentido, la cooperación egipcia resulta vital actualmente en momentos el que el Pentágono enfrenta fuertes recortes presupuestarios, considera el artículo de Time.
Si los militares egipcios prohiben a Estados Unidos el uso del espacio aéreo y el acceso al Canal de Suez, las fuerzas armadas norteamericanas enfrentarían mayores costos y tiempos de espera demasiado largos para transportar sus fuerzas y medios a otros teatros de operaciones.
Los buques militares generalmente tendrían que hacer una travesía de dos semanas y más de seis mil millas náuticas alrededor de África para llegar al Golfo Pérsico.
El secretario de Defensa norteamericano, Charles Hagel, ha tenido en las últimas dos semanas 17 conversaciones telefónicas con su homólogo egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, a quien advirtió que la represión contra las manifestaciones antigubernamentales ponen en riesgo las relaciones del Pentágono con las fuerzas armadas del país árabe.
Sin embargo, Fatah al-Sisi reiteró este lunes que su gobierno mantendrá una postura firme contra grupos islamistas opuestos a la remoción de Morsi.
2013-08-19 18:41:36