Brasilia, 30 oct (PL) La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ratificó hoy el compromiso de su Gobierno de acabar con la pobreza en el país y dar continuidad de esta manera a un empeño iniciado hace una década por su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva.
Al intervenir en un acto por los 10 años del programa Bolsa Familia, Rousseff destacó que la tecnología social creada para transferir renta a los más pobres fue capaz de barrer con las políticas clientelistas centenarias de esta nación.
«El programa Bolsa Familia va a existir en tanto exista una sola familia pobre en el país», resaltó al recordar que esta iniciativa sacó de la pobreza extrema a 36 millones de brasileños y beneficia hoy a unas 50 millones de personas.
Se trata del mayor proyecto de transferencia de rentas de Brasil y del mundo, que concede subsidios de 70 reales (31 dólares) a los personas de muy bajos ingresos y garantiza además su acceso a la salud y la educación, aseveró.
Puntualizó que este beneficio permitió al país avanzar en otros renglones, pues con esta asistencia mejoró la alimentación de esos millones de ciudadanos, así como su salud.
Con la ejecución de Bolsa Familia se redujeron en un 46 por ciento las muertes de niños por diarrea y se disminuyó en más de un 50 por ciento la mortalidad infantil, subrayó.
La mandataria dijo que esta iniciativa en apenas 10 años contribuyó a atenuar la creciente desigualdad creada durante cinco siglos, lo cual denota su importancia y legitimidad.
Además de Rousseff, intervino en esta ceremonia, realizada en el Museo de la República, el expresidente Lula, quien desestimó las críticas de varios políticos a este programa, el cual califico de todo un éxito y asegurador del desarrollo de la nación.
No sé por qué a algunos le incomoda que el Gobierno entregue un subsidio a los pobres, preguntó al señalar que de seguro a esas personas no desean que el obrero, el trabajador prospere.
Rememoró que cuando llegó a la presidencia de Brasil en 2003 se propuso hacer todo lo necesario para acabar con el hambre y ningún otro programa ha logrado tanta inclusión social y cambió la mentalidad de la nación como este.
Hoy somos una nación con prestigio internacional y más de 60 representaciones de otros países nos visitaron para aprender y aplicar esta iniciativa de combatir la pobreza, enfatizó.
El expresidente se quejó asimismo que en el planeta se gasten millones y millones de dólares en guerras, cuando con esos fondos se podría acabar con el hambre y salvar millones de vidas.
2013-10-30 20:15:29
