Apatzingán, México DF 16 enero.- El gobierno mexicano trataba de reestablecer el orden en el convulso estado de Michoacán (oeste) ayer miércoles buscando el apoyo de las autodefensas para que depongan las armas y colaboren con información para atacar al narcotráfico.
En medio de la batalla que sostenían las últimas semanas las milicias de las autodefensas y sus enemigos del cártel Los Caballeros Templarios, el gobierno asumió la seguridad de la conflictiva región michoacana de Tierra Caliente y el martes desplegó a miles de efectivos en los principales feudos del narcotráfico.
En la ciudad de Apatzingán 2,000 agentes federales y militares desarmaron a unos 200 miembros de la policía municipal -señalada de trabajar para los Templarios- y se hicieron con el gran refugio y centro de operaciones del cártel.
Pero en la mañana de ayer, a una calle de la alcaldía de Apatzingán, dos hombres jóvenes pudieron incendiar una farmacia y escapar. «Rompieron un vidrio, ingresaron, rociaron combustible y le prendieron fuego», explicó Humberto Martínez, un comandante de la fiscalía del estado de Michoacán.
El ataque ha sido atribuido a los Caballeros Templarios que el viernes ya sembraron el terror en Apatzingán prendiendo fuego a la alcaldía y otros comercios en una aparente advertencia de que defenderán su feudo.
Estos ataques llevaron a que sus calles luzcan casi desiertas ante el miedo a más agresiones. «Los dueños de la farmacia sí han abierto todos los días y hoy los atacaron. Yo no sé si seguir cerrando, pero ya nos falta dinero», reconoció el dueño de una tienda de ropa vecina de la farmacia.
La impunidad del ataque generó más inseguridad entre habitantes de Apatzingán y suspicacias de las autodefensas sobre la capacidad o voluntad del gobierno para atacar a los Templarios.
Las autodefensas fueron creadas hace casi un año por vecinos de Michoacán que se dijeron desesperados por las agresiones de los Templarios y, con su fuerte armamento, han venido tomando el control de decenas de comunidades para expulsar a los narcotraficantes.
A la vista del ataque de Apatzingán «no podemos confiar» en las promesas de seguridad, dijo Estanislao Beltrán, un vocero de las autodefensas.
LAS SEÑALES DISTINTAS DEL GOBIERNO MEXICANO
El gobierno mexicano, que fue señalado de permitir que las autodefensas pudieran hacerse con el poder en comunidades de una veintena de municipios, intervino en Tierra Caliente cuando se había convertido en un campo de batalla, con constantes balaceras y bloqueos de carreteras con vehículos incendiados.
Las autoridades federales asumieron el control de Apatzingán (unos 120.000 habitantes), Uruapan (315.000) y Múgica (45.000), puntos que consideraron «estratégicos» para la delincuencia. Pero analistas dudan de que este operativo sea eficiente para acabar con más de una década de violencia en Tierra Caliente, una región clave para el narcotráfico.
2014-01-16 15:04:09