Por Yaritza Santiago Caraballo / ysantiago1@elnuevodia.com
Liana Sanpayo, de 75 años, está más que feliz por la canonización del papa Juan Pablo II. (ana.abruna@gfrmedia.com).Liana Sanpayo, de 75 años y residente de Guaynabo, tiene razones para celebrar hoy.
Esta feligrés católica, al igual que miles de católicos en Puerto Rico, están más que felices por la canonización hoy del papa Juan Pablo II, un hombre que para ella representó muy bien a Jesús en la Tierra.
«Yo me siento como si a un familiar mío lo honraran por algo que hizo bien», destacó esta feligresa de la Parroquia San José de Villa Caparra, en Guaynabo.
Aunque esta mujer no pudo ver en persona al Papa Juan Pablo II en su visita a la Isla aquel 12 de octubre de 1984, recuerda al santo padre como el Papa de la gente, como una persona que abrió una perspectiva diferente a todos los católicos, pues «él estaba más cerca de todo el mundo».
«Yo vi la visita del Papa por televisión y me emocioné mucho como católica porque fue tan lindo de que él estuviese aquí. El Papa viajero, como le decían, fue una maravilla. Fue el más humano, el que se nos acercó mas», destacó Sanpayo momentos antes de entrar a otra iglesia en Guaynabo para participar de la misa.
Para el padre Joel del Cueto, de la Parroquia Maria Madre de la Misericordia, en Guaynabo, la canonización hoy de Juan Pablo II y de Juan XXIII significa para Puerto Rico «el patronazgo porque estos dos hombres marcaron la historia de diversas maneras y fueron hombres llenos del espíritu santo».
2014-04-27 05:32:22
