Beirut, 4 jun (PL) La incapacidad del gobierno libanés para llegar a un acuerdo sobre mecanismos de trabajo durante el vacío presidencial disparó hoy las preocupaciones sobre el futuro político del país, sin descartar un colapso del propio Ejecutivo.
El gabinete del primer ministro Tammam Salam fracasó el martes, por segunda ocasión consecutiva, en lograr el consenso para delinear mecanismos reguladores de su trabajo mientras El Líbano continúe sin jefe de Estado, luego que Michel Sleiman concluyó su mandato constitucional el 25 de mayo.
Según voceros oficiales, la sesión del gobierno mostró una «atmósfera positiva», aunque cinco de los 24 ministros se marcharon antes de concluir, uno, el canciller, por razones de viaje, y los otros (Turismo, Agricultura, Cultura, y Energía y Agua) por motivos aparentemente injustificados.
El diputado Shant Janjanjian del bloque 14 de Marzo expresó hoy temor de que el vacío presidencial se prolongue e impida la gestión de otras instituciones estatales e incluso de la ciudadanía, pues el impasse político hizo aplazar la realización de exámenes oficiales en la enseñanza pública.
La inquietud en la alianza pro-occidental, sin embargo, no reflejó una atenuación del antagonismo con su rival, el bloque 8 de Marzo, que lidera el movimiento de resistencia chiita Hizbulah (Partido de Dios), al acusarlo de subordinar la situación del país a las elecciones presidenciales en Siria.
Un ministro opinó que las situaciones fuera del Gobierno no llevarán de inmediato a un arreglo político, pero hasta ahora no se ha llegado al extremo de forzar un colapso del Ejecutivo, como ha ocurrido otras veces cuando un grupo político retira a los titulares que le son leales.
Fuentes periodísticas insistieron en que están en marcha negociaciones entre el bloque parlamentario Cambio y Reforma, liderado por el cristiano maronita Michel Aoun, aliado de Hizbulah, y el movimiento Mustaqbal (Futuro), que encabeza el exprimer ministro sunnita Saad Hariri.
Tales acercamientos disiparían dudas sobre la suerte del gabinete, si bien persisten discrepancias respecto a cómo proceder para convocar sesiones del Gobierno, preparar la agenda de las sesiones o firmar decretos.
Aunque el ministro de Información, Ramzi Jreij, aseguró que se manejarán las cosas por unanimidad y en un espíritu de «responsabilidad colectiva», el primer ministro Salam defendió las atribuciones que confiere la Constitución en momentos en que esté vacante la jefatura del Estado.
La Carta Magna, puntualizó Salam, es «clara» e «indiscutible» en dar al jefe del Ejecutivo los poderes de convocar al gabinete y preparar la agenda de las sesiones.
Cuando analistas y los mismos políticos creen poco probable que haya un mandatario libanés en las próximas semanas o meses, crece la inquietud por los comicios parlamentarios con opiniones que favorecen desligarlos de la votación presidencial y hacerlos tras la aprobación de una ley electoral.
2014-06-04 18:02:45