
Buenos Aires, Argentina 19 febrero .- La marcha del silencio, que muchos han bautizado ya como la «marcha de los paraguas», inundó el centro de Buenos Aires bajo una lluvia torrencial en homenaje de Alberto Nisman en el día en que se cumple un mes de la muerte del fiscal que denunció a la presidenta argentina, Cristina Fernández.
La lluvia estalló minutos antes de que comenzara la marcha, que arrancó puntual encabezada por la familia de Nisman y varios de sus compañeros fiscales, y obligó a los manifestantes a guardar banderas y carteles para empuñar sus paraguas.
En medio de un fuerte dispositivo policial, los vendedores ambulantes de paraguas y ponchos sacaron provecho entre los desprevenidos de los más de los algo más de 400.000 asistentes, según informaron fuentes de la Policía Metropolitana.
En las redes sociales los argentinos hablaban de «Marcha de los paraguas», un nombre que ya había bautizado otra histórica marcha realizada en 1994, en repudio al atentado contra la mutua judía AMIA, que dejó 85 muertos.
La investigación de ese ataque terrorista, que casi 21 años sin ser esclarecido, estaba precisamente a cargo de Alberto Nisman.
«Homenaje al fiscal Nisman. Marcha del silencio», rezaba escuetamente la pancarta negra que encabezaba la manifestación, sujetada por los compañeros de Nisman.
Tras ellos, caminaba la exmujer del fiscal fallecido, la jueza Sandra Arroyo Salgado, vestida de negro y acompañada de la mayor de las dos hijas que tuvo con Nisman.
La marcha había sido convocada por un grupo de fiscales argentinos, con el silencio como principal consigna, que solo fue interrumpido por aplausos, reclamos de «Justicia» o gritos como «Nisman presente», «Nunca más» y el himno nacional.
Los manifestantes cumplieron y, tal como habían pedido los convocantes, evitaron las consignas políticas para rendir homenaje a Nisman sin sesgos partidarios.
Banderas argentinas y carteles donde se leía «Justicia», «Yo soy Nisman» o «Todos somos Nisman» sobresalían de la marea de paraguas que desbordó la emblemática Avenida de Mayo que enlaza el Congreso con la Plaza de Mayo, el recorrido de la marcha.
«Queremos que haya Justicia en la Argentina, queremos un país mejor para nosotros para nuestros hijos donde se pueda vivir con esperanza», dijo a Efe Franco Armelín, uno de los manifestantes, quien apuntó que aunque «hay muchas presiones» toda «la ciudadanía quiere que esto se resuelva».
«Estoy aquí porque quiero Justicia (…). Lo que está pasando en este país ya lo vivimos en otras oportunidades y no quiero que se vuelva a repetir, porque quiero Justicia y que la Justicia sea independiente», apuntó Magdalena Pereira.
Al llegar a la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, los fiscales convocantes subieron a una tarima y pidieron un minuto de silencio «acompañando el sentimiento de la familia».
La Plaza a rebosar rompió a corear el himno argentino y desde la cabecera de la manifestación se pidió «una desconcentración de manera ordenada y pacífica».
La marcha del silencio trajo a la memoria de los argentinos otras movilizaciones multitudinarias que sacudieron Buenos Aires, como la protesta convocada en 2008 por las organizaciones agrarias en mitad de la llamada crisis del campo que enfrentó al Ejecutivo y a los productores agrícolas y el masivo cacerolazo contra el Gobierno de Cristina Fernández de 2012.
Alberto Nisman, fiscal especial de la causa sobre el atentado contra la mutua judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, murió el pasado 18 de enero de un disparo en la sien, cuatro días después de denunciar a la presidenta argentina por supuesto encubrimiento a sospechosos iraníes del ataque.
Las circunstancias de la muerte de Nisman aún no se han aclarado mientras que se multiplican las dudas sobre la eficacia de la investigación, que un mes después no ha podido confirmar si se trató de un suicidio pese a que las primeras pericias descartaban a priori la intervención de terceras personas.
Exdirector de servicio secreto argentino declara por muerte de Nisman
Antonio «Jaime» Stiuso, exdirector de operaciones de la Secretaría de Inteligencia de Argentina, declaró ante la fiscal que investiga la muerte en extrañas circunstancias del fiscal Alberto Nisman, pero el contenido de su testimonio no será difundido, informaron hoy fuentes judiciales.
La fiscal a cargo del caso, Viviana Fein, dijo en un comunicado que «ya se recibió la declaración testimonial» de Stiuso y que «dicho acto fue debidamente notificado a las partes».
Fein también informó que recibió hoy el informe completo del peritaje toxicológico y parte de las pruebas histopatológicas practicadas sobre el cuerpo de Nisman, hallado muerto el 18 de enero en extrañas circunstancias.
«Para preservar el curso de la investigación, la fiscalía hace saber que no se difundirán ni el contenido de las declaraciones testimoniales ni de los informes médicos recepcionados», indica el comunicado.
Stiuso, quien colaboraba con Nisman en la investigación del atentado en 1994 contra la mutualista judía AMIA, fue relevado días atrás por el Gobierno de guardar el secreto en relación a sus actividades de inteligencia para que pudiera ser indagado.
Según la investigación, Nisman mantuvo contacto telefónico con una línea a nombre de Stiuso un día antes de su muerte.
El Gobierno señala al exagente como instigador de una maniobra que llevó a Nisman a presentar, cuatro días antes de su muerte, una denuncia contra la presidenta Cristina Fernández por presunto encubrimiento de los iraníes acusados por el ataque a la AMIA, en el que murieron 85 personas.
Hasta ahora el único imputado en el caso es Diego Lagomarsino, el informático que trabajaba con el fiscal y que le entregó el arma que acabó con su vida y fue hallada junto a su cadáver.
2015-02-19 11:00:52