Bogotá, 20 feb (PL) Transcurridos hoy dos meses del inicio del cese el fuego decretado por las FARC-EP aumenta la expectativa entre los colombianos en torno a la posibilidad de que sean silenciadas todas las armas, para avanzar hacia el fin del conflicto.
La medida decretada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) fue interpretada como un gesto a favor de la paz por activistas, defensores de derechos humanos y otros actores del escenario político.
No obstante las intenciones y resultados de esa disposición, aplaudida por veedores nacionales y por las propias comunidades asentadas en los tradicionales escenarios de enfrentamientos, el Gobierno ha descartado hasta el momento secundar la iniciativa.
Según pronunciamientos del movimiento insurgente, pese a la tregua puesta en vigor desde el pasado 20 de diciembre, prosiguen las arremetidas del Ejército contra los campamentos de los grupos guerrilleros, acciones que ponen en peligro la continuidad de la pausa bélica.
Ante recientes denuncias sobre combates con militares, las FARC-EP aseguraron que han sido obligadas a responder en legítima defensa.
Tras un encuentro con miembros del Frente Amplio para la Paz, la insurgencia ratificó su decisión de mantener la suspensión unilateral de los operativos ofensivos, a pesar de la persistencia de los ataques en su contra, que calificó de sabotajes.
En La Habana, sede de las conversaciones entre voceros gubernamentales y de las FARC-EP para hallar una salida negociada al conflicto, ambas delegaciones comienzan a delinear la opción de un cese el fuego bilateral.
Mientras llega ese acuerdo surgen propuestas a lo interno del país para reducir la confrontación y minimizar la victimización de la población civil.
Una de ellas propone instaurar un cese el fuego parcial, en zonas muy golpeadas por la guerra, entre las que se menciona a resguardos indígenas y asentamientos de afrodescendientes.
Tal iniciativa fue esbozada por el coordinador del sistema de Naciones Unidas (ONU) en Colombia Fabrizio Hochschild.
En su opinión tal paso pudiera ser decisivo para aminorar el impacto de la conflagración, la cual ha perjudicado de forma directa a 6,8 millones de personas en el transcurso de más de medio siglo.
En un ambiente de reciprocidad no puede ser que una parte ceda y la otra se limite a pedir solamente, así no funcionará, afirmó el representante de la ONU, quien instó al Ejecutivo a adoptar comportamientos consecuentes con la decisión de las FARC-EP a favor de la distensión.
El siguiente ciclo de encuentros entre ambas fuerzas beligerantes comenzará en Cuba el próximo 25 de febrero, con el reto de que las pláticas conduzcan a avances en el tema del cese el fuego bilateral, una demanda de religiosos, políticos, activistas, líderes sociales, campesinos y ciudadanos de a pie.
Paralelamente a los progresos en los diálogos en Cuba, el pueblo debe apreciar que dentro del país los combates disminuyen, de lo contrario la paz seguirá siendo una quimera para los colombianos, afirmó el senador Iván Cepeda en declaraciones a Prensa Latina.
2015-02-20 14:06:20