Internacional

Washington y Tel Aviv viven otro capítulo gris por supuesto espionaje

Washington, 24 mar (PL) La Casa Blanca y el primer ministro Benjamin Netanyahu viven hoy otro capítulo gris en sus relaciones luego de que The Wall Street Journal revelara que Israel espió las negociaciones internacionales sobre el programa nuclear de Irán.

Según ese diario estadounidense -que cita a funcionarios de la administración norteamericana-, Tel Aviv espió las conversaciones a puerta cerrada entre Teherán y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido y Francia, más de Alemania), por las que ha apostado el presidente Barack Obama pese a la postura del reelecto Netanyahu.

Indica el rotativo que Israel acopió datos provenientes de reuniones confidenciales, y a través de informantes y contactos diplomáticos estadounidenses en Europa.

La operación -señala el periódico- formaba parte de la campaña del gobierno de Netanyahu para penetrar las conversaciones a fin de elaborar argumentos contra un eventual acuerdo.

De acuerdo con el Journal, se estableció un intercambio de «información privilegiada» entre Israel y legisladores estadounidenses con el objetivo de «drenar respaldo» a un posible acuerdo con Irán (cuyas líneas fundamentales se prevé estén listas al concluir este mes).

La Casa Blanca habría conocido de esta movida tras la interceptación -por sus agencias de inteligencia- de comunicaciones en que funcionarios israelíes manejaban detalles que solo podían conocerse mediante acceso a las pláticas confidenciales.

El artículo publicado este martes señala que fuentes de Tel Aviv negaron el espionaje directo a las negociaciones entre Irán y el G5+1.

En esta jornada, el gobierno israelí se apresuró a negar las acusaciones a través de su ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, quien calificó la información de inexacta e incorrecta pues -sostuvo- su país no se dedica al espionaje contra Estados Unidos.

Lieberman aceptó, en cambio, que Israel tiene «diferentes intereses de seguridad» con respecto a su aliado norteamericano y que además posee «un buen servicio de inteligencia».

Lo cierto es que este asunto se suma a la larga serie de desavenencias entre Tel Aviv y Washington, cuyo distanciamiento relativo tiene como centro la cuestión iraní -sobre la que el Netanyahu incluso disertó en el Capitolio a principios de este mes- pero también incluye otros temas. La víspera, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, instó a Israel a poner fin a la ocupación de medio siglo en territorios palestinos y reiteró las críticas de su gobierno por declaraciones de campaña en que Netanyahu descartó una eventual solución de dos Estados para ese conflicto.

Simplemente no podemos pretender que nunca se hicieron esos comentarios, señaló McDonough, quien añadió que tales declaraciones -aun cuando luego fueron enmendadas- plantean interrogantes sobre el compromiso de Netanyahu para alcanzar la paz a través de negociaciones directas.

La semana pasada, el portavoz de la administración estadounidense, Josh Earnest, dijo que sería difícil para Estados Unidos seguir oponiéndose en Naciones Unidas a las resoluciones para un Estado palestino.

Earnest también cuestionó algunas expresiones de Netanyahu sobre el voto de los árabes-israelíes, que, desde la perspectiva de Washington, lesionarían la democracia en aquel país.

Otra señal de las tensos vínculos actuales: el presidente Obama felicitó con dos días de retraso a Netanyahu por su victoria electoral.

El mandatario israelí intentó restañar en sus declaraciones post-campaña los nexos con el gobierno estadounidense y en tal sentido aseguró que está dispuesto a trabajar junto a Obama pese a las diferencias.

John Kerry -secretario de Estado norteamericano- viajará este jueves a Lausana, Suiza, para retomar el diálogo encaminado a limitar el programa nuclear iraní, el cual debería producir un acuerdo marco en los próximos días.

En coincidencia con el período decisivo de dichas gestiones diplomáticas, una delegación de legisladores estadounidenses -encabezados por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner- devolverá en Tel Aviv la visita que Netanyahu realizara hace menos de un mes al Congreso norteamericano.

Ello pudiera atizar aun más las contradicciones entre ambos gobiernos dado el cariz partidista que se desprende de la estrecha relación entre Netanyahu y los adversarios de Obama en el Legislativo.

De cualquier manera, Israel es el más estrecho aliado de Estados Unidos en Medio Oriente y recibe de Washington una ayuda militar superior a los tres mil millones de dólares anuales.

2015-03-24 13:57:04