Bogotá, 2 abr (PL) Los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y las insurgentes FARC-EP transitan hoy por momentos de definiciones en medio de las complejidades propias de las pláticas y de estrategias difamatorias, advirtió el presidente Juan Manuel Santos.
Luego de varias advertencias, el mandatario cerró el círculo de sospechosos al acusar a militares retirados de promover una campaña de desprestigio enfilada contra las conversaciones entre equipos gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
Con anterioridad, el gobernante alertó sobre lo que considera una maniobra a través de las redes sociales y otras plataformas, para desvirtuar la esencia y avances de los ciclos de encuentros entre ambas partes beligerantes, que tienen como sede permanente a La Habana desde 2012.
Desde una base militar en Cundinamarca, el jefe de Estado lamentó la participación en tales hechos de personas que llegaron a ser generales de la República, dijo.
Les pido encarecidamente que dejen esta campaña, insistió luego de asegurar que hay varios exoficiales involucrados en la artimaña de desinformación.
A través de las redes sociales y panfletos circularon versiones sobre supuestos despidos y un futuro debilitamiento del ejército y la policía, en un escenario de posconflicto.
Matrices de opinión refieren además presuntas «capitulaciones» de la administración de Santos en Cuba, ante el movimiento guerrillero.
Al responder a algunos de los cuestionamientos, el ocupante de la Casa de Nariño adelantó que de lograrse un acuerdo para terminar la guerra, serán reorientadas las misiones de los militares a fin de preservar la paz y garantizar la seguridad de la ciudadanía.
El partido Centro Democrático, liderado por el exmandatario Álvaro Uribe, ha atacado también los esfuerzos para acabar la confrontación bélica, con similares argumentos.
En reiteradas alocuciones, Santos llamó a la unidad en torno al proceso pacificador, exhortaciones dirigidas fundamentalmente a sectores de la oposición, detractores de las negociaciones con el movimiento insurgente.
Se trata de intentos para sembrar cizaña y dañar las conversaciones, subrayó en alusión a las críticas.
El conflicto armado colombiano ha perjudicado de forma directa a 6,8 millones de ciudadanos en el transcurso de más de medio siglo, registro que incluye unos 230 mil muertos, según datos oficiales.
Ambas partes beligerantes debaten en Cuba temas controversiales como la reparación a las víctimas de la conflagración y los detalles del proceso de desminado en el territorio nacional.
2015-04-02 12:45:29
