Naciones Unidas, 8 abr (PL) El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, advirtió hoy que los bombardeos extranjeros y los intentos de la tribu huti y sus aliados de expandir su poder convierten la crisis interna yemenita en un violento conflicto de impacto regional.
«Lo último que necesitan la región y el mundo es más caos y muerte, como los que vemos en Libia y Siria», afirmó en declaraciones a la prensa antes de viajar a Panamá para la VII Cumbre de las Américas.
El movimiento chiita Ansar Allah, de la tribu huti, controla desde enero último puntos estratégicos de la capital yemenita, Sanaa, y otras zonas del país de la península arábiga, dominio ampliado en las últimas semanas hasta provocar el exilio del presidente reconocido por la ONU, Abd Rabu Mansur Hadi, y la intervención militar de un bloque liderado por Arabia Saudita.
De acuerdo con el Secretario General, la escalada de los combates dispara la crisis humanitaria en Yemen y el sufrimiento de la población civil.
Incluso antes del actual escenario, ese estado vivía momentos desesperados, porque necesitaba ayuda en una escala similar a los nueve países de la Región del Sahel combinados, con el doble de personas clasificadas bajo una aguda inseguridad alimentaria, dijo.
Ban lamentó que «las familias yemenitas ordinarias» carezcan de agua, combustible y medicamentos, cientos de civiles han perdido la vida y los hospitales y escuelas cerraron, «y muchas de esas instalaciones son blanco directo de ataques».
El panorama se complicó aún más con los bombardeos aéreos de la coalición árabe, liderada por Arabia Saudita, interpretada como un intento de neutralizar la influencia de Irán, que apoya a la tribu huti en la estratégica nación para el flujo de petróleo.
En sus breves declaraciones, el Secretario General de la ONU criticó la ofensiva de Ansar Allah, que tiene como aliado a tropas leales al expresidente Alí Abdullah Saleh, y reiteró el reconocimiento de Hadi como presidente legítimo.
Para el diplomático, solo el diálogo puede poner fin a la crisis y evitar lo que a todas luces avanza, un conflicto de proporciones regionales.
Las negociaciones promovidas por mi enviado, Jamal Benomar, siguen siendo la mejor manera de devolver a Yemen al camino de la transición pacífica y de preservar su unidad e integridad territoriales, subrayó.
Con el incremento de las hostilidades, muchos coinciden en señalar a la rama local de Al Qaeda y a los defensores del secesionismo como los grandes ganadores.
Benomar impulsa el diálogo interno desde hace más de dos meses, el cual arroja fuertes diferencias, pero también puntos comunes que, por momentos, hicieron pensar a la ONU en una salida negociada del complejo escenario.
«Urge el regreso a la mesa de conversaciones, todas las partes deben participar de buena fe en las mismas, no existe otra solución», aseguró Ban.
2015-04-09 14:09:27
