Panamá, 15 mayo (PL) La cacica de la comunidad indígena Ködriri en la Comarca NgÃñbe Buglé, Clementina Pérez, anunció hoy un plazo de siete días para que la empresa Generadora del Istmo S.A. (Genisa) abandone Barro Blanco, donde construye una hidroeléctrica.
En declaraciones a la prensa, la líder dijo que el Gobierno panameño ya fue informado sobre esta decisión, la cual consideran «justa porque están en un sitio sagrado».
Precisó que la solicitud fue hecha a través de la Iglesia y del Movimiento 22 de septiembre, al tiempo que anunció la realización de una vigilia para el 22 de mayo en Bajo Caña Blanca.
Al respecto, el vocero del Congreso Tradicional de los NgÃñbe Buglé, Liborio Miranda, adelantó a Prensa Latina que la organización Mama Tata también hizo un llamado a una concentración los días 21, 22 y 23 en Barro Blanco, porque el Gobierno no ha entendido el mensaje.
«Aquí nadie habló de negociación y diálogo, sino de que el pueblo no quiere proyectos mineros e hidroeléctricos, ni intromisión y usurpación en sus comunidades», afirmó.
Esta concentración, explicó, servirá para que de manera conjunta todos los miembros de la Comarca decidan lo mejor, pues al final existe un irrespeto hacia el pueblo NgÃñbe Buglé, que exige la retirada de Genisa porque incumplió con todos los protocolos de autonomía de la agrupación indígena.
Aseguró que grupos clandestinos e inescrupulosos son los que dialogan hoy con el Gobierno, al margen de la ley 10 de la Comarca, que establece que cualquier decisión importante como esta, debe consultarse de manera colectiva con el Congreso, el cual aglutina a las tres regiones NgÃñbe Buglé.
Miranda exigió que la empresa constructora informe con quién firmó el acuerdo del proyecto hidroeléctrico, si el Congreso no dio su autorización, y este es el único ente con facultad para ello.
Aseveró que más de cinco comunidades, en las cuales viven cerca de tres mil personas podrían afectarse con la puesta en marcha de la hidroeléctrica debido a las inundaciones, por ello la empresa debe irse.
Ante las acusaciones de estar en contra del desarrollo hídrico del país, Miranda respondió que si al menos el 70 por ciento de los beneficios de los proyectos transnacionales fueran para el pueblo panameño, ellos no se opusieran.
Pero al final, Panamá importa y comercializa la energía hídrica hacia otros países, y la obra de Barro Blanco no responde a los intereses de la comunidad donde se encuentra enclavada, acotó.
El pasado 9 de febrero, el Gobierno ordenó la paralización temporal de la hidroeléctrica, pese a su avanzada ejecución del 95 por ciento, debido a incumplimientos ambientales, al tiempo que se prevé la reanudación del diálogo el lunes.
2015-05-15 14:50:30