Por Nestor Marin
Quito, 3 jul (PL) El papa Francisco iniciará el domingo su primera visita pastoral a América Latina por Ecuador, con cuyo gobierno parecer tener muchos puntos de afinidad en términos de justicia social, medio ambiente y lucha contra la pobreza.
El Sumo Pontífice llegará al país de la Revolución Ciudadana, como se denomina al proyecto político liderado por el presidente Rafael Correa desde 2007, pocos días después de la publicación de la encíclica papal Laudato Si (Alabado seas), en la hace planteamientos calificados de revolucionarios.
En el texto, el jefe de la Iglesia católica se mete en asuntos hasta ahora nunca, o muy poco abordados, por El Vaticano, y que, sin embargo, son muy caros al mandatario ecuatoriano.
El Papa establece, por ejemplo, una relación directa entre el cambio climático y la contaminación, critica la voracidad de las grandes compañías, emplaza a los líderes mundiales a responder de manera urgente a la actual crisis medioambiental, y cuestiona el saqueo de los recursos naturales, y la desigualdad entre los países ricos y pobres del planeta.
De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro, asegura el Papa en su encíclica.
Por su parte, Ecuador, país megadiverso por excelencia, dejó plasmado en su Constitución de 2008 los derechos de la naturaleza, inspirados en la noción ancestral andina del Sumak Kawsay o Buen Vivir, que coloca a la Pachamama (Madre Tierra) y sus cuidados en el centro de esa política de Estado.
De la mano de Correa, único jefe de Estado invitado al taller sobre medio ambiente celebrado en El Vaticano en abril pasado, el país suramericano también ha hecho propuestas revolucionarias para atacar el calentamiento global, y buscar un mayor compromiso del mundo desarrollado en la reducción de las emisiones de gases causantes del llamado efecto invernadero.
Una de esas iniciativas, que lamentablemente no encontró la respuesta buscada en el seno de la comunicad internacional, fue dejar bajo tierra las reservas de petróleo existentes en la región amazónica del Yasuní, a cambio de una compensación monetaria.
El mandatario también impulsa la aplicación de un impuesto a las exportaciones petroleras, con miras a formar un fondo ambiental que ayude a paliar los efectos del cambio climático, y es uno de los promotores de la creación de una corte internacional de justicia ambiental que reemplace a La Haya a la hora de juzgar delitos de lesa humanidad relacionados con casos de biocidio y ecocidio.
Otro tema que en opinión de las autoridades ecuatorianas debe ser posicionado con fuerza a nivel internacional es el pago de la deuda ecológica que mantienen los países ricos con las naciones pobres, y a la cual también se refirió el papa Francisco en su encíclica.
El Santo Padre, crítico de la desigualdad social y de la pobreza, llegará además a Ecuador en un momento en que Correa enfrenta protestas violentas de parte de la oposición por sus intenciones de implementar dos proyectos de ley que incrementarían los impuestos a la herencia y la plusvalía inmobiliaria.
En el caso de las herencias, asegura gobernante, lo que se busca es una mejor distribución de la riqueza en un país donde el dos por ciento de las familias tienen el control de más del 90 por ciento de las empresas, mientras que la llamada ley de plusvalía pretende acabar con la especulación sobre el valor de terrenos e inmuebles.
Según Correa, es imperativo poner freno a la intolerable desigualdad e inequidad que prevalece en Ecuador, pese a los enormes avances logrados por la Revolución Ciudadana en materia de reducción de pobreza, educación y salud.
2015-07-03 13:47:37