Asunción, 11 jul (PL) Los paraguayos fueron testigos de uno de los momentos más impresionantes de la visita del papa Francisco, hombre que demuestra extrema sensibilidad cuando se encuentra con niños.
En su visita al Hospital Pediátrico de Acosta Ñu, Jorge Mario Bergoglio bendijo a los pequeños pacientes, aseguró a sus familiares que reza por ellos, pero sobre todo besó mucho y a muchos de ellos.
Esperanzados en que se obre el milagro y sus niños mejoren, padres, hermanos, tíos y demás pedían por ello al Sumo Pontífice, sobre todo por quienes padecen discapacidades graves, enfermedades cerebrales irreversibles, postrados en camillas y sillas de ruedas, llevados hasta las afueras del centro en el afán de una bendición papal.
Sin embargo, el Obispo de Roma apenas puede ofrecerles el consuelo de sus oraciones, porque como él mismo repite, a pesar de un Papa ser considerado el representante de Dios en la Tierra, este argentino es solo un siervo más del Señor, no un hacedor de milagros.
Las escenas de Bergoglio interesado por cada menor ingresado, e incluso por los de afuera, fueron constantes durante su recorrido por la instalación y aún después.
Entonces habló el Papa, quien expresó su orgullo por los pacientes que demuestran ser unos guerreros ante la adversidad enfrentada por problemas de salud.
«Jesús quiere que seamos sencillos como estos chicos», dijo Bergoglio en el pediátrico, en la ciudad de San Lorenzo, desde donde partió en un auto normal hacia Caacupé, centro religioso de la fe cristiana y considerada capital espiritual de Paraguay, donde ofrecerá una misa en homenaje a la Virgen de los Milagros.
En medio del camino, en el lugar conocido como Curuzú Peregrino, donde precisamente descansan los peregrinos de todos los diciembres en su marcha hacia Caacupé, Francisco se detuvo y abordó el papamóvil, sin dejar antes de saludar a quienes se agolpaban en torno, muchos de ellos también niños, sanos o no.
Decreto Vaticano eleva a Basílica Menor a santuario paraguayo
El pueblo paraguayo, al cual se sumaron ciudadanos de otras nacionalidades, demostró su devoción católica en la misa oficiada por el papa Francisco en el santuario de Caacupé, elevado a Basílica Menor por decreto del Vaticano.
Tras la eucaristía del Santo Padre fue leída la resolución que asciende el lugar, sede de la Virgen de los Milagros, a una categoría concedida por el Papa y del que son acreedores otros cientos de basílicas en el mundo entero.
El término menor no es menos importante, pues así se diferencia las mayores que solamente son cuatro y están en Roma.
La oración del Padre Nuestro la pronunció el Obispo de Roma en el idioma guaraní, con el cual está familiarizado desde que compartía en Argentina, su país natal, con una comunidad de paraguayos, donde asistía a la parroquia de la Virgen de Caacupé.
Guaraní y castellano son los idiomas oficiales de Paraguay, establecidos por la Constitución de 1992.
Francisco llegó a Caacupé desde el Hospital Pediátrico de Acosta Ñu, primera de sus actividades de este sábado que incluyen un encuentro con los representantes de la sociedad civil en el estadio deportivo León Condou, de Asunción.
A su agenda fue agregada su participación con religiosos de las Vísperas, en la capitalina Catedral Metropolitana Nuestra Señora de la Asunción.
2015-07-11 14:21:48