Por Epifanio Cortés Cedillo
MEXICO, 13 jul (Xinhua) — El poder del máximo líder del cártel de Sinaloa, Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, quien anoche se fugó de un penal de máxima seguridad del central estado de México, se extiende a una decena de países de América, así como a varios de Europa y Australia.
Esta es la segunda fuga del capo más poderoso del mundo, ya que en enero de 2001 logró huir de la prisión federal de Puente Grande, en el estado de Jalisco, al salir por la puerta principal, con la ayuda de guardias y autoridades del propio centro penitenciario, oculto en ropa de un camión de limpieza.
De acuerdo con fuentes consultadas por Xinhua, Guzmán Loera es el principal traficante de metanfetaminas entre Asia-Pacífico y Estados Unidos, y controla el 80 por ciento del mercado estadounidense. Sus ingresos son calculados en 3.000 millones de dólares cada año.
El poder económico del máximo jefe del cártel de Sinaloa lo ha extendido a aproximadamente 288 empresas utilizadas para el «lavado» de dinero desde boutiques, aerolíneas, inmobiliarias, compañías mineras y turísticas, expendios de gasolina y crianza de avestruces.
Cifras de la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos señalan que en la red criminal tejida por «El Chapo» se han identificado a unos 230 operadores clave, en los que se incluye a familiares de los jefes del narcotráfico, así como líderes de seis cárteles extranjeros.
La lista incluye a narcotraficantes como Jesús Reynaldo «El Rey» Zambada García y sus familares, así como a la ex esposa y los hijos de «El Chapo»: María Alejandra Salazar Hernández; Iván Archivaldo y Jesús Algredo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López.
En 2010, las investigaciones del gobierno estadounidense concluyeron con una red internacional encabezada por Agustín Reyes Garza, un presunto lavador con negocios en el estado de Jalisco, así como en Bogotá, Colombia.
Ese mismo año se descubrió al grupo del empresario Alejandro Flores, quien manejaba 19 empresas, una de ellas en Colombia y el resto en la capital mexicana y los estados de Morelos, Chihuahua y Baja California.
En la estrucrura del cártel de Sinaloa también hay una red especializada en el tráfico de precursores químicos con 16 empresas en los estados mexicanos de Puebla, Jalisco y el Distrito Federal (capital mexicana), además de una distribuidora en Panamá.
En Colombia, uno de los principales colaboradores de Guzmán Loera es el cártel de Jorge Milton, quien cuenta con 34 operadores visibles y 54 empresas que articulan una red financiera.
Entre esas empresas destacan una a nivel internacional de servicios financieros con filiales en la capital mexicana, así como en Miami, Florida y Madrid, España; Panamá y Bogotá, Colombia. Además la Línea Aérea Pueblos Amazónicos, de Bogotá, y Líneas Aéreas Lincandisa, de Quito, Ecuador.
La relación de la OFAC incluye además fundaciones filantrópicas como «Salva la Selva» y «Bienestar para el Porvenir», la Compañía Metalúrgica Extractiva de Colombia, y la Genética del Sur, en Uruguay.
Según la misma fuente, en Guatemala los aliados son el cártel liderado por Marllory Chacón, una mujer que controla 28 empresas en ese país centroamericano, con ramificaciones en Panamá.
En Belice, el socio es John Angel Zabaneh y su cártel, que opera cinco empresas de servicios turísticos y de productos químicos. En Honduras, el cártel de José Miguel Handal colabora con el cártel de Sinaloa mediante siete compañías, entre ellas una de autopartes; y el cártel de Los Cachiros, liderado por los hermanos Devis Leonel y Javier Rivera Madariaga, también lavan dinero en cinco empresas en los giros de minería, ganadería, turismo e inmobiliario.
En 2012, la policía de Colombia se incautó de 116 propiedades valuadas en 15 millones de dólares, que fueron adquiridas por «El Chapo».
Según la revista de negocios «Forbes», Guzmán Loera ha acumulado una fortuna superior a los 1.000 millones de dólares, por lo cual lo coloca como una de las personas más ricas del mundo, por arriba de los presidentes de Francia y Venezuela.
DE PAÍS A PAÍS, OTRA VEZ PRÓFUGO DE LA JUSTICIA
Convertido desde anoche por segunda vez en prófugo de la justicia mexicana, el poderoso narcotraficante ha andado de país en país huyendo con la compra de voluntades y repartiendo dinero a autoridades para evitar su captura.
En 1993 fue capturado en Guatemala, país del que fue extraditado a México, y el 19 de enero de 2001 se fugó de la prisión de Puente Grande, Jalisco, a bordo de un camión de limpieza gracias a la ayuda de custodios y autoridades del penal.
Su captura del 22 de febrero de 2014 pondría fin a una búsqueda de 13 años, lapso en el que vivió desde Argentina hasta Guatemala.
En más de una década de estar huyendo de la justicia, «El Chapo» pasó de ser un capo de medio rango a uno de los traficantes de drogas más poderosos del mundo.
Tenía contactos dentro de los organismos de seguridad que lo ayudaban a evadir su captura, incluyendo un escape que hizo en febrero de 2002 en el destino turístico de Cabo San Lucas, en el estado mexicano de Baja California, justo después de una cumbre internacional de ministros del Exterior.
Las autoridades mexicanas habían rastreado sus movimientos durante un tiempo y estuvieron a punto de apresarlo cuando allanaron varias de sus mansiones en Los Cabos, Baja California Sur, a partir del 21 de febrero de 2012.
En 1993, pistoleros vinculados al cártel de los Arellano Félix, en la ciudad mexicana de Tijuana, fronteriza con Estados Unidos, intentaron asesinar a Guzmán Loera, en el aeropuerto de la ciudad de Guadalajara, pero por equivocación mataron al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, lo que despertó una ola de indignación entre los católicos mexicanos.
«El Chapo» y su cártel controlan actualmente la mayor parte de los puntos de paso de drogas en la frontera entre México y Estados Unidos, y figuran en la lista de los más buscados de la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA por sus siglas en inglés).
2015-07-12 21:59:03