Internacional

Autoridades mexicanas llamaron a no bajar la guardia ante paso de Patricia


Puerto Vallarta, México DF 26 octubre (AP).- Patricia se convirtió en tormenta tropical ayer mientras se internaba por una región montañosa de pequeñas poblaciones en el oeste de México, muy debilitado de sus magnitudes récord del día anterior, pero con fuerza suficiente para descargar lluvias torrenciales que podrían causar inundaciones y deslaves peligrosos, advirtieron las autoridades.

Patricia, que en su momento de mayor potencia fue uno de los huracanes más fuertes jamás registrados, tocó tierra el viernes en una zona poco poblada de la costa mexicana del Pacífico como huracán de categoría 5.

No golpeó directamente la ciudad turística de Puerto Vallarta ni el importante puerto de Manzanillo. Pese a los primeros informes de inundaciones y deslaves, no había noticias de muertos ni daños importantes mientras el meteoro avanzaba sobre las montañas del interior al caer la noche.

Las imágenes de televisión grabadas en la costa mostraban árboles y postes eléctricos derribados y calles inundadas.

Milenio TV incluyó imágenes de autos y autobuses arrastrados por las creci- das en el estado de Jalisco.

El presidente Enrique Peña Nieto dijo en un mensaje televisivo que los daños eran «menores a los correspondientes a un huracán de esa magnitud», aunque señaló que «la parte más peligrosa» estaba por verse.

Patricia se debilitó el sábado por la mañana hasta convertirse en tormenta tropical, con vientos sostenidos máximos de 80 kilómetros por hora y se esperaba que se disipara durante el día sobre las montañas del interior de México.

El vórtice del meteoro se encontraba a unos 55 kilómetros (35 millas) al noreste de AP Zacatecas y se movía hacia el norte-noreste a una velocidad de 33 kilómetros por hora (21 millas por horas).

Brandie Galle, una turista de Grants Pass, Oregon, dijo que se había refugiado con otros visitantes en un salón de fiestas con ventanas protegidas en el Hard Rock Hotel de Puerto Vallarte. Dos horas después de que el huracán tocara tierra, y dado que la ciudad no había sufrido graves consecuencias de la tormenta, los trabajadores les dejaron salir para comer en un restaurante del hotel. «Dijeron que parecía que la tormenta había golpeado más abajo», dijo.

(+) PREVISIONES PARA EVITAR TRAGEDIAS

A lo largo de un tramo de costa salpicado de tranquilos pueblos pesqueros y deslumbrantes complejos turísticos, vecinos y visitantes se habían refugiado en albergues y viviendas.

En Puerto Vallarta, los habitantes habían protegido sus casas con sacos de arena y cubierto las ventanas de tablones y cinta adhesiva, mientras que los hoteles recogieron los restaurantes a pie de playa.

Los Sokol, una familia de cinco miembros de un suburbio de Detroit, tenían previsto salir en avión de Puerto Vallarta el viernes, pero terminaron pasando varias horas en un refugio.

2015-10-25 10:22:20