Por Luis Beatón
Imagen activaLa Habana (PL) El exgobernador de la Florida Jeb Bush y el senador Marco Rubio, ambos republicanos, sostienen un duro un mano a mano en la actual campaña por la nominación partidista para disputar la presidencia de Estados Unidos.
Es el choque entre un miembro de una dinastía política que llevó a dos de sus integrantes a la Casa Blanca y un joven político ambicioso, caracterizado por una carrera marcada por el oportunismo político pero muy inteligente, según lo describen medios de prensa.
El menor del clan de los Bush al entrar en la puja estuvo arropado por la aureola de sus logros cuando gobernó Florida, un estado con gran peso en la política estadounidense y muy recordado por unas presuntas elecciones fraudulentas en 2000 cuando otro Bush, George W., le arrebató la presidencia al demócrata Albert Gore.
Al menor de la dinastía no le va bien en la actual campaña y su temprano favoritismo se diluyó en medio de una actuación poco convincente para sus propios seguidores y los miembros del establecimiento republicano que apostaron por él.
En una encuesta divulgada el 3 de noviembre por The Wall Street Journal/NBC News el campo republicano era liderado por Ben Carson con 29 por ciento, Donald Trump 23 por ciento, mientras que Rubio iba tercero con 11 por ciento, seguido por su colega por Texas Ted Cruz, con 10 por ciento y Bush con un anémico ocho por ciento.
Al respecto de los problemas de su campaña, Alex Patton, un estratega republicano de Florida, fue categórico cuando dijo que «a pesar de que Jeb fue un gran gobernador conservador, hay un montón de personas que no conocen o recuerdan nada al respecto».
El político trata de lograr un segundo aire pero, al parecer, sus intentos de estabilizar la campaña están condenados al fracaso luego de una desastrosa presentación en el último debate partidista celebrado a finales de octubre en Boulder, Colorado, donde arremetió contra Rubio por su escasa participación en las labores del Senado.
Para ambos políticos ganar Florida es fundamental aunque las encuestas mantienen a Trump al frente en el llamado estado Sol del país.
En el tope entre estos dos republicanos la recaudación de fondos parece ser el obstáculo más serio de la campaña del joven parlamentario para vencer a Bush, según expresan medios de prensa estadounidenses.
Además en contra de Rubio actúan los pocos logros en el cargo y algunos políticos bromean sobre qué sería de Estados Unidos al trabajar de esa forma si llega a la presidencia del país, algo posible luego que algunos republicanos piensan que pudiera sustituir a Bush entre los donantes y la cúpula partidista.
En el caso de los fondos, su mayor debilidad, el inversor multimillonario Paul Singer anunció que recaudará para Rubio y envió una carta a otros donantes republicanos describiendo al joven senador como el único republicano que puede estar en condiciones de derrotar al principal candidato demócrata Hillary Clinton.
Por otra parte, algunas fuentes estiman que su camino será escabroso, a lo que contribuye su estrecha relación con la vieja maquinaria cubanoamericana de Miami cuyas posiciones se oponen a una nueva generación que aboga por mejores relaciones con Cuba, en consonancia con el amplio respaldo del tema entre la población del país.
En un extenso análisis del más joven de los aspirantes republicanos, la periodista Ann Louise Bardach señala que es erróneo pensar que el senador es ingenuo, suave o sin experiencia.
Rubio se formó en un ambiente en el cual la política sucia y los rejuegos lo catapultaron justo a tiempo para jugar un papel que puede ser decisivo en su búsqueda para capturar la nominación presidencial del Partido Republicano, según Bardach.
El senador novato, de 44 años de edad, está atrapado entre una generación anterior intransigente de los cubano-estadounidenses que se van de la escena y una creciente corriente más joven de hispanos estadounidenses que se enfrentan a una experiencia muy diferente a favor del cambio.
Entre sus principales benefactores está el magnate de autos Norman Braman, de quien se rumora comprometió 10 millones de dólares con el súper PAC de Rubio para la carrera de 2016.
Un previsible punto de fricción para el político en su enfrentamiento dentro de los republicanos o con los demócratas son las relaciones con su cuñado Orlando Cicilia, quien estuvo arrestado por tráfico de drogas por una cifra millonaria.
Los expedientes federales relacionados con la condena de Cicilia fueron destruidos tres días antes de que un tribunal actuara a petición de la cadena Univision para tener acceso a ellos en julio de 2011.
De acuerdo con los memorandos internos en Univision, obtenidos por el diario digital Politico, los secretarios judiciales en Miami y en el centro de registros Federal en Atlanta dijeron que la destrucción ocurrió después de que se hizo la solicitud y aparentemente el senador no tuvo nada que ver en eso.
Estos dos republicanos en pugna deben estar en el cuarto debate presidencial del partido rojo el 10 de noviembre en Milwaukee, organizado por Fox Business Network y The Wall Street Journal, donde se espera traten de mejorar sus números, aunque previsiblemente, los llamados trapos sucios no saltarán a la escena.
2015-11-06 12:37:44