Washington, 14 nov (PL) El nombramiento de Reince Priebus como jefe de Despacho de Donald Trump es considerado hoy un gesto del presidente electo de Estados Unidos para hacer las paces con la cúpula del Partido Republicano.
El polémico magnate recién ganó la presidencia contra todo pronóstico y pese a la fractura interna que provocó su candidatura en el ‘Grand Old Party’, pues influyentes voces republicanas discrepaban de los excesos de Trump.
Sin embargo, el viejo sistema del voto electoral le garantizó a Trump lo que le negó el voto popular, las puertas de la Casa Blanca, cuya llave el futuro mandatario acaba de entregarle al convencional Priebus.
El presidente del Comité Nacional Republicano es un abogado corporativo cuya carrera política fue en ascenso desde la dirección partidista en Wisconsin hasta la presidencia nacional, donde afianzó sus vínculos con el multimillonario.
Priebus ocupará el segundo cargo más importante en la Casa Blanca, después del presidente, aunque el ultraderechista Steve Bannon, flamante jefe estratégico, le disputará el privilegio de ser la mano derecha de Trump.
De hecho, Priebus y Bannon representan las dos caras de esa suerte de ‘guerra civil’ en el Partido Republicano: el político tradicional contra el criterio furioso y a veces racista que intenta desplazarlo.
A su favor, Priebus tiene todos sus contactos e influencias como máximo líder republicano, así como su capacidad de cabildear en el Congreso, pero Bannon puede explotar su poder mediático y su cercanía con la influyente ultra-derecha.
2016-11-14 11:16:58