Internacional

La muerte de una leyenda



Alexandre Grosbois

Facebook Twitter Email Viernes 9 Diciembre 2016

Cuando me enteré de la muerte de Fidel Castro, me quedé un poco incrédulo, no podía creerlo.

Es viernes por la noche y acabo de acostarme. Casi a medianoche recibo una llamada de Roque, el fotógrafo Adalberto Roque Velázquez, uno de los pilares de nuestra oficina de La Habana.

«Fidel murió, Raúl [Castro, su hermano] acaba de anunciarlo en la televisión», me dice. Y cuelga.

TV grab showing Cuban President Raul Castro announcing the death of his brother Fidel Castro in Havana on November 26, 2016.

Capture d’écran de la télévision cubaine quand Raul Castro a annoncé la nouvelle du décès de son frère, Fidel Castro, dans la nuit du 25 au 26 novembre 2016. (AFP / Télévision cubaine)

Antes de asumir mi cargo, hace poco más de dos años, me dijeron, como a la decena de mis antecesores, que sin duda tendría que cubrir la muerte de Castro.

Pero Fidel se convirtió en una especie de personaje sobrehumano. Su salud era un secreto de Estado estrictamente guardado y no teníamos ningún elemento que predijera su cercano fin, a pesar de que lo esperábamos desde hacía tiempo.

Justo después de la llamada de Roque, bajo, enciendo la radio y nada; la televisión, nada; y en las redes sociales, nada.

¿Pero qué es esto? Esta noticia histórica no está en ninguna parte.

This file photo taken on September 03, 2010 shows Cuban former President Fidel Castro giving a speech at Havana’s University.

Fidel Castro, lors d’un discours à l’Université de La Havane, dans une photo datant de septembre 2010. (AFP / Adalberto Roque)

No puedo enviar una noticia como esta así, sin más, así que vuelvo a llamar a Roque.

– No veo nada, ¿estás seguro de lo que escuchaste?

– Sí, lo grabé.

– ¿Lo puedes poner para que lo oiga?

– Sí, cuando llegue a la oficina.

– ¿En cuánto tiempo será?

– En media hora.

Es demasiado tiempo. Le pido que vuelva a su casa, desde donde podrá reproducirme el archivo de sonido, incomprensible desde su vehículo.

In this handout picture released by Prensa Miraflores, former Cuban President Fidel Castro (2nd L), sitting between Venezuelan President Nicolas Maduro (3rd L) and Cuban President Raul Castro (L), is seen attending the celebration of his 90th birthday at

Une des dernières apparitions publiques de Fidel Castro, le 13 août 2016, pour son 90è anniversaire, aux côtés de son frère Raul et du président vénézuélien Nicolas Maduro. (AFP / Marcelo Garcia)

Entretanto, llamo al jefe de redacción de la oficina, Héctor Velasco. No escuchó a Raúl Castro en la televisión, pero recibió una llamada de otro periodista de la oficina, ?Rigo?, Rigoberto Díaz, cuya esposa asegura haber visto el anuncio de la muerte de Fidel.

Enviar un «Flash»

Eso da más seguridad, aunque seguimos sin ver nada en las redes sociales y los medios oficiales siguen mudos. El diario del Partido Comunista, Granma, tardará aún cinco horas en publicar la información en su página web.

View of the front page of Cuban Tribuna de la Habana newspaper reading Until victory forever, Fidel! in Havana, on November 27, 2016,

La Une du Tribuna de la Habana, avec le slogan cher à Fidel Castro: «Jusqu’à la victoire, toujours!», le 27 novembre 2016, deux jours après sa mort. (AFP / Yamil Lage)

Instantes más tarde, poco después de medianoche, Roque me llama desde su casa y me hace escuchar el audio.

Redacto el «Flash» desde mi casa y lo envío a la oficina.

Son las 00H16 en Cuba, 04H16 GMT, y en el hilo de la agencia se lee «Murió Fidel Castro (Raúl Castro)».

El «Flash» es la prioridad número uno de las cuatro con las que cuenta nuestra producción de texto. Es la que permite que una noticia excepcional se adelante en todas las filas de espera sobre la actualidad en los sistemas de información de los clientes.

Con la adrenalina, se me olvidó de firmar con mis iniciales. El periodista de la oficina de París es el que escribe «bur», la abreviatura de «bureau» (oficina, en francés).

En realidad, es bastante apropiado.

Tuve la oportunidad de escribir esta noticia y siempre me acordaré. Pero detrás está el trabajo de todo un equipo, con sus miembros actuales, pero también de todos los que precedieron, sin olvidar el de «la red» de la agencia, tanto en la sede en París como en otras partes.

Este trabajo se materializa en un dosier enorme, previsto desde hace mucho tiempo y actualizado cada tanto, con su sinfín de notas, gráficos, fotos y videos que ahora van a irrumpir en los sistemas de los clientes de la agencia.

Todavía poca gente conoce la noticia

A barber works near posters depicting Cuban revolutionary leader Fidel Castro in Havana, on November 26, 2016, the day after he died aged 90.

Chez un coiffeur, un jour après la mort de Fidel Castro. (AFP / Yamil Lage)

Me apresuro a la oficina, y aprovecho la media hora de trayecto para dar la noticia a varios diplomáticos. Estén despiertos o no, ninguno está al corriente. En las calles de La Habana, todo está en calma.

El único indicador es que la música, habitualmente omnipresente, se va a silenciar poco a poco y, con ella, la fiesta.

Pero en estos momentos aún poca gente conoce la noticia. Una vez que llego a la oficina, me doy cuenta de que probablemente habremos sido los primeros en anunciarla fuera de Cuba.

Todo el mundo está en la oficina, en plena noche, y se ha puesto a trabajar. Esta movilización resulta impresionante, sobre todo porque es evidente la emoción de mis compañeros cubanos.

Sin advertencia

Lo más llamativo y lo que sin duda les afecta es la forma elegida para dar una noticia como esta, sin ningún tipo de advertencia y sin ningún detalle más.

La declaración de Raúl Castro duró apenas un minuto, y concluyó con un estrepitoso «¡Hasta la victoria, siempre!», el conocidísimo lema del comandante.

A woman smokes a cigar as she reads the newspaper in a street of Havana, on November 26, 2016, the day after Cuban revolutionary leader Fidel Castro died aged 90.

Une femme lit la presse en fumant son cigare, au lendemain de l’annonce de la mort de Fidel Castro. (AFP / Yamil Lage)

A man reads a newspaper in a street of Havana, on November 27, 2016, two days after Cuban revolutionary leader Fidel Castro died.

Deux jours après la mort de Fidel, 27 novembre 016. (AFP / Pedro Pardo)

Todo el mundo sabía que la salud de Fidel Castro era delicada, pero no se filtraba nada sobre su estado real.

Nosotros solo habíamos recibido una pequeña señal, por decirlo así, la semana antes de su muerte.

Se había reunido con el presidente vietnamita, Tran Dai Quang, pero no recibió al día después al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a pesar de la fuerte amistad que tuvo con su padre, Pierre-Elliott Trudeau.

Las noches serán cortas

Todo esto queda ahora atrás. No pensamos más que en el trabajo. Y cuando paramos, es para pensar en los días que se vienen.

La primera jornada durará más de 24 horas, y sabemos que durante al menos una semana las noches serán cortas.

A man walks next to graffitis reading Long live Fidel and Long live Raul in a street of Havana, on November 27, 2016, two days after Cuban revolutionary leader Fidel Castro died.

Dans une rue de la Havane, avec deux graffitis à la gloire de Raul et Fidel. Le 27 novembre 2016. (AFP / Yamil Lage)

La llegada de refuerzos es un alivio. Llegan 11 personas entre periodistas de texto, foto y video.

También es un desafío a la hora de obtener las acreditaciones, encontrar alojamiento, teléfonos, medios para desplazarse. Es difícil ser autónomo cuando se llega aquí sin previo aviso.

Y más vale hacer las cosas de conformidad con las normas, para no arriesgarse a que ocurra como con decenas de periodistas, rechazados por no tener la visa adecuada.

Students light candles in honour of Cuban historic revolutionary leader Fidel Castro a day after his death, at the Havana University in Havana on November 26, 2016.

Bougies allumées en l’honneur de Fidel Castro, à l’Université de La Havane, le 26 novembre 2016. (AFP / Yamil Lage)

Al mismo tiempo, el trabajo en equipo es una de mis mayores satisfacciones. Es embriagador pertenecer a una gran casa.

En Cuba, he tenido mucha suerte profesionalmente. He vivido el inicio de la reconciliación con Estados Unidos, tuve una poco frecuente entrevista con el ministro de Relaciones Exteriores y ahora, esto.

Soy un afortunado y estoy dispuesto a compartir esta suerte con quienes me precedieron. Ahora estoy aprovechando un poco su herencia. ¿Por ejemplo? Muchos de mis talentosos antecesores reconocerán su impronta en varios de los papeles sobre Castro.

A child runs in front of a poster of Cuban revolutionary leader Fidel Castro, in Havana, on November 27, 2016,

27 novembre 2016. (AFP / Ronaldo Schemidt)

Este blog fue escrito con Pierre Célérier en París.

2016-12-10 08:48:10