Por Osvaldo Rodriguez Martinez
Panamá, 20 dic (PL) Panamá amaneció de luto. Las heridas abiertas hace hoy 27 años por la invasión militar estadounidense, aún no cierran.
El duelo se percibe en los barrios humildes, los más castigados por la metralla: El Chorrillo, San Miguelito, Colón,… son lugares donde los recuerdos tristes hicieron desaparecer la risa en este día dedicado a la reflexión.
Los creyentes -la mayoría- encienden velas dedicadas a los espíritus que vagan sin justicia, mientras desde muchos sectores sociales exigen que este día sea declarado Duelo Nacional.
Familias claman por sus desaparecidos, esposas e hijos quieren darles cristiana sepultura a los restos de sus seres queridos, pero fosas comunes aún esperan por la identificación de los huesos encontrados, mientras otras ni siquiera fueron investigadas.
La cifra de muertos no se conoce y cada cual especula por la falta de información fidedigna, que ahora intenta revelar la comisión de la verdad, creada recientemente por el actual Gobierno.
Una marcha llenará este martes calles citadinas con reclamos de que se conozca la historia real, pero también que Estados Unidos indemnice a las víctimas, algo imposible de demandar en tribunales locales, porque acuerdos binacionales lo impiden.
Hace apenas unos días la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ¡al fin! hizo una audiencia pública sobre la invasión, donde los victimarios fueron representados por un ejército de jóvenes abogados que repitieron un discurso creado por alguien cuando ellos apenas eran niños.
También se escucharon los argumentos sólidos de la abogada de las víctimas ante la CIDH y una de las testigos de los crímenes de la soldadesca y sus consecuencias que aún sufren miles de desplazados de los barrios civiles bombardeados.
El espíritu nacionalista y antimperial revivió por lo que no pocos consideran ataques a la soberanía, cuya última manifestación fue la sanción extraterritorial estadounidense a dos periódicos locales, entre ellos al decano La Estrella de Panamá, solo por dudas de que su accionista podría ser un lavador de dinero.
La arrogancia de un diplomático y la soberbia de su país poderoso hacen repetir a muchos que Estados Unidos no tiene aliados, sino solo intereses; en una fecha como esta, bajo el lema de ‘prohibido olvidar’, la indignación sale a flor de piel y la torpeza de la política imperial une voluntades.
Panamá mostrará hoy su luto en la ‘Marcha Negra’, que emprenderá una ruta desde el monumento a las víctimas de la invasión en el capitalino Chorrillo con destino no precisado, pero tal vez la embajada de los agresores sea el derrotero, porque los panameños necesitan exteriorizar su indignación.
Esta jornada será luctuosa, pero no se percibe tranquila. Estemos alertas.
2016-12-20 09:51:58