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Buscan borrar huellas de la demoledora avalancha en Mocoa

Bogotá, 8 abr (PL) Aún entre el lodo y los escombros dejados por demoledoras avalanchas, los habitantes del municipio colombiano de Mocoa intentan borrar las huellas del desastre natural en medio del luto por la muerte de casi 300 coterráneos.

El desbordamiento de tres ríos circundantes desencadenó devastadores aludes los cuales sorprendieron a los pueblerinos en la madrugada del sábado pasado al arrastrar árboles, casas, puentes y todo cuanto encontraron a su paso.

Frente a las ruinas de sus viviendas algunos lugareños velaron a los difuntos, más de un centenar de ellos menores de edad; luego en misas colectivas los vecinos llevaron flores y despidieron a los fallecidos.

Tras el fenómeno la prioridad fue el traslado hacia centros asistenciales de unos 262 heridos y la búsqueda de desaparecidos entre raíces de árboles, restos de edificaciones, peñascos y montañas de barro.

Desde varias zonas de Colombia llegaron personas para reclamar a sus seres queridos y sumarse a las misiones de rescate escarbando desesperadamente en distintos sitios de esa municipalidad, capital del sureño departamento de Putumayo, con la esperanza de hallarlos con vida.

Ante la estela de muerte y devastación provocada por los deslaves, el presidente Juan Manuel Santos decidió declarar a Mocoa en emergencia social, económica y ecológica a fin de agilizar las ayudas para los damnificados y la restauración de esa localidad, ubicada en el pie de monte amazónico.

Además el mandatario designó al ministro de defensa, Luis Carlos Villegas, como gerente para la reconstrucción de la demarcación, faenas que podrían demorar de dos a tres años.

Pondremos todo nuestro empeño para edificar la mayor cantidad de obras antes de que finalice el mandato de Santos (en agosto de 2018), precisó Villegas quien lideró la recuperación del famoso eje cafetero a raíz del terremoto de 1999 que sacudió esa zona.

Con el objetivo de socorrer a los perjudicados llegaron a Mocoa donativos de guerrilleros de las FARC-EP, organizaciones y ciudadanos conmovidos por la crisis humanitaria que viven los pobladores de esa ciudad, muchos de los cuales conservan apenas la ropa que llevaban puesta.

Al menos dos semanas durarán las tareas para recoger escombros y sanear totalmente la urbe, comentó Santos en un mensaje a la ciudadanía luego de advertir que la prevención de epidemias es otro de los desafíos.

No obstante la intensidad de las lluvias, expertos aseguran que la deforestación fue una de las causas de la tragedia pues la vegetación constituye una suerte de barrera frente a sucesos como las riadas y su ausencia aumenta la humedad del suelo.

Los pobladores de El Carmen, una barriada de Mocoa, lograron salvarse gracias a un bosque nativo que lo rodea y contuvo las avalanchas.

Según los más ancianos, lo ocurrido en la madrugada del 1 de abril fue más severo que las inundaciones de finales del siglo pasado.

En mayo de 2015 un alud asoló a la localidad antioqueña de Salgar, donde murieron alrededor de un centenar de ciudadanos.

Hemos aprendido lecciones, pero no cómo prevenir las catástrofes; lamentó el senador Antonio Navarro, miembro del partido Alianza Verde.

Pese a la magnitud de los destrozos, restaurar los poblados resultará menos complejo que conseguir consuelo para los cientos de lugareños que lloran a sus muertos. (Tomado de Semanario Orbe) Por Adalys Pilar.

2017-04-08 10:16:21