Una Obra Humana, Un Presidente Humano
Excelentísimo señor Presidente,
Señoras y señores,
Nuestra presencia en esta plaza nos convierte en testigos de que
somos una República Dominicana solidaria, de ciudadanos
comprometidos con un mejor país.
La Nueva Barquita será el hogar de 1,787 familias.
Señor Presidente, el sueño de tantas familias, hoy aquí, Usted lo ha
hecho realidad.
En nombre del equipo de la Unidad Ejecutora para la Readecuación
de La Barquita y Entornos, conocido como URBE, le doy las gracias
por inspirarnos con esa visión y ese compromiso que tiene Usted
con la gente, humanizándonos y motivándonos a ser más
solidarios.
Tengo que reconocer que, cuando acepté este compromiso, mucha
gente me preguntó si estaba loco. Me decían que cómo me metía
en semejante lío. No puedo negar que todas estas expresiones me
hicieron reflexionar, pero rápidamente concluí que estos
cuestionamientos tenían dos respuestas:
LA PRIMERA RESPUESTA: Era una obra humana. Recuerdo el
día, Presidente, que Usted me pide contactar al padre Alegría para
bajar a La Barquita, y me manifiesta que quiere conocer la realidad
de ese barrio y buscar una solución.
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Me contó entonces la impresión que le había causado, años atrás,
ver un reportaje de un niño de esa comunidad ante la noticia que
venía una tormenta.
Contactamos al padre Alegría y le comunique lo que Usted quería,
bajar a La Barquita, pero que no lo anunciara, porque quería ir sin
seguridad, para constatar la verdadera realidad del barrio.
Recuerdo ese día porque me pidió que lo acompañara. Bajamos
como en un concho, porque íbamos Usted, Liriano, Carlos Pared,
José Ramón Peralta, el Padre Alegría, el General Cáceres y yo, EN
UN SOLO VEHÍCULO! era un verdadero concho, pero presidencial!
Tras haber sido testigo de la situación del barrio, donde se
desarrollaba la vida de estas familias, entendí inmediatamente que
nos enfrentábamos a una verdadera obra humana.
Y la SEGUNDA RESPUESTA es que sabía también que esta obra
estaba en manos de un Presidente humano.
Desde que lo conocí en el año 1999 sabía que estaba frente a un
líder solidario, comprometido con los dominicanos menos
favorecidos, y comprometido con el desarrollo de nuestra nación.
Hoy, 17 años después de conocerlo, Señor Presidente, confirmo
esa primera impresión que tuve de Usted.
Una obra humana, impulsada por un presidente humano.
Amigas y amigos,
En este momento, quiero agradecer y reconocer el trabajo de
cientos de personas que nos han apoyado desde diferentes
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instituciones para poner en pie esta pequeña ciudad que es La
Nueva Barquita.
Al Ministerio Administrativo de la Presidencia, del cual depende la
coordinación de la gestión de URBE. Gracias José Ramón, a ti y
todo tu equipo por tu dedicación y apoyo inquebrantable.
Al Ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, por su apoyo y
entusiasmo hacia este proyecto desde el primer día.
Al Ministerio de Obras Públicas, que nos apoyó desde el inicio en la
preparación de los terrenos y la creación de las nuevas vías de
acceso para la Nueva Barquita, así como de la rehabilitación de la
calle de La Javilla y las calles de los alrededores del sector.
A la OISOE, que tuvo la responsabilidad del liceo y la estancia
infantil.
Al Ministerio de Educación, con quienes trabajamos para incorporar
nuevos elementos e innovaciones en el Liceo Sor Angel Vals, como
un polideportivo.
Al Ministerio de Cultura por el apoyo impartiendo clases de música y
danza en el barrio y al Ministerio de Salud Pública.
Al Ministerio de Hacienda y sus Viceministros de presupuestos y
tesorería, por todo el apoyo, así como al Ministerio de Economía y
Desarrollo.
Gracias a la Dirección de Compras y Contrataciones, por su apoyo
y acompañamiento en todo este proceso.
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Al Ministerio de Medio Ambiente y al Instituto Nacional de la
Vivienda (INVI) quienes han puesto toda su experiencia a nuestro
servicio para el buen desarrollo de esta propuesta.
A EDEESTE, la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana
(ETED) Y la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo
Domingo (CAASD). Todos ellos fueron nuestros grandes aliados y
se destacaron por su compromiso en este proyecto
Quiero hacer un agradecimiento muy especial a la Dirección de
Información y Comunicación de la Presidencia (DICOM), gracias por
el acompañamiento que nos han dado desde el principio del
proyecto. Gracias por convertirse en nuestros ojos y captar con
profesionalidad y mucha humanidad, cada una de las historias y
testimonios. En esas historias encontramos la verdadera dimensión
de esta obra.
Al Programa Quisqueya Aprende Contigo, que nos ayudó a
alfabetizar a las personas que lo necesitaban en esta comunidad.
A la Oficina Nacional de Estadística, que nos dio todo su apoyo y
sembró esa semilla inicial levantando ese primer censo.
Al Ministerio de Defensa, en el apoyo que nos brindaron en el
programa de formación de Jóvenes Militares Voluntarios. Y, sobre
todo, también quiero agradecer a la Armada Dominicana, en la
persona del Almirante Edmundo Feliz, quien ha permanecido
hombro con hombro junto al Contra Almirante Peña para desarrollar
este proyecto en total armonía y de la mano con la comunidad.
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Al Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), quienes
han hecho una labor encomiable en la formación de diferentes
carreras técnicas en la comunidad.
A la Contraloría General de la República.
Gracias a Bienes Nacionales, a la Dirección General de
Ordenamiento Territorial, al Catastro Nacional y a la Oficina para el
Reordenamiento del Transporte (OPRET).
Gracias a los Ayuntamientos de Santo Domingo Norte y Santo
Domingo Este, quienes nunca dudaron en apoyar este programa de
trabajo intenso.
Y aquí quisiera detenerme para honrar la memoria de nuestro gran
amigo Juan de los Santos, quien fue nuestro cómplice desde el día
en que el Presidente de la República anunció este proyecto. Que
Dios lo tenga en su Gloria.
Y, por supuesto, mi reconocimiento a todas las autoridades de
Santo Domingo Este y Santo Domingo Norte, a la Senadora Cristina
Lizardo, quien desde el primer día nos ha brindado su apoyo,
experiencia y entrega a esta comunidad. A los gobernadores,
diputados y regidores.
Y aquí quiero también detenerme para destacar y reconocer la labor
de cientos de servidores públicos, con quienes he tenido el
privilegio en estos años de trabajar de cerca.
Cada una de las instituciones mencionadas anteriormente forma
parte del organigrama gubernamental, está constituida por hombres
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y mujeres que trabajan con esfuerzo y sacrificio y sería injusto no
reconocer su labor, muchas veces invisible.
En ocasiones, como ciudadanos no valoramos a los empleados del
Estado dominicano en su justa dimensión y hoy, frente a ustedes,
debo dar fe de que el Estado Dominicano está colmado de
personas que trabajan con la vista puesta en el crecimiento y el
desarrollo de nuestro país.
Gente comprometida en servir a su gente, gente honrada y
trabajadora. A todos ellos les doy las gracias y solo les pido que
sigan trabajando con esa vocación de servicio, sobre todo en ayuda
de aquellos con menos posibilidades.
Que lo hagan porque ese esfuerzo, en días como hoy, da sus
frutos.
No puedo dejar de agradecer también, por supuesto, a esas
personas e instituciones no gubernamentales que cuando
escucharon hablar de La Nueva Barquita se presentaron y sin
interés alguno dijeron: yo quiero aportar a este proyecto.
Al Comité Olímpico Dominicano, en la persona de Luisín Mejía,
quien desde el primer día se acercó para poner a esa institución a
nuestra disposición y realizar un trabajo conjunto en beneficio de la
comunidad.
Al Padre Juan Linares, que se dedicó a crear el equipo de
formadores que fueron los encargados en estos años de
acompañar y formar a toda esta comunidad.
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Gracias a Fe y Alegría, por su inmediata disposición para gestionar
el Liceo Sor Ángeles Vals de la Nueva Barquita.
Y a las diferentes instituciones que nos han apoyado para
desarrollar programas especiales que respondían a las necesidades
específicas de esta comunidad: ATABEY, PROFAMILIA, CEMUJER,
Mujeres Progresistas por la Paz y Co Salud.
Además, no puedo dejar de reconocer y agradecer también el
apoyo de la prensa, que a lo largo de estos años siempre ha
mantenido la atención del público sobre este proyecto, incluso en
medios internacionales.
Gracias a todos ustedes, que han dado a conocer esta obra, pero
sobre todo han contado también las historias humanas de estos
dominicanos y dominicanas, luchadores, alegres, dispuestos y
valientes. Esto ha hecho posible que la Nueva Barquita sea ya un
referente de buenas prácticas y nos llena de orgullo que sea así.
Asimismo, quiero hacer un agradecimiento personal y muy especial
al Padre Gregorio Alegría. Le estaré siempre agradecido por
ofrecerme su amistad y por las lecciones de vida que me ha dado,
con su incansable energía, la vocación de servicio que le
caracteriza, su sinceridad, esa disposición para ayudar, para educar
y, sobre todo, esa gran entrega y compromiso diario para mejorar la
vida de la gente.
Gracias por cada palabra llana y sincera que hizo que este proceso
fuera más fácil. Es un privilegio trabajar a su lado.
No puedo terminar estas palabras sin agradecer al equipo de 61
profesionales que conforman URBE, por el extraordinario trabajo
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que han llevado a cabo y que ha superado cualquier expectativa.
Gracias por cuidar hasta el último detalle.
Gracias, porque no se conformaron con hacer y construir estos
edificios y parques, sino que generaron la mística que permitió a
esta comunidad creer que el momento había llegado.
Lograron que cada familia conservara hasta el último ápice de
esperanza hasta llegar a este gran día, en que el proyecto deja de
ser un sueño para convertirse en realidad.
Es reconfortante el hecho de saber que el promedio de edad entre
los profesionales de URBE es de 33 años, una muestra fehaciente
de que en nuestro país existe una generación de jóvenes que llevan
en sus corazones la semilla del compromiso.
De manera especial quiero resaltar que este equipo ha sido dirigido
por tres mujeres.
Patricia Cuevas, nuestra Coordinadora General, una mujer
comprometida. Realmente no tengo palabras para resumir la
calidad humana de Patricia, quien se ha entregado por completo a
este proyecto, con amor. No tengo palabras para agradecerte ese
compromiso.
Gisela Mejía, una mujer que ha sido capaz de dirigir a todos los
formadores y tener bajo su responsabilidad los diferentes
programas de formación y educación. Te has ganado el respeto de
la comunidad, Gisela.
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Y Doña Benita Castillo, responsable de toda el área administrativa y
financiera, incansable luchadora que ha logrado la difícil tarea de
ejecutar este enorme proyecto en el tiempo establecido.
Mi reconocimiento a todos los contratistas que trabajaron en esta
obra. Al ser 43, no puedo mencionarlos a todos, pero mi mayor
agradecimiento por todo el esfuerzo de su trabajo.
Y no puedo olvidar tampoco a nuestra Empresa Supervisora,
DOMINGUEZ IMBERT & Asociados, en su ingeniero residente
responsable, Mark Kelly, ejemplo de profesional preparado y
comprometido.
Estas personas han puesto su vida y su entusiasmo cada día
buscando las mejores soluciones, sin cansarse nunca de presentar
alternativas. Y lo han hecho como nos enseñó el Presidente
Medina: escuchando siempre las necesidades de los ciudadanos de
La Nueva Barquita y teniendo como eje principal la dignidad del ser
humano.
Solo a partir del conocimiento de sus necesidades se procedió a
diseñar un modelo de gestión.
Cuando veo que nuestro país tiene jóvenes como éstos, me lleno
de optimismo y me doy cuenta de que nuestro país tiene un gran
futuro por delante!
Por su compromiso, humanidad y humildad, le pido al equipo de
URBE, y a todos aquellos que han trabajado en esta obra de
manera incansable que se pongan de pie y les demos un gran
aplauso.
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Amigas y amigos,
Patricia les ha hablado de la obra física, y como ésta puede
enaltecer la condición humana. Hemos visto como la mejor
arquitectura, cuando se enfoca bien, puede lograr, una enorme
proeza por sí sola.
Sin embargo, como ya les dije, la visión de este proyecto que tenía
el Presidente iba mucho más allá de dar vivienda a estas familias.
Desde el primer día, supimos que se trataba de una transformación
profunda, que se trataba de llevar esperanza y oportunidades
duraderas a miles de familias.
Por eso, además de la obra física que podemos ver, hoy estamos
entregando otra obra, más silente, menos obvia pero que
acompañara a esta comunidad hacia delante, después que todos
nos hayamos ido. Y por eso, mi mayor agradecimiento hoy es para
cada una de las familias La Nueva Barquita. Mi agradecimiento es
para ustedes.
Familias de La Nueva Barquita,
Quiero que sepan que los llevo a todos en mi corazón.
Les agradezco infinitamente, en primer lugar la confianza que
depositaron en nosotros dejándonos entrar a sus hogares. Les
agradezco el tener la paciencia. Pero, sobre todo, les estaré
agradecido siempre por todo lo que me han enseñado.
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He aprendido cada día de su coraje, de su afán de superación, de
su alegría, de su talento y de su capacidad de florecer donde la vida
los ha sembrado.
Estos años con ustedes han sido una experiencia transformadora y
extraordinariamente valiosa para mí.
Por eso tengo hoy el corazón lleno de alegría y agradecimiento.
Señoras y Señores
Desde que comenzó La Nueva Barquita, en cada paso que dimos,
pusimos a estas familias, que ahora son también la nuestra, en el
centro de todas las acciones.
Desde el mismo momento en que se comenzó el proyecto
conformamos 7 ciclos formativos: educación, salud, deporte,
capacitación técnica, manejo de residuos, cultura y pesca.
Cada una de estas áreas desarrollaba sus acciones, a la vez que se
integraba a toda la comunidad en un proceso de Formación
Ciudadana en los que participaron todos los vecinos de La Nueva
Barquita. Esto ha permitido crear y fortalecer los lazos afectivos,
además de las habilidades sociales necesarias para la nueva
realidad que afrontarían.
Se ejecutaron ciclos de formación entre mayo del 2014 y
septiembre de 2015 con la participación de 1,637 familias y un
aproximado de 6 mil participantes. Como resultado de estos ciclos
formativos y de la labor realizada desde la comunidad en diferentes
áreas, hoy los habitantes de La Barquita disfrutan de nuevos estilos
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de comportamiento y familias fortalecidas como el núcleo primario
de la comunidad.
En este proceso, niños, jóvenes y adultos descubrieron sus
capacidades artísticas, deportivas y de emprendurismo. con su
trabajo a la construcción de su nuevo hogar.
Pero además, como lo que estamos buscando no es un cambio de
casa, sino un cambio de vida, implementamos estrategias para abrir
nuevas puertas a la formación y al empleo.
Pusimos en marcha numerosos cursos técnicos de formación en las
áreas de Jardinería, Panadería, Repostería, Belleza, Ebanistería,
Tapicería, Electricidad, Albañilería, Plomería, Maestría de
construcción y reparación de electrodomésticos.
Y nos llena de satisfacción decir que muchos de ellos, gracias a esa
formación, fueron contratados por el propio proyecto y han
contribuido
De la misma forma, nos llena de orgullo que más de 300 personas
se sumaron al programa Quisqueya Aprende Contigo y hoy ya
están alfabetizadas.
También nos enorgullece que trabajamos con la comunidad en
iniciativas para proteger el medio ambiente, sobre todo en este
entorno que tanto lo necesita. Se han capacitado y se trabaja
continuamente en la recolección de desechos sólidos, el reciclaje y
también en la transformación de los materiales recolectados, que se
convierten en piezas que pueden ser comercializadas.
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Además, 140 jóvenes han participado en su formación como parte
del Servicio Militar Voluntario, apoyado por el Ministerio de Defensa.
De la misma forma, nos llena de alegría haber descubierto el talento
musical de muchos niños y jóvenes de la comunidad, que hoy
forman parte de nuestro coro o tocan la flauta.
Cuando pensamos en vivir en La Nueva Barquita, pensamos en
hábitos de vida saludable, especialmente para los jóvenes, por eso
creamos programas de entrenamiento físico, así como torneos
deportivos y recreativos, para el disfrute de niños, jóvenes y adultos.
Decenas de niños y jóvenes practican sus disciplinas 2 días a la
semana en el centro olímpico y, ya en La Nueva Barquita
dispondrán, en el polideportivo del Liceo, de las instalaciones
necesarias para su entrenamiento.
Todo esto tiene un único objetivo: que mudarse a La Nueva
Barquita no sea únicamente un cambio de casa, sino tratar de dotar
a cada uno de nuevas herramientas para el comienzo de una vida
llena de esperanza, alegría y oportunidades para cada familia.
Las condiciones están dadas. Ahora, lo más importante es que
ustedes se apropien de este proyecto, lo hagan suyo y lo conviertan
en una comunidad en la que reine la alegría y la convivencia.
En definitiva, queremos ciudadanos activos y responsables, que
conozcan sus derechos pero también sepan cuales son sus
deberes.
Ciudadanos capaces de mantener y mejorar su comunidad
permanentemente.
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Además, tal como ustedes nos solicitaron, me alegra poder
anunciarles hoy que nuestro camino juntos no termina aquí. No
puede terminar aquí.
Por eso, el Presidente Medina ha escuchado su petición y ha
aprobado ya la conformación de un patronato, que estará dirigido
por el Padre Alegría y del que también formaré parte, para seguir
acompañándolos y apoyándolos en esta nueva vida.
Querida Familia de la Nueva Barquita:
Después de pasar tanto tiempo juntos hay una cosa de la que no
me cabe duda: ustedes pueden alcanzar sus metas. Ustedes van a
lograr sus sueños.
Van a ser capaces de hacer de este lugar un modelo de comunidad
para nuestro país. Van a salir adelante, van a iniciar esa nueva
vida que merecen y van a mostrarle al mundo de lo que son
capaces.
He visto a familias valientes que luchan por salir adelante.
He visto equipos de jóvenes trabajando duro por el futuro de su
país.
He visto mujeres jóvenes y preparadas que encarnan ellas mismas
este nuevo futuro.
Y he visto a un Presidente y todo un gobierno que han sido un
ejemplo de solidaridad.
Juntos hemos conquistado el derecho de soñar a lo grande.
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Hay que continuar este nuevo camino que viene desarrollando el
Presidente Medina, acercándose a la gente, buscando soluciones
particulares en cada comunidad, marcando ese nuevo rumbo para
encauzar el futuro de una República Dominicana grande.
Podemos y debemos seguir transformando el país como nos ha
enseñado el Presidente, de abajo arriba, de lo pequeño a lo grande,
poco a poco, pero desde el corazón, poniéndonos en el lugar del
otro.
Este y muchos otros proyectos que están en marcha en nuestro
país nos han demostrado que es posible, que con voluntad,
audacia, creatividad y, sobre todo, vocación de servicio, se puede
cambiar un país.
Permítame decirle, Presidente, que estoy seguro de que si el
profesor Juan Bosch pudiera verle hoy estaría orgulloso, porque
puedo asegurarle que aquí, en La Nueva Barquita, se ha vivido para
servir. Para servir a estas familias y al progreso de nuestro país.
Y vamos a seguir trabajando, porque estamos comprometidos.
Vamos a seguir trabajando para que esta semilla que hoy
plantamos en La Nueva Barquita siga creciendo y multiplicándose
en todos los rincones del país y en todos los corazones de nuestro
pueblo.
Vamos a seguir luchando por un crecimiento sin desigualdad social,
sin exclusión, y con una mejor distribución de las riquezas, para
lograr esa gran Republica Dominicana que todos queremos.
Termino mi intervención repitiendo las palabras que el Presidente
de la República expresó el 3 de diciembre de 2013, cuando se
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dejaban iniciadas las construcciones de este proyecto: «En el
compromiso de defender y dignificar mi patria y su gente hoy
comenzamos a construir este sueño que parecía imposible, un plan
integral de desarrollo social, urbano y rescate de la cuenca del
Ozama».
Una obra humana, hecha por un Presidente humano.
Muchas gracias a todos.
2016-06-30 03:15:58