Hanoi, 24 ene (PL) Los varios cientos de vietnamitas que apoyan en China al equipo de su país al Campeonato de Fútbol de Asia Sub-23 reciben desde hoy importantes refuerzos con miras a la final del sábado frente a Uzbekistán.
El interés por viajar a la ciudad de Changzhou es tal, que la oficina consular de la embajada china aquí se vio forzada a abrir una ventanilla dedicada exclusivamente a procesar la lluvia de solicitudes de visa de quienes desean animar en vivo y en directo a su escuadra.
Ayer el once vietnamita venció por penales a Qatar y contra todos los pronósticos se coló en la final del torneo. Por primera vez en la historia, una nación del sudeste asiático avanza tanto en un evento de esa naturaleza.
Los pobladores de Hanoi, Ciudad Ho Chi Minh y todas las grandes urbes vietnamitas festejaron la victoria en las calles, mientras los principales dirigentes del país dieron instrucciones para imponer a los jugadores alguna importante condecoración, cuyo nombre en particular ningún medio ha citado.
Después del jolgorio, ya en sus camas y con las cabezas más frías, miles habrán sacado cuentas y calculado si sus ahorros alcanzan o no para un boleto aéreo a Changzhou, que aunque sigue a unos dos mil kilómetros de Hanoi, a algunos se les antojó que estaba más lejos, y a otros, más cerca.
Los que sí saben la distancia con exactitud son los ejecutivos de las agencias de viajes y las aerolíneas, que están vendiendo paquetes y tickets como si fueran banh mí, un bocadillo típico de la cocina popular vietnamita, cuya popularidad le impide levantar cabeza a la McDonald en este país.
Por lo pronto, ya Vietnam Airlines y Vietjet Air dieron casi los pasos con socios chinos para abrir vuelos chárter a Changzhou, y la primera de ellas decidió agregar dos vuelos adicionales el sábado.
Con una bondad mitad patriótica, mitad pragmática, la propia aerolínea ofrecerá a sus pasajeros autobuses gratuitos desde el aeropuerto hasta el Estadio Olímpico de la ciudad china.
En otro loable gesto de desprendimiento, la aerolínea bandera vietnamita también anunció que cubrirá los gastos de viaje y alojamiento de dos familiares de cada jugador del equipo. Y no les regala altavoces porque ya sería demasiado.
A muchos, por lo demás, no les harán falta: durante los festejos que siguieron a la victoria sobre Qatar pudo comprobarse que los vietnamitas tienen excelentes voces.
Claro que de aquí a Changzhou no se harán escuchar, pero de alguna forma se harán sentir allá: nadie calcula la omnipotencia de las buenas vibras.
2018-01-24 13:51:57