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Vietnam en pie para apoyar a su equipo de fútbol

Hanoi, 27 ene (PL) Aunque hoy es día de asueto, millones de vietnamitas se levantaron temprano para tomar las previsiones que le permitan ver el desempeño de su equipo en el Campeonato Asiático de Fútbol Sub 23.

En realidad, algunos ya las tomaron desde hace días, pero creen que madrugando ayudarán al reloj a moverse más rápido hacia las tres de la tarde, hora en que su escuadra enfrentará a la de Uzbekistán en la ciudad china de Changzhou, a casi dos mil kilómetros de aquí.

En Hanoi, Ciudad Ho Chi Minh, Haiphong, Hue, Da Nang, Can Tho y todas las principales urbes del país se han instalado pantallas gigantes que permitirán a los aficionados apreciar las incidencias del desafío. No con la emocionante tridimensionalidad de estar en el propio estadio, pero si en medio de un fervor que no habrá ni allá.

Y eso que miles de vietnamitas aprovecharon los vuelos adicionales y las tarifas preferenciales ofrecidas por las dos principales aerolíneas nacionales para volar a China y dar desde las gradas del Estadio Olímpico de Changzhou una batalla que los jugadores agradecerán desde el terreno.

A estos, por demás, no les faltan incentivos: además de ser los primeros que llevan a un país de la región a la final de un Campeonato Asiático, saben que ese día, cuando lo lograron gracias a una épica victoria frente a Qatar, pusieron en pie a 94 millones de compatriotas.

Muchos vietnamitas, incluidos los más viejos, confiesan que esa ha sido la mayor explosión de júbilo en el país en los últimos tiempos. Tampoco han faltado otros premios: el primer ministro, Nguyen Xuan Phuc, propuso distinguir con certificados de mérito a los 21 jugadores y a los técnicos y funcionarios de la escuadra.

Además, propuso al presidente, Tran Dai Quang, conferir la Orden del Trabajo de Primera Clase a todos los integrantes del combinado, y adicionalmente, la de Tercera Clase al arquero Bui Tien Dung, al centrocampista Nguyen Quang Hai y al entrenador surcoreano Park Hang-seo.

En la victoria sobre Qatar, Hai anotó los dos goles que le dieron la igualada a la nación indochina, siempre viniendo desde atrás, mientras Dung detuvo dos tiros en la tanda decisoria de penales, que concluyó 4-3.

Otros que hoy se levantaron temprano en Vietnam, pero con fines distintos, fueron los comerciantes. Pero no está mal que cada cual quiera meter un gol en su propio terreno, porque sus afanes mueven a los de otros.

Así, por doquier pueden verse tiendas, cafés y otros establecimientos adornados con banderas nacionales -rojas y con una estrella amarilla de cinco puntas al centro- y con motivos alusivos al Campeonato Asiático y al equipo vietnamita.

Nadie sabe exactamente cuánto, pero de seguro en los últimos días se dispararon las ventas de banderas, camisetas, gorras, vuvuzelas y otros artículos alusivos al gran acontecimiento, todos con los colores nacionales. Se supone que hoy pase lo mismo con el té, las cervezas y otras bebidas refrescantes.

El entusiasmo es tal, que muchos dan por hecha la victoria frente al súper favorito Uzbekistán, que llegó hasta aquí luego de dejar en el camino a Japón y Corea del Sur, acaso los dos equipos con mayor tradición en Asia. Impresionante, además, su rendimiento en el campo: 10 goles a favor y solo dos en contra.

Pero los vietnamitas no están para estadísticas. Al fin y al cabo, nadie apostaba un céntimo por su equipo cuando cayó en el llamado Grupo de la Muerte (Australia, Corea del Sur y Siria) y mírenlo ahora donde está: vivito, coleando y con unas ansias infinitas de seguir haciendo historia.

2018-01-27 14:03:50