Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 24 abr (Xinhua) –– El fútbol uruguayo cuenta con un nuevo referente, la publicación reciente del libro «Maestro. El legado de Tabárez», que refiere el trabajo del director técnico de la selección de Uruguay, Oscar Tabárez, quien la llevó de nuevo a la élite mundial.
«Maestro. El legado de Tabárez» de los periodistas Luis Inzaurralde y Jorge Señorans recoge testimonios y referentes de este proceso inédito.
En 2006, Tabárez comenzó una verdadera «revolución» en la selección uruguaya, teniendo como armas deportivas tanto método como respeto.
Organización institucional, infraestructura adecuada, un sistema modelo de jugadores juveniles y un equipo solidario en la cancha, son el nuevo «sello de fábrica» de la «celeste» (seleccionado uruguayo).
«El camino es la recompensa», frase que hizo célebre Tabárez, de 71 años, tendrá validez más allá de que Rusia 2018 pueda ser su último Mundial.
«Si bien se ha escrito mucho sobre Tabárez, no había un material que hurgara en el proceso, en cómo lo pensaron y lo llevaron adelante», explicó Señorans en diálogo con Xinhua.
En casi 400 páginas, la investigación también da pistas en el exterior para quienes «no se explican cómo los uruguayos siendo tan pocos habitantes y con un territorio tan pequeño logran esto».
¿Cómo lo hizo? Cuando los uruguayos aún no se resignaban a que su selección no estuviera en Alemania 2006, ya que había caído en penales en una repesca ante Australia, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) sorprendió y designó a Tabárez como director técnico.
En las décadas de 1960 y 1970, el entrenador había combinado su papel de maestro en escuelas públicas de la periferia de Montevideo y una carrera en equipos intermedios de primera división.
Como entrenador, dio un salto a la gloria al ganar la Copa Libertadores en 1987 con el club Peñarol de Montevideo, así como al dirigir grandes equipos extranjeros como el Boca Juniors de Argentina y el Milán de Italia.
Su primer pasaje al frente de la «celeste» fue en 1989, para llevar un año después al combinado nacional a octavos de final en la Copa Mundial de Italia 1990.
Posteriormente, la selección sufrió varias eliminaciones mundialistas y predominaron los fracasos en los torneos continentales, hasta que la AUF le dio al entrenador una nueva oportunidad hace 12 años.
«Fuimos a la AUF y no había ningún teléfono de los jugadores y tuvimos que llamarlos desde la sede de Tenfield (propietaria de los derechos televisivos), que era la que tenía los números», señala Tabárez en el libro al recordar esa primera convocatoria.
A su vez, el futbolista Andrés Scotti recuerda en la publicación la primera práctica del seleccionado en aquel entones.
«Fue muy particular porque éramos pocos y recuerdo que llegaron a meterse hinchas (aficionados) para hacer el táctico. Sí, como algunos compañeros llegaban muy sobre la fecha, se les pidió a algunos hinchas que dieran una mano», narra.
El director técnico debió ganar primero la adhesión de los jugadores y les dio un baño de realismo, al decirles que cuando fueran a Uruguay, «les iban a decir que iban a robar la plata, que era lo que se decía de los jugadores del exterior cuando venían a defender a la selección».
A cambio, Tabárez dotó a los jugadores de condiciones adecuadas, como un complejo deportivo que gradualmente se convirtió en centro de primer nivel y se comenzó a competir de manera regular contra los mejores del mundo.
Otro eje de este proceso fue la formación de los jugadores juveniles, ámbito donde surgieron figuras como Luis Suárez y Edinson Cavani.
El jugador Suárez, ahora estrella del club Barcelona de España, opina en el texto que «en las charlas técnicas (Tabárez) no te da más detalles de los que tiene que dar» y eso «al jugador le trasmite tranquilidad, seguridad y confianza».
Señorans, a su vez, contó que «hay dos cosas que no pueden faltar en el complejo de la AUF: saludar cuando se ingresa a un lugar, así no conozcan a la persona, y decir gracias cuando alguien hace algo por ellos o cuando alguien les da hasta un simple vaso de agua».
Estas pautas las siguen desde adolescentes, que a los 13 o 14 años comienzan a vestir la «celeste» en la categoría Sub 15, hasta las máximas figuras que juegan en Europa.
«Los jugadores a los que entrevistamos hicieron especial hincapié en la palabra respeto. A todos los que les preguntas en qué se basó te van a decir en el respeto y a partir del respeto todo», mencionó el autor.
Para el ex seleccionador argentino, Marcelo Bielsa, «el maestro Tabárez es un fiel representante del ser uruguayo o al menos, de aquellos valores que atribuimos los argentinos a nuestros vecinos: equilibrio, sentido común, sinceridad, modestia», según escribió en el prólogo del libro.
Para Señorans, Tabárez «nunca va a elevar la voz para decir ‘este partido está ganado’ (…) se mantiene siempre a la expectativa y por sobre todas las cosas no claudica por más grande que sea el rival».
En el libro de Señorans e Inzaurral se revela que una hija del entrenador le recomendó retirarse tras alcanzar el cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica 2010, con el reconocimiento unánime del público por lo que fue entonces una hazaña.
Pero el director técnico no le hizo caso, porque para él «comenzaba la verdadera tarea» y sostuvo que iba a seguir si tenía salud, para registrar hoy en día la marca de 171 partidos dirigidos con una selección nacional.
En este periodo, además de alcanzar el cuarto puesto en Sudáfrica 2010, ganó la Copa América en Argentina 2011.
Colocó también al seleccionado uruguayo durante varios años entre los 10 mejores equipos en la clasificación de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), a la vez que las selecciones juveniles clasificaron a casi todos los mundiales.
El entrenador que suceda a Tabárez encontrará «una estructura armada, no va a tener que comenzar de cero, encontrará una camada de jugadores que fueron observados, con una estructura sólida en juveniles», afirmó Señorans.
«Uno percibe que se va a seguir por esta línea. Va a ser muy difícil que venga alguien y haga un giro y cambie totalmente esto o lo rompa porque esto ha marcado, entre otras, evidentemente por los resultados deportivos», enfatizó.
El propio Tabárez declinó años atrás un contrato millonario para dirigir en Medio Oriente.
«Es como le digo a los jugadores: ‘Ustedes en los clubes pueden hacer buenos contratos, ganar prestigio, pero hay algunas cosas que solo pueden obtener jugando por Uruguay’. Y en mi caso es lo mismo», expuso el entrenador. Fin
2018-04-25 00:58:13