Enrique Rojas | ESPN Digital
ST. PETERSBURG, Florida, 11 de may,- En un deporte en donde los códigos tradicionales condenan mostrar las emociones, los jerarcas de la industria están preocupados por lo largos y tediosos que son los partidos, las butacas vacías comienzan a llamar la atención y la afición se pone vieja, los equipos fueron advertidos de posibles multas a los peloteos por usar colores llamativos en sus zapatos de juego.
A finales de abril, la oficina del comisionado de Grandes Ligas (MLB) envió un memo a los 30 clubes, donde les recuerda las reglas sobre calzado y les advirtió que podrían comenzar a multar a los infractores después del 1 de mayo. De acuerdo al pacto laboral colectivo entre MLB y la Asociación de Peloteros de las ligas mayores (MLBPA), al menos el 51 por ciento de las zapatillas de los jugadores debe tener el color primario de zapato designado por el club.
Como la regla es muy antigua, de tiempos antes que los fabricantes dispusieran de muchas opciones de colores, el llamado «color del calzado primario designado» de casi todos los clubes es el negro, sin importar los llamativos y brillantes colores de la ropa y gorras de los clubes, como el anaranjado de los Orioles de Baltimore, el rojo de los Cardenales de San Luis o el azul de los Rays de Tampa Bay y Dodgers de Los Angeles o el verde de los Atléticos de Oakland, por citar algunos ejemplos.
Los colores de los zapatos de los jugadores debería ser la última preocupación de una industria en la que, entrando al fin de semana, la asistencia por juego ronda los 26 mil fanáticos, el promedio más bajo en 22 años, y en la que el comisionado Rob Manfred amenaza con incorporar un reloj para tratar de reducir el tiempo de duración de los partidos (3:06 en 2018 y 3:08 en 2017) y así atraer a más fanáticos jóvenes.
Según la nueva directriz de MLB a sus jugadores, zapatillas como esta no serán permitidas, ya que deben tener al menos un 51% del color primario de zapato designado por el club. AP Photo/Andrew Harnik
«El juego lo están poniendo de una manera muy cibernética, muy aburrida. No es lo que pienso, es lo que estoy viviendo», dijo el jardinero dominicano de los Rays, Carlos Gómez, después de recibir una carta donde se le informaba que debería actualizar su colección completa de «spikes» de juego.
«El béisbol es un juego, así como se llama, un juego, para divertirse, para dar un show a los televidentes y los que vienen a disfrutarlo», dijo Gómez antes de comparar las Grandes Ligas con otros deportes.
«Miras un juego de fútbol, duran tres minutos celebrando un gol. El juego más agresivo que hay, el fútbol americano, esa gente se llevan al otro y disfrutan su cosa. Incluso en las artes marciales mixtas, que es un deporte súmamente agresivo, se disfruta», dijo.
«A nosotros nos ponen muchas restricciones, que si los colores de los zapatos, que tienen que ser [de color negro] tanto por ciento. ¡Si el equipo mío no tiene nada negro porque yo debo tener los zapatos negros en un 52%! ¿Por qué? No tiene ningún sentido», lamentó Gómez.
«Esas son reglas que lo que hacen es que la próxima generación de niños encuentren aburrido el béisbol», dijo el veterano de 12 temporadas en las Grandes Ligas.
Gómez podría tener un punto importante. En una encuesta hecha por la fima Gallup en enero pasado, el béisbol quedó tercero (9%), detrás del fútbol americano (37%) y el baloncesto (11%) y apenas arriba del fútbol balompié (7%), entre los deportes que los adultos estadonunidenses prefieren ver en la televisión. En el renglón de personas de 18-34 años, el béisbol quedó último con un 6%.
Gómez, quien en más de una ocasión ha sido criticado por sus rivales por su forma ruidosa de celebrar sus jonrones, piensa que los otros deportes están haciendo mucho mejor trabajo que el béisbol para atraer a los niños.
«Un niño ve a [Manny] Machado y ve ese ´flow´ que tiene Machado y se motiva para tratar de ser igual a Machado. Pero cuando tu ves un pelotero con un ´flow´ de profesor [en el campo], los niños no quieren ese ´flow´, los niños quieren un ´swag´, un ´flow´, con disciplina, pero que uno tenga ´flow´. Que uno se vea bien no quiere decir que uno esté faltando [el respeto] al juego», dijo Gómez.
Gómez, de 32 años, no amenazó con desafiar la iniciativa de los zapatos negros, pero dijo que no planea cambiar su forma de ser o de jugar.
«Por eso yo juego el juego como si fuera mil último día que voy a jugar. Yo juego cada juego como si fuera el último», dijo.
«Y el día que no me sienta como un niño jugando béisbol, me voy a mi casa. Todos los días que salgo al terreno me siento como un niño jugando béisbol. De eso se trata», dijo.
«Si yo mañana no me siento así, recojo, cuelgo los zapatos y me voy a casa a disfrutar a mis hijos», dijo Gómez.
2018-05-12 15:07:39