Justicia y Derecho

Miami de fiesta con Wade, Bosh y LeBron James

POR JORGE EBRO

JEBRO@ELNUEVOHERALD.COM

Los Tres Reyes Magos llegaron con anticipación a Miami.

En lo que puede considerarse el preludio de muchas noches de fiesta por venir, la Arena AmericanAirlines abrió sus puertas para recibir por primera vez a Dwyane Wade, Chris Bosh y LeBron James, enfundados en sus uniformes del Heat.

Y lucen bien. Se espera que luzcan mejor aún cuando comience la temporada de la NBA y la potencia diseñada por Pat Riley inicie su paso demoledor con el único objetivo de conquistar un título. Menos que eso sería considerado un fracaso.

Visiblemente emocionados, los jugadores dieron gracias a los más de 14,000 aficionados que acudieron a darles la bienvenida y prometieron –en voz de James– «no uno, no dos, no tres, sino muchos campeonatos» en los próximos años. «Se siente uno muy bien», expresó un James visiblemente emocionado por el recibimiento. «Estar en esta posición. Vestir el uniforme del Heat, todo es magnífico. Queremos que el mundo sepa que el Heat está de vuelta».

Como si se tratara de un concierto de rock, la arena y toda la ciudad de Miami se convirtieron oficialmente en «La casa de Wade y el reino de LeBron», y entre ambos espacios, el lugar donde Bosh espera ganar ese título que tanto ansía.

Nunca antes se había recibido así a un deportista en el sur de la Florida, ni siquiera cuando Shaquille O’Neal desembarcó en el 2005 montado encima de una enorme rastra. La energía rebotaba por todos los costados de la arena, cuando «Los Tres Fantásticos» arribaron envueltos en nubes de humo.

Al momento, caminaron por una extensión de la tarima para saludar a los aficionados.

«Esto es mejor que un sueño hecho realidad», afirmó Wade. «Uno siempre quiere estar en la mejor situación posible en busca del éxito. Puedo decir que tengo la posibilidad de formar parte del mejor trío que jamás haya jugado al básquetbol. Es algo increíble».

Wade salió con su tradicional número tres en el jersey, pero James y Bosh estrenaron nuevos dígitos. El ex jugador de Cleveland dejó el 23 por el seis, mientras que el de Toronto pasó del 17 al uno.

Hasta Wade coqueteó con la idea de variar su número.

«Pero me di cuenta de que el tres es un número mágico, y ahora representa mucho más que un simple número», afirmó Wade. «Simboliza la unión de los tres, haciendo sacrificios».

Lo que no cambia es el deseo de ganar, más que nunca.

«Desde el principio queríamos venir aquí», manifestó Bosh. «Primero fue entre Wade y yo, luego LeBron también quería venir. Vamos a hacerlo [ganar un título]. Vamos a comenzar cuanto antes».

Aunque la atención se concentró en el trío de estrellas, no escapó a nadie que el presidente Pat Riley es el padre de este gran esquema que empezó a ponerse en efecto hace dos años, cuando el Heat dio los pasos iniciales para contar con los recursos financieros suficientes.

Una vez que se abrió el período de agencia libre, ninguna otra organización tenía la capacidad de maniobra de Miami. Luego Riley, con su aura de leyenda y sus dotes persuasivas, hizo el resto.

Pero como el propio Riley dijo, «este es sólo el inicio del viaje», y todavía quedan piezas por colocar en el nuevo esquema del Heat que, todavía con los ecos de la celebración en la madrugada del jueves, se desprendió de Michael Beasley y lo envió junto con sus $4.96 millones a Minnesota.

Ahora, el equipo se encuentra muy cerca de firmar a Mike Miller, ese tirador a distancia que abriría las defensas rivales para que Wade, Bosh y James caigan como una jauría sobre el aro contrario.

La salida de Beasley deja solo a Mario Chalmers como el único jugador bajo contrato con el equipo, pero en toda la NBA no existen dudas de que Riley no tendrá ningún problema en completar una plantilla que ayude a las tres súper estrellas a conseguir un título.

Tanto James, como Wady y Bosh han recalcado que podrían recibir una suma menor del tope de $16.5 millones anuales para que el equipo pueda firmar a jugadores de calidad que les acompañen en la nueva etapa profesional que van a iniciar juntos.

«Pat y el coach [Erick] Spoelstra y [el dueño] Micky Arison se asegurarán de que tendremos un equipo capaz de competir», afirmó James.

Todavía quedan meses para que comience la temporada, pero a juzgar por la fiesta del viernes en la noche, no cuesta imaginar mucho cómo reaccionaría Miami si James, Wade y Bosh cumplen su promesa de múltiples campeonatos.

«Creo que podemos fundar algo especial», manifestó Bosh, quien incluso se dio el lujo de hablar algunas frases en español que levantaron de sus asientos a miles de fanáticos latinos. «¿Cómo están ustedes? Porque yo estoy bien, pero que muy bien».

2010-07-10 15:41:40