Por Mary Paula
SANTO DOMINGO, 08 Dic 2010 (Xinhua).- Haití cierra este año con números rojos, golpeado en los últimos meses por un terremoto, las inclemenias del tiempo, una epidemia de cólera que ha dejado hasta el momento unos 2.000 muertos, además de un enfrentamiento entre los políticos luego de las elecciones del 28 de noviembre.
El fatal sismo del 12 de enero pasado volcó las manifestaciones de solidaridad de todo el mundo. No obstante, del total de recursos prometidos después de la tragedia, ni el 10 por ciento de esa suma se ha hecho realidad entre los haitianos.
Sólo en la capital del país, Puerto Príncipe, hay al menos 1,3 millones de personas viviendo en las carpas levantadas por los organismos internacionales y naciones amigas, que inmediatamente supieron de la nueva tragedia en el país más pobre de América comenzaron a enviar la ayuda material que se necesitaba en ese momento.
Pero a casi un año de ese desastre de la naturaleza los damnificados tienen que enfrentar en la carpas, delitos tan regulares como violaciones sexuales, llevando la peor parte las niñas-adolescentes, y los desmanes de las bandas que actúan de forma impune entre los callejones de las «nuevas ciudades».
En tanto, aún la población está a la espera de que se levante la primera edificación para viviendas destinadas a los más desfavorecidos.
A todo ello se debe agregar la deficiencia en los servicios sanitarios básicos, como agua potable y baños para realizar las necesidades fisiológicas.
La falta de institucionalidad en el Estado haitiano es una de los obstáculos para que la ayuda internacional se concrete con más rapidez y evitar que los recursos entregados a sus autoridades se disluyan entre las manos de los burócratas del gobierno.
También organizaciones humanitarias que trabajan en el seno de esa población sostienen que «hay que dejar la fase humanitaria para hablar de la reconstrucción, y no pasarse todo un año solo distribuyendo comida y agua».
El secretario general de las Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, nombró al ex presidente estadounidense William Clinton como enviado especial del organismo en Haití, con el fin de establecer las prioridades en la reconstrucción de la nación más pobre de América.
En varias ocasiones el ex mandatario ha visitado el arruinado país, sin embrago la fase de reconstrucción no ha iniciado.
La situación es tan compleja que los miles de toneladas de escombros dejados por el terremoto, no han sido levantados, y el país permanece en ruinas y desolación.
De todas las obras prometidas sólo República Dominicana, país vecino de Haití en la isla La Española, ha avanzado con cierta prontitud a levantar el local de una universidad en Cabo Haitiano (la segunda ciudad en importancia de Haití), mientras que los escombros aún permanecen en la capital Puerto Príncipe.
Sólo 20 por ciento (cerca de 100 millones de dólares) de los 500 millones de dólares prometidos por la comunidad internacional han sido consignados al fondo fiduciario multilateral de la reconstrucción por países tales como Brasil, Noruega, Australia, Colombia y Estonia, no obstante los principales donantes como los Estados Unidos, Canadá y los países de la Unión Europea no han respetado aún sus promesas.
Para el presidente dominicano Leonel Fernández el incumplimiento del acuerdo económico con Haití se debe principalmente al déficit fiscal de las economías de Estado Unidos y Europa. El mandatario caribeño manifestó que otro factor se debe al proceso de elecciones que tenía pautado Haití.
«Los gobiernos prefieren tener claro el panorama político y desembolsar dinero con las nuevas autoridades que resulten ganadoras de las elecciones haitianas» expresó Fernández.
Pero Haití necesita desarrollar las fuentes de empleo, la agricultura y todas las aéreas de su economía que está en franca desarticulación.
Pero si el retraso de la ayuda por el terremoto es palpable, el cólera es otro de los capítulos que han provocado una obligada desviación de la atención de los damnificados hacia las miles de personas afectadas por la expansiva enfermedad.
Hasta el momento los muertos por cólera superan las 2.000 personas y más de 80.000 son atendidas por la enfermedad en los precarios hospitales y centros médicos que quedaron en pie luego del terremoto.
La versión de que el brote de cólera surgió en un campamento de soldados de Nepal de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), generó protestas entre la población, con resultado de al menos dos muertos.
Expertos internacionales como el chileno Luis Martínez, un epidemiólogo de la Universidad de Santiago, consideran que la nación caribeña necesita la ayuda internacional de gran magnitud para salvar vidas en medio de la epidemia de cólera.
Martínez considera que ante la precariedad de la infraestructura, del saneamiento básico y los recursos hospitalarios sanitarios mínimos, la enfermedad causará estragos mayores en la empobrecida nación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha vaticinado que el cólera podría infectar a 650.000 personas en los próximos seis meses, con un grado de mortandad que ha llegado a ser de 43 fallecidos por día.
Es por eso que Martínez y Médicos sin Frontera advierten que Haití tiene las condiciones sanitarias «ideales» para convertirse una situación realmente preocupante, al menos que una ayuda de gran magnitud de la comunidad internacional, pueda detener el mal.
La situación es tan grave que sólo la organización Médicos sin Fronteras reveló que sus especialistas ven unos 1.200 enfermos por día y que han logrado montar unas 3.200 camas para pacientes de cólera en los centros de atención de todo el país.
El colapso progresivo de los servicios básicos en Haití interviene para que la situación empeore, esta nación no cuenta con servicios de agua potable, ni de sistema sanitario, factores claves para enfrentar la epidemia de cólera.
A todo este escenario crítico se adiciona la situación de convulsión política que caracteriza al país tras las elecciones realizadas el pasado 28 de noviembre, donde participaron 18 candidatos por la presidencia y se eligieron a los representantes de un tercio del Senado y 99 diputados.
En principio la oposición denunció un fraude y acusó al candidato oficialista de orquestarlo, sin embargo a medida que fueron contando los votos, los candidatos contrarios abortaron la posición, hasta el punto de declararse ganadores de la contienda.
El 7 de diciembre, el Consejo Electoral Provisional de Haití dio a conocer los primeros resultados oficiales.
La candidata presidencial Mirlande Manigat obtuvo el 31,37 por ciento de los votos frente al 22,48 por ciento del candidato oficialista Jude Celestin, por lo que ambos aspirantes se enfrentarán en una segunda vuelta electoral el 16 de enero próximo.
Luego de los resultados, cientos de manifestantes bloquearon las calles con barricadas incendiarias en diversos puntos de la capital.
Los hechos de violencia, que han dejado al menos un muerto, han intensificado la crisis que vive esta empobrecida nación.
2010-12-08 20:31:59