Justicia y Derecho

Fugas y motines en cárceles de México son causados por vacío de poder

MEXICO, 4 abr (Xinhua) — Los escapes, peleas masivas y motines sucedidos en cuatro cárceles de México en menos de dos semanas son el botón de muestra de que en el grueso de las casi 300 prisiones estatales reina un vacío de poder, advirtió a Xinhua Elena Azaola, una de las principales expertas del país en temas penitenciarios.

Entre el 16 y 28 de marzo, se registraron dos fugas masivas y cuatro disturbios protagonizados por decenas de reos en prisiones de los estados de Sinaloa (noroeste), Tamaulipas (noreste), Nuevo León (norte) y Quintana Roo (sureste), con un saldo de ocho presos muertos y una treintena de heridos.

Azaola, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), advirtió de que los gobiernos estatales continúan sin asumir por completo el control de las cárceles bajo su cargo, un problema antiguo agudizado en los últimos años por la escalada del crimen organizado.

Estudios de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y otras instancias apuntan que en por lo menos el 70 por ciento de las 292 prisiones estatales, que en conjunto tienen casi 200.000 internos, existe algún tipo de autogobierno por parte de los reos, explicó la experta.

«No están en las manos ni el control de las autoridades, sino en las manos y control de los grupos criminales ante esa falta de capacidad del estado», señaló Azaola.

La cadena de episodios comenzó el 16 de marzo, cuando cinco narcotraficantes del cártel de Sinaloa escaparon de la cárcel de Culiacán, capital de Sinaloa, sin que hasta la fecha se conozcan las circunstancias.

Una segunda fuga ocurrió el 22 de marzo en la prisión de Ciudad Victoria, Tamaulipas, cuando 29 reos salieron por un túnel clandestino de 40 metros de largo cavado en un área controlada por los propios presos, según la versión oficial.

Hasta la fecha han sido recapturados 16 reos fugados de esa prisión, donde tres internos murieron en una riña desatada el 24 de marzo por el endurecimiento de las medidas de seguridad tras la huida.

Ese mismo día, un preso falleció y tres sufrieron heridas en una pelea masiva en la prisión del balneario de Cancún, Quintana Roo, que la policía disolvió después de lanzar gases lacrimógenos.

En la cárcel de Cadereyta, Nuevo León, más de 600 reos se amotinaron el 27 de marzo contra las nuevas medidas de seguridad y al día siguiente otro grupo incendió dos pisos de un edificio, lo que se cobró la vida de cuatro internos.

Azaola expuso que los sucesos son una respuesta natural ante la falta generalizada de determinación e inversiones en infraestructura y personal capacitado para reordenar los centros estatales, que albergan al 90 por ciento de los 224.300 reos del país, según cifras oficiales de octubre pasado.

«Los estados ven a las prisiones como la última de sus prioridades o intereses porque no son capaces de visualizar la enorme importancia de tener a las prisiones en orden», consideró la experta.

Once fugas y siete motines figuraron entre los casi 1.900 incidentes registrados de enero a octubre de 2016 en las prisiones estatales, más de la mitad de ellos por riñas, de acuerdo con datos oficiales de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).

La académica enfatizó que el Consejo Nacional de Seguridad y la CNS han diseñado directrices, reglamentos y protocolos de actuación para las cárceles de los estados, pero sus autoridades no los cumplen o acatan.

«Por ignorancia, por mala fe, por falta de visión. Las razones son diversas pero el resultado es ese: no ven como una prioridad recuperar el control de esos penales y puede seguir sucediendo un día aquí y mañana en otra parte», reiteró Azaola.

2017-04-04 00:13:05