El Gobierno chino califica como un sin sentido la reacción del Vaticano al nombramiento de dos obispos chinos sin el beneplácito de la Santa Sede
PEKÍN, China.- El Gobierno chino calificó el jueves como un sin sentido la reacción del Vaticano al nombramiento de dos obispos chinos sin el beneplácito de la Santa Sede, informó el Ministerio de Asuntos Exteriores.
«La condena del Vaticano no tiene sentido», señaló el Ministerio en un comunicado. «Mantenemos una actitud sincera hacia la mejora de las relaciones entre China y el Vaticano y hemos realizado esfuerzos de forma activa», prosigue.
«Esperamos que el Vaticano pueda apoyar un buen ambiente para la mejora de esta relación», concluye.
«Se trata de nuestra posición general sobre este asunto, ya que estamos elaborando una reacción a las declaraciones de hoy de Roma», indicó en conversación telefónica un funcionario de la cancillería china.
El Papa Benedicto XVI expresó hoy su «profunda tristeza» por el nombramiento como obispos de los sacerdotes Ma Yinglin y Liu Xinhong los pasados 30 de abril y 2 de mayo, y calificó ambos nombramientos como una «grave violación de la libertad religiosa».
En un comunicado contundente, el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, recordó que en estos casos están previstas «severas sanciones» y calificó los nombramientos como un grave obstáculo en el diálogo entre Roma y Beijing.
Navarro Valls calificó como «pretexto» las excusas esgrimidas por Beijing para ambos nombramientos (cubrir diócesis vacantes) y señaló que, según sus informaciones, los sacerdotes y obispos oficiales son sometidos a «fuertes presiones por parte de organismos externos» a la Iglesia.
El Vaticano y China rompieron relaciones diplomáticas en 1951, después de que el Papa excomulgara a dos obispos designados por el gobierno comunista chino, y en la actualidad la Santa Sede es el único Estado europeo que reconoce diplomáticamente a la isla de Taiwán, a la que Beijing considera parte de su territorio.
Beijing exige para restablecer lazos con la Santa Sede que ésta rompa relaciones con Taiwán y que no «interfiera en los asuntos internos de China».
El Gobierno comunista sólo reconoce a la Iglesia Patriótica, con 5,2 millones de seguidores, como oficial, mientras que otros 12 millones pertenecen a la «clandestina», fiel a Roma y perseguida por Beijing.
El portavoz de la Iglesia Patriótica, Liu Bainian, no estaba este jueves localizable en su teléfonos habituales, según pudo comprobar EFE.
Mientras, el recién nombrado obispo chino Liu Xinhong prometió ayer en su primera misa como prelado «respetar las leyes estatales, defender la unidad nacional y la armonía social», lemas promulgados por el actual gobierno comunista, informó el diario South China Morning Post.
Sin embargo, Liu admitió en la ceremonia celebrada ayer por la noche sentirse «intranquilo» antes de su nombramiento por el temor a que el Vaticano y Beijing bloquearan el diálogo destinado a restablecer sus vínculos diplomáticos.
2006-05-05 11:12:00