Economia

Marcador de remesas: costos bajan pero emigrados y familias aún excluidos de sistema financiero

Marcador de remesas: costos bajan pero emigrados y familias aún excluidos de sistema financiero

Nueva investigación sobre envíos de dinero a América Latina difundida por el Fondo Multilateral de Inversiones del BID



WASHINGTON.- El costo promedio de las remesas de los Estados Unidos a América Latina y el Caribe ha caído en casi dos tercios en los últimos seis años, ahorrándoles a los emigrados y sus familias miles de millones de dólares, según un informe difundido hoy por el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo.



Sin embargo, la investigación también muestra que una mayoría de los emigrados latinoamericanos y sus familias en sus países de origen aún están excluidos del sistema financiero formal, y por ende de los servicios y oportunidades a los que tienen acceso las personas de mayores ingresos en la región.



El informe International Flows of Remittances: Cost, Competition and Financial Access in Latin America and the Caribbean – Toward an Industry Scorecard, (Flujos internacionales de remesas: costo, competencia y acceso financiero en América Latina y el Caribe – hacia un marcador para la industria) fue realizado por encargo del FOMIN por una de las principales autoridades mundiales en mercados de remesas, el investigador Manuel Orozco del centro de estudios Inter-American Dialogue con sede en Washington.



Desde que el FOMIN comenzó a trabajar en el tema de las remesas en el año 2000 el costo promedio de girar 200 dólares desde los Estados Unidos a América Latina ha caído de más de 15 por ciento a alrededor de 5,6 por ciento, mayormente debido a la competencia entre proveedores de servicios.



Para el gerente del FOMIN, Donald F. Terry, esa reducción implica que el año pasado los emigrados de esta región y sus familias se ahorraron unos 5.000 millones de dólares más que si los costos de las remesas hubiesen permanecido en sus niveles de principios de esta década.



“En tan sólo seis años América Latina y el Caribe pasó de ser uno de los mercados de remesas más caros del mundo a ser uno de los más accesibles”, agregó Terry. “Si bien aún hay margen para mayores reducciones, los números señalan que el costo ya no es el tema central”.



En el 2005 la región recibió remesas por unos 53.600 millones de dólares, de los cuales casi tres cuartas partes llegaron de los Estados Unidos. La mayoría de estos recursos fueron a hogares de escasos recursos para cubrir gastos diarios pero algunas familias han logrado ahorrar o invertir algo de ese dinero.



“Se podría hacer mucho más para apalancar estos recursos, particularmente para brindarle a las familias transnacionales acceso al sistema financiero formal”, señaló Terry. “Pero aún existen ciertos prejuicios culturales, una falta de productos y servicios adecuados y obstáculos legales y  regulatorios que impiden que la gente pobre sea bienvenida en el sector financiero.”



Una notable conclusión del estudio de Orozco se enfoca en dónde los beneficiarios de las remesas recogen su dinero. Como las remesas generalmente involucran transacciones en efectivo, se suponía que se distribuían mayormente en comercios minoristas afiliados a empresas de transferencias de dinero, como bodegas, colmados o tiendas de abarrotes.



Según la investigación, 54 por ciento de las remesas son distribuidas en bancos, cooperativas de crédito, instituciones microfinancieras y otras entidades autorizadas para tomar depósitos. Esto significa que todos los meses unas 10 millones de personas concurren a agencias bancarias para buscar sus remesas pero poco se hace por convertirlas en ahorristas.



“De hecho, los bancos en América Latina se comportan casi como las bodegas”, acotó Terry. “En la mayoría de los casos sólo fungen como agentes de las empresas de transferencias de dinero en lugar de aprovechar la oportunidad para ofrecerles servicios de depósitos a los clientes de remesas”.



En contraste, las cooperativas y las microfinancieras e incluso algunas entidades bancarias como Banco Solidario de Ecuador y Banco Salvadoreño de El Salvador han logrado mejores resultados en reclutar a receptores de remesas como ahorristas. Además de esforzarse por atraer a esos clientes, estas instituciones financieras han adaptado sus servicios y productos a las necesidades de este segmento.



Costos, competencia y acceso



Para su investigación Orozco compiló datos de 50 empresas que proveen servicios de transferencias de dinero para comparar sus tarifas y comisiones de cambio, mecanismos y tecnologías de transferencia, competencia en sus mercados, número de agencias en los Estados Unidos, tipos de agentes en América Latina y el Caribe y niveles de satisfacción de clientes.



En futuras ediciones del marcador de la industria de remesas Orozco planea medir el apoyo de estas empresas al desarrollo local en las comunidades donde operan, la transparencia en sus cobros y el cumplimiento de las regulaciones.



En materia de costos, en los últimos seis años algunas de las caídas más pronunciadas se registraron en Colombia, Bolivia, México y Haití. La competencia fue el principal factor en la reducción de tarifas y comisiones, dada la explosión del número de empresas en el mercado, que recientemente ha visto alguna consolidación.



Los niveles de satisfacción entre clientes variaron ampliamente, desde 98 por ciento en Ecuador a 74,4 por ciento en Haití. Asimismo hay grandes diferencias en materia de acceso a servicios financieros formales. En República Dominicana 66 por ciento de la gente que recibe remesas tiene cuenta bancaria, mientras que sólo 10 por ciento de los receptores nicaragüenses está bancarizado.



La participación de la banca en la distribución de remesas también muestra contrastes. En El Salvador concentra 67,5 por ciento de los envíos mientras que en Guyana apenas llegan a 7 por ciento.



 En sus conclusiones Orozco destaca la oportunidad que tienen los bancos para aumentar sus servicios para los receptores de remesas, dado que las empresas de transferencias de dinero prefieren asociarse con instituciones financieras más que con comercios minoristas.



“El fortalecimiento de los vínculos entre las empresas de transferencias de dinero y las instituciones financieras rendirá beneficios para todos”, observó Orozco.



Como parte de su clúster de proyectos de remesas, el FOMIN ha impulsado la competencia entre proveedores de servicios y ha alentado a instituciones microfinancieras y cooperativas a participar en este mercado. Asimismo ha apoyado proyectos para desarrollar hipotecas respaldadas por remesas y para capacitar a emigrados que desean retornar a sus patrias para crear empresas.

2006-05-12 11:19:47