Carlos Slim: «La familia es lo primero» porque ser rico «no es incompatible con la vida personal y familiar»
Pero aún cuando Slim sueña con una próspera América Latina en la que todos cuenten con un teléfono celular, parece fijarse nuevos desafíos: poner en marcha acciones sociales y mostrar interés en la industria petrolera.
MÉXICO.- El mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, parece haber contraído, como antes le ocurrió a su competidor Bill Gates, y antes que a ellos a George Soros, una especie de enfermedad de los multimillonarios: querer hacer otra cosa que simplemente ganar dinero. «No importa ser el primero» en la lista de millonarios, concluyó el magnate de la telefonía en América Latina luego de tres horas de una charla inédita, sencilla y sin agenda, con un pequeño grupo de periodistas.
«La familia es lo primero» porque ser rico «no es incompatible con la vida personal y familiar», comentó Slim, con habano en mano, durante un desayuno en la sede del grupo financiero Inbursa, en un salón adornado con pinturas de Renoir, El Greco y obras de otros grandes maestros de su colección personal.
El presidente del grupo Carso rindió homenaje a la experiencia que heredó de su padre, un inmigrante libanés que llegó a México a principios del siglo XX, pero al que conoció poco.
A los 67 años de edad «ya debería estar retirado», añadió a manera de broma Slim, quien ha ido delegando cada vez más responsabilidades de la dirección de su imperio económico en sus tres hijos, Carlos, Marco Antonio y Patricio.
La fortuna de Slim ha crecido considerablemente en los últimos dos años totalizando a fines de junio 67.800 millones de dólares, según Sentido Común, un sitio de internet mexicano especialista en análisis económicos y financieros y que ubica a Gates con 59.200 millones de dólares.
Pero aún cuando Slim sueña con una próspera América Latina en la que todos cuenten con un teléfono celular, parece fijarse nuevos desafíos: poner en marcha acciones sociales y mostrar interés en la industria petrolera.
El nuevo gran proyecto de la Fundación Telmex (su telefónica en México), que ya trabaja con cientos de millones de dólares en los terrenos de la salud, el deporte y la cultura, se denomina «educación digital».
Carlos Slim explica que quiere distribuir este año 250.000 computadoras portátiles a niños de escasos recursos en México y Centroamérica con una inversión de 70 millones de dólares en 2007 y promete incrementar ese monto en 2008 y 2009.
Slim tiene sin embargo dificultades con su imagen pública pues hay quienes le reprochan tener una fortuna indecente en un país de 50 millones de pobres.
«Compro en tiempos difíciles», dice el magnate al explicar con lujo de detalles cómo construyó su fortuna y, según su nueva filosofía, «la mejor inversión es combatir la pobreza» porque así se «fortalece el desarrollo del país».
La idea es «no dar, sino resolver» con la educación como pilar para combatir la situación de rezago. «La experiencia empresarial permite actuar sobe problemas que no son empresariales», añadió.
«El sector energético me interesa», comenta Slim en un momento en que la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) sufre una baja en su producción petrolera y no cuenta con los recursos necesarios para explotar nuevos yacimientos en aguas profundas del Golfo de México.
En el debate casi tabú de la privatización de Pemex -México es el sexto productor mundial de petróleo-, Slim es favorable a una empresa estatal con autonomía en su gestión y un régimen fiscal limitado.
En su opinión, Pemex debe concentrarse en la producción y en optimizar la riqueza nacional y dejar que otras empresas aporten tecnología y conocimientos a la petroquímica, el transporte y la exploración.
En el terreno petrolero, el Grupo Carso participa en la fabricación de plataformas y en la construcción de ductos a través de la nueva sociedad Swecomex.
AFP
2007-08-06 15:33:03