Economia

PALABRAS DEL PRESIDENTE LEONEL FERNANDEZ EN LA CUMBRE DE PRESIDENTES DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE. SALVADOR DE BAHIA, BRASIL.

PALABRAS DEL PRESIDENTE LEONEL FERNANDEZ EN LA CUMBRE DE PRESIDENTES DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE. SALVADOR DE BAHIA, BRASIL.


 

Señor Presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, Señores Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe,

Distinguidos Colegas,

Amigos todos: 

Quisiera en primer término, felicitar al presidente Lula por esta brillante iniciativa de haber convocado a esta Cumbre de América Latina y el Caribe en estos momentos.  



 

Esto así por doble razón; primero por el carácter simbólico que tiene el hecho de que este encuentro lo estemos celebrando justamente en el año 2008. Hace 200 años en América Latina se iniciaron las luchas por la Independencia de nuestros pueblos, y el hecho de que en un momento de gran crisis mundial nos hayamos dado cita aquí para reflexionar sobre los problemas de la región, creo que tiene la fuerza simbólica y el sentido de oportunidad. 



 

Yo quisiera, presidente, mi intervención dividirla en dos aspectos: en un primer momento, compartir una reflexión acerca de la naturaleza del sistema económico mundial, en estos momentos explicaría la crisis y como una forma de contribuir a la elaboración de un posicionamiento común de lo que debemos llevar a la conferencia especial de Naciones Unidas el año próximo. Y en segundo término, siguiendo un poco el pensamiento de la presidenta Michelle Bachelet y del primer ministro de Guyana, Barrat Jagdeo, de cómo derivar en decisiones prácticas que nos permita a partir de la declaración que se formula aquí convertir las propuestas, las promociones que se hacen, en programas e iniciativas específicas que puedan encontrar formas de financiación a través de las instituciones que existen en la región.

Con respecto a lo primero, yo pienso que todos estamos conscientes de que la actual crisis financiera es la crisis más profunda, la más aguda y la más severa de los últimos ochenta años, desde la gran depresión, y tiene el potencial de ser la peor crisis de toda la historia. De manera que estamos ante un acontecimiento verdaderamente trascendental. 



 

Estamos hablando de crisis financiera, pero durante el transcurso de 2008 tuvimos una crisis energética y tuvimos una crisis alimentaria, y en las tres crisis encontramos cambios significativos en la naturaleza del funcionamiento del sistema económico mundial a los que debemos prestarles atención para, digamos, poder enfrentar con éxitos los desafíos del futuro.  



 

Teníamos la crisis energética, que nos creó un problema de presión inflacionaria al igual que la crisis alimentaria, y ahora, en cuestión de tres meses, en toda la región pasamos a una situación radicalmente distinta de recesión. De presión inflacionaria a recesión, en cuestión de meses, lo que revela la alta volatilidad que tiene el sistema económico mundial y cómo repercute en nuestras naciones.  



 

Pero, cuando analizábamos la crisis energética y alimentaria, ¿qué se nos decía? En primer lugar, que era un problema de oferta y demanda. Que la oferta de petróleo se había restringido, que no había suficiente inversión en refinerías, que China y la India estaban incrementando sus demandas, que había tensiones geopolíticas en algunos lugares del mundo, especialmente en Nigeria y en Centro Asia, y que todo eso contribuía al incremento de los precios del petróleo a escala global. Y cada uno de esos factores parece razonable.

Usted puede entender que, efectivamente, la oferta había disminuido, que la demanda se había disparado, que había conflictos de carácter geopolítico, que la demanda se había disparado, etc., pero lo que se ocultaba siempre era que al mismo tiempo había una especulación distinta al tipo de especulación históricamente conocida y que estaba trazando el alza del precio del petróleo y de los alimentos.  



 

Nos referimos al surgimiento de la llamada especulación financiera, distinta a la especulación física tradicionalmente conocida en los contratos a futuros de mercados. Lo que ha ocurrido entre el año 2004 al 2008 nos indica que ha habido una variación significativa en la naturaleza del sistema capitalista mundial. En el año 2004, indican las estadísticas, las inversiones que se habían hecho en contratos a futuros de petróleo alcanzaba la cifra de trece billones de dólares. En el año 2008, el año actual, el volumen de inversión en contratos a futuro de mercados petroleros llegó a la cifra astronómica de 260 billones de dólares. La pregunta sería, ¿quiénes estaban invirtiendo en esos contratos de futuros en el caso del petróleo, pero también en alimentos, lo podemos ver en el caso del maíz, en el caso del sorgo, en el caso de las soyas, etc.?.

Estaban invirtiendo inversionistas institucionales que no habían participado antes en mercados de futuros. Estamos hablando de fondos de pensiones, compañías de seguros, fondos patrimoniales de grandes universidades en Estados Unidos, etc. Y el volumen de contratos que esas inversiones generaban competían con el número de contratos físicos con lo cual, sin duda alguna, estaban ejerciendo una influencia en la determinación de los precios a nivel internacional.  



 

Entonces, aquí lo que estamos viendo es el cambio que se ha dado en los mecanismos de funcionamiento del sistema capitalista financiero internacional. De un sistema de especulación tradicional histórica física a un modelo de especulación financiera, lo que las transacciones se generan en papeles y no sobre los bienes físicos, pero generando influencias en la determinación de los precios.  



 

Le explicaba en un comentario con el presidente Chávez la impresión que tenemos de que alguien vende un petróleo que no tiene, y alguien compra un petróleo que no espera recibir. Y sin embargo, ambos obtienen grandes ganancias e inciden en la determinación final de los precios. Yo creo que aquí hay un primer factor importante a tomar en consideración, es un hecho sin precedentes, es un hecho nuevo, en el sentido de cómo se mueven los mercados de futuros con respectos a los commodities o productos básicos tradicionales.

Así el petróleo fue al alza y llegó a 147 dólares el barril durante el año. En un día llegó a subir diez dólares, y todos caímos en la perplejidad, y después, llegó a subir 25 dólares el barril en un solo día. Y obviamente que ya eso desafió toda forma convencional de comprensión de los sistemas económicos.  

Pero ahora lo hemos visto al revés. En cuestión de tres meses, después de haber llegado a un record histórico de 147 dólares el barril en sólo tres meses, ahora el barril de petróleo se cotiza a 40, 42, 43 dólares el barril. ¿Es que, de repente, ha habido una disminución tan drástica de la demanda? ¿Es que la recesión que actualmente existe está incidiendo en reducir esa demanda? Bueno, pero ¿la recesión la estamos empezando a sentir ahora? Y resulta que hace tres meses ha empezado a caer bruscamente el precio del barril del petróleo.  



 

Lo mismo insisto, con el caso de los alimentos. Entonces, lo que estamos viendo es un nuevo modelo de especulación financiera que tiende hacia el alza, con la misma brusquedad con que tiende hacia la baja, generando incertidumbre y volatilidad en los mercados tanto para los productores de los bienes como para los consumidores, con lo cual ponen en riesgo a los pueblos de todas las naciones del mundo, sean desarrolladas, en vías de desarrollo o sean economías emergentes. ¿Cómo resolver este problema?.

Nosotros creemos que de aquí deben salir propuestas de soluciones. Y la propuesta que nosotros hacemos a esta asamblea es que se establezcan determinadas condicionalidades a los contratos a futuro. Y es que en lugar de poder invertir tan sólo el 5 por ciento del valor de los contratos, a todo inversionista se le exija por lo menos el 50% del valor de cada contrato a futuro.  



 

No es posible que sin estar en el negocio del petróleo o de alimentos, usted, con el 5% del valor de los contratos, pueda adquirir un contrato que tiene más bien carácter de especulación financiera. Quizás nos resulte imposible establecer la prohibición total de participación en los mercados a futuro de cualquier inversionista, pero sí se pueden establecer condiciones, y la condición debe ser incrementar el precio de cada contrato cuando se va a los mercados de futuro. 



 

Pasar de un 5% a un 50% del valor del contrato significaría un desincentivo a los especuladores financieros de mercados a futuro, tanto para alimentos como para petróleo.  



 

Veamos ahora el caso de la crisis financiera, distinguidos colegas, jefes de Estado y de gobierno de la región. Yo pienso que todos nos preguntamos cómo es posible que después de un proyecto de 700,000 millones de dólares aprobado en el Congreso de los Estados Unidos para ir en auxilio de los bancos con activos de dificultades, acción que fue precedida de 300 mil millones de dólares previos, o sea, que estamos hablando sólo en Estados Unidos de un trillón de dólares que ha ido para resolver la crisis financiera que se ha creado, pero el Banco Central Europeo también ha emitido centenares de miles de euros, los gobiernos europeos por igual.  



 

De manera que uno podría decir que en estos momentos, en términos aproximados, ha podido haber una inyección de capitales en la búsqueda de una solución a la crisis financiera que debe estar oscilando por los tres trillones de dólares. Ahora bien, si la crisis tuvo su origen en el llamado mercado inmobiliario hipotecario de los Estados Unidos, uno tendería a preguntar, ¿Y cuál es el valor de mercado de esa crisis inmobiliaria hipotecaria norteamericana?.

Las cifras que realmente se dan es que el mercado hipotecario de los Estados Unidos, en sentido general, representa un valor de 13 trillones de dólares y las hipotecas basura o hipotecas tóxicas, el subprime, representan el 20% de ese mercado. O sea, estaríamos hablando de que el segmento afectado del mercado inmobiliario sería de 2.7 trillones de dólares. Luego surge la pregunta, ¿si esta crisis tiene un valor de 2.7 trillones de dólares y se han invertido y se han inyectado flujos de capitales por encima de 2.7 trillones, llegando a tres trillones, ¿por qué razón no ha habido una reacción positiva de los mercados, lográndose una superación de la actual crisis financiera?.

Evidentemente que los mercados no han reaccionado positivamente porque a la opinión pública internacional se le ha estado ocultando otra parte de la realidad y la otra parte de la realidad es que hay nuevos instrumentos financieros también afectados, como serían, en una traducción al español, las llamadas permutas o créditos no pagados, los credits default crash, que se utilizaban como especie de seguros en las contrataciones de créditos de personas con malos historiales de crédito, actuando como compañías de seguros, sin ser compañías de seguros, por lo tanto quedaban fuera de todas regulaciones, y hoy sabemos que ese sistema de permutas no pagados representa en Estados Unidos un mercado equivalente a 60 trillones de dólares. 60 trillones de dólares creados artificialmente en base a papeles, en base a la ficción en un sistema no regulado.  



 

Obviamente que al existir este problema de los credits default crash, los mercados no reaccionan positivamente, porque saben que esta crisis ya no se detiene en el problema hipotecario inmobiliario, sino que ha ido más allá, a una etapa superior que tiene que ver con el funcionamiento de todo el sistema financiero internacional.  



 

60 trillones de dólares equivalen al PIB de todos los países del planeta, no hay forma de darle solución a una crisis de 60 trillones de dólares. Si esta crisis se logra contener a nivel de subprime, a nivel del crédito hipotecario e inmobiliario, uno podría sentirse optimista y considerar que a partir del segundo semestre del año próximo se iniciaría un proceso gradual de recuperación y de reactivación del crecimiento a escala mundial.  



 

Pero si la crisis está contaminada con la permuta de crédito no pagados, yo pienso que aquí deberíamos de hacer conciencia de que estamos hablando de una crisis de por lo menos de 10 a 15 años, porque no hay manera de enfrentar un problema de 60 trillones de dólares. Y ese es el problema que tenemos hoy día. ¿Realmente de qué se trata? ¿De una crisis financiera hipotecaria que se ha internacionalizado por el mecanismo de la securitización? ¿O de una crisis más profunda que tiene que ver con la permuta de crédito no pagado?.

Dependiendo de cual sea la respuesta tenemos dos escenarios distintos: un escenario que se puede controlar o un escenario que estará totalmente fuera de control con efectos devastadores desde el punto de vista político, social, económico e institucional para todos nuestros pueblos.  



 

Entonces, yo pienso que nosotros, como asamblea aquí reunida, debemos exigir, y que salga de aquí como exigencia a las autoridades financieras internacionales, al Fondo Monetario Internacional, al Tesoro de los Estados Unidos, a la Reserva Federal y al Banco Central Europeo, que nos digan exactamente cuál es la naturaleza de la crisis actual, si es un tema que se reduce a hipoteca inmobiliaria afectada o si ha trascendido a los llamados credits default crash y, por consiguiente, cuáles son las medidas que nos aconsejan tomar para blindarnos de los efectos de esta segunda catástrofe.  

Un elemento que quisiera averiguar de este debate es el hecho de que hasta ahora lo que se propone es que haya mayor regulación y mayor transparencia, por consiguiente, parece que lo que estamos discutiendo son dos modalidades del modelo capitalista: un capitalismo regulado o un capitalismo no regulado, y nos parece que se trata de un falso debate.

El problema no es que hay un capitalismo bueno y un capitalismo malo, lo que nosotros entendemos es que hay una crisis de valores en el sistema y que esa crisis de valores debe dar lugar a la emergencia de un pensamiento latinoamericano que lo supere, y yo creo que en este encuentro de aquí ya se han emitido algunas ideas que van en la dirección de un pensamiento latinoamericano emergente que vaya más allá del liberalismo y que vaya más allá del keynesianismo como las dos modalidades que se presentan como alternativa a la actual crisis capitalista global.  



 

El problema no es un debate entre keynesianismo o neo keynesianismo y el neoliberalismo, nosotros entendemos que la superación de la crisis plantea una situación post neoliberal y una situación post keynesiana o neo keynesiana y, por lo tanto, pasamos a un pensamiento renovador latinoamericano del siglo XXI que implica los valores de solidaridad, los valores de cooperación, mecanismos extra mercados e integración, valores opuestos a la codicia, a la avaricia, de esas formas de funcionamiento del sistema financiero capitalista global que han llevado al mundo a esta situación de riesgo en que nos encontramos en estos momentos. 



 

Ahora, como cuestión eminentemente práctica ¿Qué nosotros podríamos hacer en América Latina en lo inmediato? Creo que disponemos de algunos recursos como región para ir enfrentando esto, apelando a estos valores de solidaridad, de cooperación, de integración y de mecanismos extra mercados que son los que han estado dominando. Pienso, sin embargo, como lo ha dicho la presidenta Bachelet, como lo ha dicho el compañero Jagdeo, como lo ha dicho el presidente Álvaro Colom y otros colegas, de que la declaración tiene que pasar de una declaración, de una formulación retórica, hacia la indicación o identificación de programas e iniciativas concretas. 



 

Por ejemplo, el programa de cooperación energética, Petrocaribe es un programa muy específico y muy concreto, entonces en vez de un enunciado general de cooperación energética, digamos, ¿cuál es el programa específico que vamos a aplicar?.

Mi sugerencia en ese sentido sería que podamos crear un grupo de trabajo que se forme aquí y que ese grupo de trabajo pueda convertir la declaración en iniciativas, proyectos y programas específicos que podamos aplicar en el área de infraestructura, en el área de energía, en el área de alimentos y nutrición, y sobre esa base, tendríamos un plan de acción que nos permita efectivamente protegernos de los efectos inmediatos de la crisis y creo que con eso, podríamos avanzar.  



 

Entonces, presidentes esas son nuestras observaciones sobre este problema. Yo propondría, finalmente, que este encuentro del año venidero en las Naciones Unidas, que se ha entendido como una conferencia de alto nivel sobre la crisis financiera, se convierta en una Asamblea General especial sobre la crisis financiera y que haya una propuesta en común de los países de América Latina que pueda presentar usted mismo, presidente Lula, en representación de los países de América Latina y El Caribe con respecto a la crisis energética, a la crisis alimentaria, a la crisis financiera y la necesidad de producir un nuevo modelo que supere los valores y los criterios que hasta ahora han predominado en el mundo con carácter universal.  

Muchas gracias.  

2008-12-17 15:55:05