EL TIRO RAPIDO
Mario Rivadulla
De mayor impacto que la misma cobertura mediática con que ha sido divulgada, cabe calificar la decisión anunciada por el Gobernador del Banco Central de liberar diez mil millones de pesos de los fondos que mantenía congelados para promover la construcción de viviendas de bajo y mediano costo, con facilidades de crédito en intereses y plazos de amortización.
La medida permitirá darle un nuevo impulso a la importante industria de la construcción, abrir más oportunidades de trabajo y dinamizar las actividades productivas, ya que buena parte de los recursos que absorbe la misma adquieren un valor de importante multiplicación con su rápida inserción en el torrente circulatorio de la economía.
Pero a su vez, en el orden social, permitirá que a numerosas familias de clase media media y media baja se les abra la oportunidad de hacer realidad el sueño de tener un hogar propio, donde la erogación del alquiler por un techo que nunca habrá de pertenecerles sea sustituida por los pagos de amortización del inmueble que ocupa y que con el tiempo pasará a ser de su entera propiedad y de seguro, irá ganando cada vez más valor.
Seguramente los dominicanos que abandonaron el país hace muchos años para probar fortuna en otros horizontes y los mismos visitantes extranjeros de entonces que no hubiesen regresado en todo ese tiempo y lo hicieran ahora, se asombrarían ante el muy distinto panorama que ofrece la ciudad de Santo Domingo. Cuatro décadas atrás, era una urbe totalmente plana, dominada exclusivamente por la torre industrial de Proteínas Nacionales, desde cuyo tope podía divisarse toda la geografía citadina hasta en la lejanía del horizonte las aguas del puerto, mucho más allá del blanco muro del malecón.
Pero esa proliferación de empinadas torres y edificios de costosos apartamentos que queda solamente al alcance de una reducida clase privilegiada, contrasta con las necesidades habitacionales de una gran mayoría de familias que precisan de opciones de casa propia que sean accesibles a sus modestos recursos.
De ahí, la importancia de esta cuantiosa cantidad de fondos liberados por el Banco Central para la construcción de viviendas destinadas a ese nutrido mercado, que contribuirá a reducir el elevado déficit habitacional que registra el país y en particular la Primada de América, cuyo desbordado crecimiento poblacional y territorial ha obligado a dividirla en varios municipios.
Es conveniente dejar bien sentado, sin embargo, para no generar espacios de confusión, que se trata de una operación bajo términos comerciales, que queda fuera del alcance de familias de muy humildes condición y muy menguados ingresos, ubicadas en el umbral de pobreza. Estas requieren de planes especiales de construcción de viviendas sociales que tienen que ser asumidos necesariamente por el gobierno, a través del INVI y de otros organismos destinados a ese propósito, para lo cual siempre se consignan partidas específicas en el Presupuesto de la Nación.
Al saludar la importante medida dispuesta por la Gobernación del Banco Central para financiar este vasto programa, hacemos votos por su más pronta y efectiva ejecución, obviando innecesarios trámites burocráticos que puedan dilatar la misma.
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2015-03-31 09:23:59
