La democracia en los partidos políticos, para tener niveles aceptables de legitimidad y de autenticidad, debe de ser ejercida de forma diferente o de forma inversa, a como la practican todas las organizaciones políticas que han pasado por el gobierno. Los gobiernos que hemos tenido y los partidos que los han encabezado no han tomado en cuenta la importancia que tiene la participación y el apoyo de la gente al interior de esas organizaciones.
Por eso no han conferido la importancia que tiene la mayoría para legitimar los procesos de elecciones internas en esas organizaciones, ni tampoco le han conferido la importancia que tiene la mayoría para legitimar los gobiernos que han presidido esos partidos al frente del Estado.
Por eso la nueva democracia que necesita el ejercicio político del país tiene que ver con la participación de la gente en todas las organizaciones profesionales, sindicales, comunitarias, choferil y populares, entre otras. Esa participación de la gente en las organizaciones se ha venido dando de forma inversa a como debe ser para tener autenticidad en su aplicación y en los resultados que la misma arroje.
Un ejemplo nos puede edificar sobre lo que estamos diciendo. Si tomamos en cuenta una organización sindical, al estilo de dirección que se practica en el país, observamos que el jefe de ese gremio recibe todos los bienes y beneficios que debe administrar esa entidad , por tanto se convierte en dueño principal de todos los dineros y propiedades puestos en sus manos, en vez de ser un jefe de un sindicato que trabaja para beneficiar a sus afiliados se convierte en el principal obstáculo para el crecimiento de su organización, por que prevalecen mas sus propios intereses, que el de los miembros de ese gremio, por tanto como la democracia dice que la voluntad de la mayoría debe prevalecer ante la minoría, en este caso la mayoría de miembros terminan sometido ante el poder económico y la voluntad del dueño y señor de esa organización.
Como se puede apreciar cuando la democracia es entendida y practicada de forma distorsionada tenemos resultados inversos a lo que es la expresión autentica de una real y verdadera democracia. Como este ejemplo existen miles en el país de prácticas alejadas de la democracia en el seno de las organizaciones políticas, económicas y sociales que deben sustentarse en el apoyo de sus miembros para su legitimación ante el país.
Si la democracia funcionara de forma real en el ejemplo que hemos puesto los mayores beneficios del esfuerzo y el trabajo del grupo iría en provecho de la mayoría de los miembros de esa entidad. Sin embargo en la mayoría de los casos que conocemos en nuestro entorno social la realidad nos dice que la democracia entendida como la voluntad de la mayoría es aplicada de forma inversa o distorsionada, porque en vez de beneficiar al grupo, como totalidad, en cambio sólo beneficia a una persona o a un reducido grupo de personas.
En los partidos políticos, y el ejercicio de la democracia por parte de la mayoría de sus miembros, esta ocurriendo lo mismo que esta ocurriendo con aquellas organizaciones que tienen una visión distorsionada del ejercicio de la democracia interna por parte de la mayoría, por eso la democracia tiene un carácter formal y legal, pero no legitimo. Cuando estas organizaciones convocan a elegir a sus miembros dirigentes, ya se sabe de antes manos quienes ocuparan los puestos de dirección, ya que es muy escasa la posibilidad de que si un miembro de los que aspiran a puestos directivos no ha pasado por una función publica y se ha agenciado beneficios económicos, no tiene posibilidad de formar parte de la dirección partidaria; la posibilidad de ser escogido para puestos de dirección sólo recae en las personas que disponen de millones de pesos para poder competir internamente.
Cuando el escogido va al seno de la sociedad a buscar su clientela debe disponer de otras partidas de millones de pesos para sufragar sus gastos de campaña. ¿Resultados? Una vez este alcanza un puesto en la dirección partidaria, entonces debe comenzar su lucha para poder ser nominado a puestos congresuales o municipales y si el partido esta en el gobierno su lucha también va en dirección a conseguir un puesto en la administración publica. En todos los casos para cualquier miembro importante de una de estas organizaciones políticas optar por una de las posiciones señaladas deberá disponer de millones de pesos para gastar en su campaña. Los que están leyendo estas líneas ya saben de donde provienen esos dineros. Por eso los partidos que están y han estado en el gobierno le siguen saliendo tan caros al país.
¿Qué hacer ante esta situación que afecta los niveles de legitimidad de la democracia? Como ya observamos el proceso formal de elecciones internas y el de las elecciones congresuales y municipales tiene el aval de la formalidad legal porque cumple con algunos procedimientos formales y legales, sin embargo cuando se busca la autenticidad de esa legitimidad, la misma no existe, porque no esta avalada ni apoyada por una voluntad real de los miembros de los partidos, ni por una voluntad real de la ciudadanía, por eso la democracia y sus instituciones necesitan ser trasparentadas para que sea la voluntad real de la mayoría la que prevalezca sobre la minoría en los procesos internos de los partidos.
Cuando la democracia interna de los partidos recorra el camino de la verdadera democracia esas instituciones recobraran el apoyo y la legitimidad de sus militancias y por tanto serán mas representativos ante los ojos de la mayoría. Con la elevación de los niveles de participación democrática, por parte de la gente, en el proceso político, se elevan también los niveles de legitimidad de los gobiernos y las instituciones democráticas.
La nueva democracia que necesitan las organizaciones políticas y las instituciones mas representativas de la sociedad es una democracia que debe estar cimentada en el compromiso y la solidaridad de los miembros de los partidos políticos para llevar al seno de esas entidades, a los ayuntamientos, al congreso y a la presidencia de la Republica a los mejores hombres y mujeres, sin importar sus fortunas económicas.
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El financiamiento de las campañas internas y sus candidatos debe ser un compromiso de los partidos y sus finanzas, ya que así pueden elegir los mejores miembros y con mayor ascendencia en su sector y de esa forma hay mayor probabilidad de éxito para la organización y para el candidato escogido. Hasta que sean los miembros aspirantes los que tengan que ?salir a partir brazos? para imponerse en base al dinero en el seno de sus organizaciones y después en el seno de la sociedad, los ciudadanos votantes sólo seguirán siendo simple Instrumentos de manipulación que son útiles para llevar a posiciones publicas a personas que cada día les salen mas caro al país y a su sistema político.
La nueva democracia que debemos impulsar es la que privilegie que las comunidades, los gremios, las empresas, los sectores productivos, las iglesias, las mujeres y la juventud, entre otros, tengan en sus direcciones a miembros que son legitimados por la mayoría de sus miembros, debido a su trabajo, compromiso y solidaridad con el sector que representan. Esta nueva democracia de ser puesta en práctica le da poder a la mayoría en cada sector del país, por ejemplo les da mayores niveles de legitimidad, a los partidos, a los gobiernos y a todas las instituciones que forman parte del sistema democrático.
El país necesita una nueva democracia que privilegie el trabajo, la solidaridad y el compromiso de la mayoría de la gente con sus naciones y con el fortalecimiento de sus instituciones, sólo así podremos construir mayores espacio de libertad, democracia y bienestar a favor de la nación.
La nueva democracia, en nuestro país, debe privilegiar una nueva dirección que vaya, primero, de abajo hacia arriba y luego de arriba hacia abajo en un trabajo y compromiso conjunto en procura de ampliar y afianzar los niveles de legitimación de las instituciones democráticas y su sistema político.
Evelio Arroyo es Sociólogo, Abogado y Escritor
2009-06-19 20:07:28
