Por Manuel Hernández Villeta
Los jueces hablan por sentencia. Cualquier otra variante en la aplicación de justicia, desnaturaliza ese sacerdocio y le resta validez y calificación.
Los jueces tienen que actuar de acuerdo al grueso del fardo de pruebas. No pueden tener un perfil de lo que podría ser un posible delincuente, o una persona que de una u otra forma violó la ley.
Tradicionalmente los jueces dominicanos han seguido el librito y hablan por sentencia. Muy pocos magistrados son dados a comentar su trabajo en los medios de comunicación. Es bueno, en este momento, hacer recordatorio de esa frase lapidaria: Los jueces hablan por sentencia.
Se ha dado el caso de que varios magistrados han entrado en polémicas públicas en lo referente a sentencias que aplicaron, y eso no está bien. Si un juez se equivocó al dictar sentencia, hay mecanismos donde acudir y tratar de enmendar ese yerro, o aclarar la verdad.
Sin embargo, en el nuevo Código Penal dominicano se le quita al juez su principal arma de reglamento, que es su convicción interna. Las pruebas circunstanciales pueden presentar un culpable, pero el juez, en su íntima convicción, siente que algo no encaja, que algunos puntos de la verdad no se compadecen con el tecnicismo, y ahí debe hablar su conciencia.
Para un magistrado moderno se debe dar una mezcla de la convicción interna, de su conciencia y del fardo de las pruebas. Sería ideal, utilizar los dos mecanismos, para que el fallo nunca perjidique a un inocente.
Sobre los jueces con participación en el debate público, creo que no es lo ideal y justo. Y no solo estamos hablando de magistrados de bajo nviel, sino de los mismos representantes de la Suprema Corte de Justicia.
Si hay un buen abogado, los expedientes y las sentencias en primera instancia pueden terminar en la Suprema Corte de Justicia, por lo que estos magistrados también deben hablar por sentencia. Pasa lo mismos con los jueces del Tribunal Superior Electoral o el Constitucional.
La justicia dominicana se fortalecerá si hay jueces con preparación profesional y con la conciencia limpia a prueba de toda presión. El sonido del silencio es necesario en los magistrados y que ante un culpable o un inocente, hablen por sentencia.
2013-06-11 05:55:22
