Opiniones

ALGUIEN DEBIERA ACONSEJARLO

EL TIRO RAPIDO

Mario Rivadulla

Alguien debiera aconsejar al Alcalde de Santo Domingo Norte de que no está procediendo de manera correcta en el caso del Vertedero de Duquesa.

Alguien debiera informarle que los contratos, en este caso el suscrito con la empresa Lajun Corporation para el manejo de Duquesa, no se pueden rescindir en la forma que lo está haciendo.

Alguien debiera advertirle que con su actitud intempestiva, al violentar las normas y procedimientos de ley, está afectando el clima de seguridad jurídica, que es pieza esencial de la institucionalidad y resulta indispensable para atraer capital extranjero y fomentar las inversiones del capital criollo.

Alguien debiera señalarle que mucho menos puede llamar a licitación para operar el vertedero, estando pendiente una vista en el Tribunal Superior Administrativo al que le tocará decidir si deja sin efecto la unilateral rescisión del contrato con la Lajun Corporation en la vista que tiene pautada para el próximo martes 30.

Y alguien también recordarle que cada vez que hemos rescindido un contrato o una concesión en la forma que lo ha hecho, nos han llevado a arbitraje internacional donde hemos perdido todos y cada uno de los casos y nos han condenado a pagar indemnizaciones por decenas de millones de dólares, lo que en esta ocasión pudiera llevar a punto de quiebra las finanzas del ayuntamiento que rige.

No sería en este caso muy sólida la posición del levantisco munícipe si como argumentan los nuevos dueños de la Lajun en sus archivos reposan varias comunicaciones del ayuntamiento reconociéndoles el buen servicio que prestan, la última de las cuales fue remitida pocos días antes de la sorpresiva incursión encabezada por el alcalde para tomar posesión de Duquesa.

Pero sobre todo, si efectivamente el contrato suscrito con la Lajun remite al Tribunal Contencioso Administrativo la facultad de dirimir cualquier controversia surgida entre los firmantes y de declarar la disolución o nulidad del mismo, lo cual excluye y coloca en plano de total ilegalidad la operación cuasi militar llevada a cabo para invadir y apropiarse de Duquesa.

Al margen de estos aspectos jurídicos, de primordial importancia por las consecuencias negativas de todo orden que pudieran derivarse de la acción emprendida por el Alcalde de Santo Domingo Norte, salta a la vista que este no dispone de la experiencia ni los medios para manejar adecuadamente el vertedero en perjuicio no solo de su territorio, sino de las restantes jurisdicciones que usan Duquesa para la disposición de sus desperdicios y que pagan sumas millonarias por su utilización.

Por lo pronto, ya hay quejas sobre la dilación en la operación del vertedero y el acumulo de basura en las vías públicas con los consiguientes efectos nocivos para el ornato y la calidad ambiental así como la salud de los habitantes, cuyo número en el caso de los ayuntamientos involucrados se hace ascender a más de tres millones.

No tenemos razones para dudar de las buenas intenciones de que está revestido el Alcalde de Santo Domingo Norte. Pero aquí vale recordar el dicho de que «de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno».

En su caso parece que ha equivocado la ruta para tratar de hacer realidad esas posibles buenas intenciones. La que ha escogido no es al cielo a que se dirige sino precisamente al infierno.

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2013-07-25 19:18:24